LUTO EN EL MUNDO DEL ESPECTÁCULO

El último adiós a Roberto Giordano: quiénes estuvieron presentes en el cementerio de la Chacarita

En una emotiva y sencilla ceremonia, familiares, amigos y figuras destacadas del espectáculo, como Valeria Mazza, Teté Coustarot y Teresa Calandra, despidieron los restos del reconocido estilista argentino.

Sello. Roberto Giordano hizo de su nombre una marca que se expandió por Argentina. Foto: cedoc

La muerte de Roberto Giordano, el estilista que marcó una época en el universo de la moda y el espectáculo, clausura un capítulo único en la cultura popular argentina. Su despedida, realizada este sábado en el crematorio del Cementerio de Chacarita, fue un evento cargado de nostalgia. A ella asistieron amigos, colegas y figuras icónicas que, como en sus mejores desfiles, convergieron para rendir tributo a un hombre que trascendió las tijeras y el peine.

Entre los presentes destacaron su esposa, Mirta Almirón, y nombres que evocan las pasarelas de antaño: Valeria Mazza, acompañada por Alejandro Gravier; Teté Coustarot; Teresa Calandra; Evelyn Scheidl; el diseñador Benito Fernández; y el estilista Rubén Orlando.

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En un gesto íntimo y cargado de simbolismo, el ataúd fue adornado con una corona de flores y una camiseta de Boca Juniors, el club que Giordano amó con pasión. El clima, que amaneció gris, dio paso a un sol radiante, casi como una última metáfora de su vida llena de luces.

Roberto Giordano: en emblema argentino de los ‘90s

Hablar de Roberto Giordano es hablar de glamour en su estado más puro. A lo largo de las décadas del ’80 y ’90, el estilista no solo peinaba a las grandes estrellas, sino que se convirtió en el arquitecto de una estética que definió una era. Su sello inconfundible lo llevó a crear desfiles que trascendían lo fashion para convertirse en espectáculos totales.

Punta del Este, Mar del Plata y Pinamar fueron mucho más que puntos turísticos: se transformaron en pasarelas de su imaginación. Allí, Giordano reunió a las mujeres más bellas de Argentina y a figuras internacionales como Sofía Loren, Alain Delon, Robert De Niro y Jean-Claude Van Damme. Su lema, (¡Qué noche, Teté!) repetido hasta el cansancio, no sólo promocionaba sus eventos; encarnaba una promesa de lujo, estilo y exclusividad.

Las estrellas que desfilaron bajo el aura de Giordano no se limitaban a las modelos. Susana Giménez, Diego Maradona y Mirtha Legrand eran habitués de un universo donde el espectáculo y la moda confluían con naturalidad. Su capacidad para generar momentos inolvidables, ya sea en una pasarela o en las páginas de las revistas más destacadas, lo consolidó como un pionero.

Cómo murió Roberto Giordano

Roberto Giordano, el peluquero que se convirtió en un ícono del glamour argentino, falleció a los 79 años en el Sanatorio Mater Dei de Palermo. Su muerte tuvo lugar durante una cirugía para el reemplazo de un marcapasos, un procedimiento que, en principio, no presentaba mayores riesgos.

Figura indiscutida en el universo de la moda, Giordano se consolidó en los años ’90 como el estilista de las estrellas. Valeria Mazza, Andrea Frigerio, Pampita, Nicole Neumann y Dolores Barreiro eran solo algunas de las figuras que confiaban en su arte. Pero su influencia iba más allá de los salones de belleza: sus desfiles en Punta del Este se transformaron en eventos de culto, replicados en escenarios emblemáticos como Mar del Plata y Pinamar, convirtiéndose en citas obligadas del verano.

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En mayo pasado, Giordano recibió una condena de tres años de prisión por insolvencia fraudulenta, tras confesar que había ocultado bienes a la justicia. Aquella sentencia marcó el punto culminante de un desplome empresarial que venía gestándose desde hacía tiempo, iniciado con la pérdida de su red de franquicias y la intervención judicial en sus negocios. Sin embargo, ni siquiera ese revés logró quebrar la imagen de “glamour” que había forjado durante sus años de esplendor. Persistió en mantener un vínculo singular con su público y con las figuras que, en su momento, compartieron su brillo.

En los últimos cinco años, Giordano había fijado su residencia en Uruguay, donde trabajó como peluquero del exclusivo Hotel Conrad. Su regreso a Buenos Aires, motivado por la necesidad de realizarse lo que parecía una intervención menor, terminó marcando el epílogo de una vida dedicada a realzar el brillo de quienes pasaban por sus manos.

 

NG / Gi