Don Rouch, el joyero del Duki y del trap argentino
Creó piezas para los principales representantes del género. Duki, Ysy A, Khea, Nicki Nicole y Neo Pistea son solo algunos de los traperos que usan sus cadenas, dijes y anillos.
“Cuando haces lo que más te gusta no hay días feos”, explica Don Rouch antes de comenzar con la entrevista. En su taller de Congreso, él y su socio continúan fabricando piezas de joyería que actualmente se venden en toda la Argentina. Sin embargo, hay algo que diferencia a sus creaciones de las demás. Y es que no todas las cadenas o anillos terminan siendo famosas por aparecer en las canciones y videos de los traperos más populares del país. “Acepto y sé que somos la joyería del trap en Argentina pero no nos cerramos a otros estilos”, asegura a PERFIL quien con tan solo 29 años logró darle su estilo propio a la joyería.
-¿Cómo arrancaste en esto?
-Mi abuelo estaba en el negocio de la compra y venta de oro. Yo no lo conocí pero mi papá también se dedicó a eso y también sumó alhajas y antigüedades. Así que desde muy chico veía las piezas que traía y me enseñaba sobre ellas, a diferenciar una piedra natural de una sintética y cosas así. De más grande, el colegio mucho no me gustaba y por el lado del laburo agarré esto pero le sumé el lado del diseño y el hacer.
-Le sumaste la parte artística…
-Sí, eso lo absorví mucho de la familia de mi mamá que tenía una veta muy artística. Mi tío es pintor y mi bisabuelo tenía un montón de antigüedades así que se me armó un mix ahí. Por un lado mi viejo traía piezas que a veces eran feas y yo con eso hacía otras cosas. Capaz traía un collar y yo hacía unos aros. Desde chico tenía esa inclinación que se fue dando naturalmente pero también porque decidí seguir el camino que me propuso mi destino.
-¿Hubo mucha autogestión?
-Si me preguntan si estudié, yo voy a decir que sí. Cuando algo te gusta mucho lees sobre eso, preguntas e investigas. Siempre me metí en estas cosas. Sobre todo con Internet que es una herramienta brutal y que me permitió investigar sobre distintas técnicas. Estudié pero no fui a una academia ni nada por el estilo. Si bien siempre tenés a alguien que te tira data, también es el día a día, la calle y autogestionar mi estudio.
A los 16 años Don Rouch ya trabaja creando sus propias piezas. “A nivel junior pero ya trabajaba”, aclara sobre aquella época. En la actualidad la empresa, que cuenta con un taller en Congreso, creció bajo el nombre 0800 Don Rouch SRL y hace ya tiempo que trabaja tanto en Argentina como en el exterior. De todas formas, hay un momento bisagra para él y fue cuando descubrió las batallas en El Quinto Escalón.
-¿Cómo llegaste a esos pibes que se juntaban a hacer competencias de freestyle rap en Parque Rivadavia?
-Yo diría que fue natural pero a su vez fue la naturaleza con su guiño de buena fortuna y de suerte porque sin querer terminamos en esta locura. En su momento estaba El Quinto Escalón y un poco antes de que se haga viral y pase a hacerse en escenarios a mi me mandan un video de lo que estaban haciendo. Lo vi, me encantó y lo que más me sorprendió es que estaba hecho por los pibes de ahí y que era gratuito. Y el nivel que tenían los chicos que competían era altísimo. Me enteré que había gente que los apoyaba y que les daba ciertos premios y me nació ofrecerles hacer un anillo para el ganador de la competencia. Recibieron el mensaje con la mejor y vinieron. Nos conocimos en la joyería y pegamos una onda increíble por los valores que compartimos y las ganas de hacer cosas artísticas respetando ciertos valores culturales propios nuestros.
-¿Para quienes creaste piezas?
-Laburé con Duki, Ysy A, Neo Pistea, Khea, Marciano, Obie Wanshot, Luchito SSJ y varios más. No me quiero olvidar de ninguno y seguro lo hago pero bueno, con la mayoría. También laburé para muchos influencers y le hice piezas al Chino Maidana.
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-¿Solo haces joyería para hombres?
-No. De hecho hace poco le hice una pieza a Nicki Nicole. Eso es algo que estoy comunicando más. La gente toma que es joyería de hombre pero todo lo que hago es unisex. Hay un montón de mujeres que compran joyería nuestra y la usan. Creo que en un momento los principales artistas que hacían trap eran varones y quedó esa impresión. Pero las joyas que hacemos son unisex y no están pensadas para un género.
-¿Cómo es el trabajo con ellos cuando piden una pieza?
-Yo tengo una forma de laburar muy natural y si a la otra persona le gusta lo que hago, se siente representada y quiere usar alguna joya mía, yo la hago.
-¿Te llegan mensajes de los fans?
-Me llegan bocha de mensajes de personas que quieren saber cuánto sale la joya de Duki o que quieren que les mande la pieza de Khea o de Ysy. Pero lamentablemente para ellos las piezas que hago personalizadas las hago una vez y no las vuelvo a repetir. Si alguien me pide una pieza personalizada yo después no la vuelvo a hacer. Sí tengo otros diseños que salen en serie y que están pensados para eso pero las personalizadas no se replican.
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-¿Solo haces joyería con el estilo para trapo o también otros modelos?
-Yo acepto y sé que somos la joyería del trap en Argentina. Pero a la misma vez, podemos hacer cualquier tipo de joyas. Podemos diseñar una joya para una chica en un casamiento o cualquier situación que me presente el cliente. No estamos cerrados a un estilo pero como se ven más diseños que van por el lado del trap, porque es lo que está más trendindg ahora, nos asocian con eso. Pero hemos hecho piezas con otros estilos para personas de otros ámbitos.
-¿Cómo siguen de acá en adelante?
-Hoy en día el proyecto de la joyería creció mucho y tenemos récord de ventas. Estamos vendiendo en todo el país y es una responsabilidad muy grande. Queremos estar a la altura, cumplir con nuestros clientes, seguir sacando cosas nuevas y continuar con el juego de dar a conocer nuevos diseños que sean propios. Como un artista que va sacando temas, nosotros queremos seguir sacando joyas. Esa continuidad lleva un trabajo fuerte y nos vamos a seguir abocando a eso.
-Tener récord de ventas en medio de una pandemia no es poco...
-Con eso nos sentimos cien por ciento bendecidos y agradecidos con la gente. Y con todas estas ventas también sacamos un llavero para ayudar a un comedor comunitario que queda en San Martín y se llama Caritas Felices. Sacamos una línea y estamos muy contentos de meter ese concepto de que la joyería no es algo banal sino que también uno puede comprar una joya y ayudar a un comedor en una situación muy difícil como la que estamos viviendo.