El rey emérito de España suma un nuevo escándalo por su examante más famosa

Los elefantes son memoriosos; y es algo comprobado científicamente. Lo que no se sabe ni se cree es que puedan provocar maleficio alguno pero, sin duda, la foto que tuvo como protagonista al entonces rey Juan Carlos I sentado sobre el elefante que había asesinado en una cacería en Botswana marcó el inicio de un devenir decadente. A partir de esa imagen publicada en abril de 2012, la imagen del monarca español pasó del color al sepia a medida que aparecían una amante alemana muy locuaz, millones de dólares en cuentas suizas cuyo origen el padre de Felipe VI no podía demostrar, la jubilación forzada al trono español, la huida a Abu Dhabi y la disolución de una familia que alguna vez fue modélica para los españoles promonárquicos. 

Destape. Cuando esos escándalos parecían no hacer mella alguna en la imagen del rey emérito, “pecados del pasado” reaparecen y se disparan con la velocidad que habilita la teconología. “Así, el rey Juan Carlos I fue atraído a una trampa por su amante”, señala el título de un semanario neerlandés que publica fotos inéditas del entonces rey de España con Bárbara Rey, popular artista española, quien sin duda es la más famosa de sus amantes. La relación entre ambos comenzó a finales de los años 70 y terminó a comienzos de los 90. 

Las imágenes publicadas los muestran a los besos y abrazos en la terraza de la casa que la mencionada artista tenía en 1994, y fueron vendidas por Ángel Cristo Jr., hijo que Bárbara Rey tuvo con quien fuera su marido, un domador de circo ya fallecido pero muy popular en España. La relación entre madre e hijo es de conflicto permanente y mucha distancia. A dichas fotos se sumaron declaraciones que Ángel Cristo Jr. hizo a la revista española Lecturas, donde afirmó que salvó a su madre de ir a la cárcel al conseguir unas grabaciones de audio en las que personas del entorno del padre del rey Felipe VI estarían montando una historia para conseguir la detención de Bárbara Rey. Esto se lo había advertido a su madre, y que si él hacía público todo esto era para protegrerla porque no se merecía que se le hiciese eso cuando ella, en treinta años, nunca habló de su extensa relación sentimental con el exrey de España. Por su parte, la examante quiere querellar a su hijo por la publicación de ese material.

Polémico. Como las fotos no hacían más que confirmar una historia que ya era conocida casi desde sus inicios hasta por la reina Sofía, la discusión entre madre e hijo desplazaron al rey emérito del foco de la escena. Y así este pudo distrufar de tardes de navegación en la costa de Galicia a bordo de su velero, Bribón, junto a amigos, a su hija mayor y a Laurence Debray, su biógrafa.

Pero a las imágenes se sumó un audio en el que el entonces rey le habla a Bárbara Rey sobre el general Armada y sobre Sabino Fernández Campos en relación con el 23F, el intento de golpe de Estado que el 23 de febrero de 1981 atentó en el Congreso español para derrocar el gobierno de Felipe González. La intencionalidad sobre este audio es manifiesta porque ya en Salvar al rey, un documental de HBO (hoy Max), se presentan dos exfuncionarios del servicio secreto español de esa época, quienes dan a entender que en el 23F la participación de Juan Carlos I fue real y concreta pero que, ante el rumbo que tomó ese asalto a la democracia, cambió de actitud y dejó en banda a los que terminaron detenidos. La historia oficial le cedió luego al exrey un magánimo papel por su accionar como “garante” de la incipente democracia española. Hoy ese rol está en discusión.

En otro audio, ya de tono más privado entre rey y amante, Bárbara Rey, muy enojada, arremete contra Juan Carlos I y asegura que la van a matar (a ella) pero que el rey caerá con ella. “Está en deuda. Nunca lo he sido, pero puedo ser la puta más cara del mundo porque le puede costar mucho, la corona”, dice ella en tono de amenaza, dejando claro que si algo le sucediese la “enterrarían” junto al rey emérito.

Ambos audios movilizaron a la prensa a Galicia para conseguir alguna declaración del exrey. Por supuesto, no la hubo, sí frases sueltas para manifestar ofuscación ante los micrófonos.

Herencia. En paralelo con todo esto, hace unas semanas se conoció que el emérito Juan Carlos I montó una fundación en Abu Dhabi –donde reside desde 2020–, en colaboración con sus hijas Elena y Cristina. El objetivo: hacer lo menos complicada posible la gestión de su herencia. De esta manera, se unificó su patrimonio en Emiratos Árabes Unidos y desde la fundación buscará mejorar su imagen y la de su desunida familia aportando al financiamiento de actividades culturales y educativas.

Más allá de las conexiones generadas hace años ayudando a que empresarios españoles hicieran negocios con el poder de los emiratos, su residencia en Abu Dhabi lo habilita a gozar de ventajas fiscales y el secretismo sobre, por ejemplo, la fundación que creó con sus hijas, herramienta clave para garantizar el paso de toda su fortuna a Elena y Cristina.