Martín Vatenberg, el director de la biopic de Cris Miró
Por su abuela, el mundo del espectáculo no le era ajeno a Martín Vatenberg. Pero cuando conoció a Cris Miró quedó fascinado; él tenía ocho años. Ahora, estrena su biopic.
Las primeras preguntas que surgen cuando uno decide contar la historia de una persona que efectivamente existió, son ¿cómo se cuenta una vida?; ¿qué significa contar una vida?; y ¿qué herramientas desde la ficción pueden ayudar o construir un espíritu fiel a cómo fue el paso de esa persona por este mundo, dice Martín Vatenberg, creador y director de la serie Cris Miró (Ella) (*) en diálogo con PERFIL
El tiempo tiene la ventaja de permitir ver las cosas con perspectiva histórica. La ficción, a su vez, permite visibilizar y volver a poner el foco en personas cuya historia no terminó de escribirse. Quizás ése es el atractivo de las biopics: generan conversación, permiten revisitar y volver a mirar. Dirigida por Martín Vatenberg en colaboración con Javier Van de Couter, Cris Miró (Ella) está basada en la novela Hembra, Cris Miró - Vivir y morir en un país de machos de Carlos Sanzol.
Mina Serrana nació en Granada, vive en París y es referente LGBTQI+.
—¿Cómo surgió el proyecto?
—Por mi historia familiar, siempre tuve cerca el universo del espectáculo. Mi abuela, Cipe Fridman, es productora y representante y trabajó con artistas como Antonio Gasalla o Enrique Pinti, con lo cual Juanito Belmonte, las cenas hasta altas horas de la madrugada en Edelweiss (N de R: famoso restaurante porteño), son algo que formaron parte también de mi historia personal. Entonces, todo ese mundo al que Cris (Miró) accedió, yo lo conocí de cerca. Recuerdo la primera vez que la vi a ella en vivo; yo tenía 8 años. Fue en el hall del Maipo y para mí fue una imagen muy impactante. Yo era un niño con “las plumas ahí asomando” y ver a Cris fue muy impactante.
¿Quién era Cris Miró, la vedetta cuyo estrellato duró cinco años?
—¿A qué nivel te impactó?
—Era una especie de deidad eterna, larguísima, con un vestido negro hasta el suelo... Me resultó magnética. Yo tenía claro que quería tener mi primer gran proyecto como creador y acompañarlo en todas sus etapas, desde el principio hasta el final. Y fue ahí cuando leí Hembra, Vivir y morir en un país de machos, la biografía de Cris, que escribió Carlos Sanzol. Y conocí la historia de la persona detrás de Cris, más allá del personaje público. Entendí muchas de las circunstancias por las que había pasado, revaloré la valentía y el coraje que había tenido y sentí que en toda esa potencia había una serie y una protagonista.
—El parecido de Mina Serrano con Cris Miró llamó la atención. ¿Qué expectativas tenés respecto al recibimiento de la serie?
—La sensación que tengo desde el minuto cero en que empecé con este proyecto es que cada persona que se fue sumando o vinculando a la serie, lo hizo desde un lugar de mucha entrega, mucha pasión y mucho convencimiento. Lógicamente que en todo ese proceso la llegada de Mina trajo magia porque el parecido es notable pero también hay algo en Mina que está en su mirada, que está en su manera de ver el mundo y que reverbera en Cris. Y creo que hay algo de eso que tiene que ver con el impacto visual entre ellas dos en la comparativa. De todas maneras, la serie no busca una mímesis física en todos los personajes del universo real en relación a los de la ficción.
—Escuché a Mina Serrano decir que tuvo que trabajar el acento argentino...
—Efectivamente, Mina es española, es de Granada pero está radicada en París. Cuando hicimos las primeras etapas del casting vía zoom, yo ya estaba convencido de que tenía que ser ella. Lógicamente era plenamente consciente de que había una barrera concreta: el acento. Pero desde el minuto cero ella estuvo entregada y dispuesta a hacer ese trabajo intensivo durante largos meses. Ella trabajó con una coach de acento, que es Mariana García Guerreiro, que es excelente, y a lo largo de muchos meses fuimos acompañándonos. Ella además hizo su propio ejercicio de escuchar y leer relatos y videos, películas, series argentinas, como para embeberse de esa sonoridad. El trabajo fue sumamente intenso, pero placentero a la vez. Trabajar con Mina es un placer porque los dos somos muy parecidos en ese sentido: bastante perfeccionistas, y hasta no lograr lo que queremos, no paramos.
El atractivo de las biopics de personajes famosos y controvertidos.
—¿Qué sentís que aprendiste en esta experiencia?
—Es mi primer gran proyecto como creador. La sensación de que es algo que nace desde mis entrañas y que hoy haya crecido tanto es una sensación espectacular. Es materializar algo que uno soñó y es muy satisfactorio. En ese camino encontré grandes aliados, grandes aliadas. Me llevo amistades hermosas. Conocí y trabajé con profesionales increíbles, de primer nivel. Y me llevo también esa sensación de que seguir el deseo genuino de lo que uno quiere hacer y siendo fiel a quien uno es nunca puede salir mal.
—¿Qué representa Cris Miró para vos?
—Es alguien que se atrevió a ser quien quiso ser en un momento muy difícil. Siguió su deseo más genuino y fue fiel a ese deseo. Y creo que parte de su legado tiene que ver con cómo se relacionó ella con el mundo. Un mundo que era muy hostil en ese entonces y que aún lo sigue siendo, pero en ese momento lo era más. Y creo que la manera que ella encontró de plantarse, de superarse, pero sin dejar de mirar a los ojos a las personas, de hablarles con inteligencia, con ironía, con empatía y con bondad, es un mensaje muy poderoso que trasciende generaciones y que generan conversación.
—¿Algún personaje que consideras central, además de Cris Miró, y que te haya parecido importante retratar?
—La serie tiene muchos personajes interesantes. Particularmente Juanito Belmonte, su representante, me parece una persona muy carismática e increíble. Lógicamente desde la ficción se buscó construir un personaje y tratar de revisitar cómo fue el vínculo de Cris con él. No es una mímesis de Juanito, es una construcción. Pero sí creo que Juanito vivía en un mundo donde la fantasía, el brillo y las estrellas eran protagonistas. Ver como una misión tomar a un artista y construirlo en una estrella para el afuera, me parece una manera de vivir en el mundo, una manera de sobrevivir que atravesó muchas épocas de nuestra historia.
—Cris Miró murió hace 25 años. Hoy en día pensamos en ella como un ícono, pero cuando vivía, el mundo era otro. ¿Cómo sentís que reverbera su vida en la actualidad?
— Sin dudas el contexto en el que Cris apareció es muy diferente al actual. Creo que ha habido muchos avances. Las preguntas que se le hacían a ella en ese momento, hoy generarían un rechazo automático, a pesar de que todavía falta mucho y siento que sigue siendo necesario que estas historias se visibilicen. Pero creo que lo que sobrevive el paso del tiempo en relación a Cris es ese espíritu, es esa manera de vincularse con el entorno. Eso es lo más revolucionario que yo percibo de la manera en que ella se plantó con elegancia, con lenguaje y con mucha inteligencia. Hay algo de eso que puede pensarse hoy como una herramienta para generar mucha empatía en relación a un colectivo históricamente marginado y relegado.
Cris Miró (Ell) es un producción de EO Media y Nativa genial ( Helen Roca, Karina Castellano y Ezequiel Olzanski) y se estrenará TNT el próximo 23 de junio y al día siguiente Flow pone al aire los ocho capítulos de esta biopic dirigida por Martín Vatenberg en colaboración con Javier Van de Couter, y basada en la novela Hembra, Cris Miró - Vivir y morir en un país de machos , de Carlos Sanzol.
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