El empresario Sebastián Darcyl presentó 'Nacimos para esto', una autobiografía de película
Tuvo además una productora de cine, una agencia de modelos, y en ese camino, se vinculó con famosos del mundo. También potenció la empresa familiar que lo relacionó con Hollywood.
Es un personaje que tuvo varias vidas, y la mayoría de ellas en escenarios disímiles en contexto, en relaciones y geografías. Ese recorrido alentó a Sebastián Darcyl a condensar –a los 57 años– un libro que llamó con su frase de cabecera: “Nacimos para esto”.
Hay un Sebastián Darcyl estudiante que pasó del Liceo Francés en Argentina a dos universidades en Boston y en Miami respectivamente, y por el American College de París. También hay otro Darcyl que con Telefilms, la empresa familiar, llevó con su liderazgo a ser la mayor compradora de películas independientes para América Latina en Hollywood. Y otro que tuvo su propia compañía audiovisual y además la agencia de modelos Multitalent, para posteriormente integrar el directorio de Life Chekka. En medio de todo esto, hubo un espacio para la construcción de una familia con dos hijas incluidas.
¿Qué personaje logró que su autobiografía fuera una serie de éxito en Netflix?
En ese camino recorrido, para Sebastián Darcyl lo “esencial” es la búsqueda de objetivos que justifiquen el paso por esta vida. Y sin ponerse en un plano espiritual, el hedonismo tiene que ir a la par. Por eso, que lo consideren un bon vivant, un disfrutador serial no es algo que considere negativo, él es así. Otro lema suyo que está relacionado con esto, cierra el libro: “En la vida, ni culpa ni miedo”.
Igualmente el que mejor describe el origen del hedonismo en Sebastián Darcyl es el capítulo –el más largo de todos–que llamó “De los vicios al placer” que, en las primeras líneas, preanuncia como fue esa experiencia: “Siempre me gustó la noche. Pero empecé a salir tarde: tenía 20 años cuando me emborraché por primera vez…”. Y le siguen en escenas de la que participan los Gipsy Kings, George Michael, Julio Iglesias, y Lionel Messi, entre otros.
Cuando una biografía se presenta como una novela.
Así como los nombres de famosos argentinos e internacionales se suman a lo largo del libro, también las “escenografías”; esto es desde, por ejemplo, una universidad en Estados Unidos a la noche de Miami cuando no era lo que es hoy, a veranos en Ibiza, Venecia, la casa que el magnate británico tiene en las Islas Vírgenes, o el baño que Elton John tiene en su casa de Niza. Son solo algunas de las “geolocalizaciones” que tuvo la vida de Sebastián Darcyl.
Por supuesto, en esa película de bon vivant va en paralelo a obligaciones que habilitan poder vivir así. Y no es solo por el dinero, sino por cómo manejarse para atravesar ciertas puertas donde las tarjetas black, gold y demás no sirven. Es en esos capítulos donde Sebastian Darcyl abre otra faceta donde, por ejemplo, la muerte de su padre y decisión inmediata de cómo seguir con la empresa familiar, fue una bisagra importante. Del cruce entre el plano del placer y el del trabajo, surge otros de los lemas que sumó a medida que fue creciendo: “No quiero quedarme con ganas de nada”. Y este libro es parte de esa máxima de vida.
Gi
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