Oposición dividida

La UCR quedó al borde del colapso: internas, "borocotazo" y el miedo a un 2025 intrascendente

Los diputados que votaron a favor del veto de Javier Milei detonaron la crisis. La falta conducción de De Loredo en la Cámara Baja y las críticas del "interior" a Martín Lousteau aceleran la ruptura.

Martín Lousteau Rodrigo De Loredo Alfredo Cornejo Gustavo Valdés Foto: Cedoc Perfil

Tras la crisis del 2001, la UCR "volvió" al poder en 2015 en la alianza Juntos por el Cambio, aunque en la práctica el radicalismo tuvo lugares escasos en la gestión de Mauricio Macri. Desde entonces, el partido centenario buscó, sin suerte, tener un candidato competitivo para competir en las sucesivas elecciones presidenciales. No lo logró: en 2023 apenas consiguió dos postulantes a la vicepresidencia: Gerardo Morales con Horacio Rodríguez Larreta, que no superaron las PASO, y Luis Petri con Patricia Bullrich, que se quedaron afuera del balotaje. Hoy el jujeño está desaparecido de la escena pública y el mendocino es ministro, igual que su compañera de fórmula, en el gabinete libertario.

Esos destinos ilustran, en parte, la crisis que atraviesa el radicalismo en la era Javier Milei. En 2024, lejos de mejorar, la situación se complicó todavía más. El problema no es exclusivo de la UCR: el peronismo y el PRO enfrentan internas similares. Sin embargo, el partido centenario tuvo un momento cúlmine en esa convivencia forzada la semana pasada, durante el debate por el veto de Milei a la ley de movilidad jubilatoria. Hubo un "borocotazo" de 5 diputados radicales, que habían impulsado el proyecto y después respaldaron la negativa presidencial. Antes de eso pasaron por Casa Rosada, negociaron con los libertarios y hasta se sacaron una foto con el jefe de Estado y parte de su gabinete. Todo eso sin el aval de Rodrigo De Loredo, jefe del bloque radical en la Cámara Baja, ni de Martín Lousteau, presidente del partido.

Javier Milei con diputados radicales, la foto de la polémica.

Explotó la interna radical

Ante esa decisión, todo explotó. Martín Lousteau movió la convención nacional, que decidió suspender a los 5 legisladores para comenzar el camino de la expulsión. La medida generó rechazo entre dirigentes como el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo: enfrentado con el senador porteño, el mendocino dijo que esa decisión era un error. Dentro de las filas radicales, quienes no quieren a Lousteau llegaron a hablar de "correligionarios con K".

Luego de la suspensión, el bloque se reunió para tomar una decisión al respecto y De Loredo logró mantenerlos adentro. Al día siguiente, solo uno de los 5 radicales del "borocotazo" asistió al asado de festejo del presidente Javier Milei en Olivos. Fue Agustín Campero, tucumano que busca ser gobernador de su provincia. En ese distrito creen que el votante de Milei es el mismo que el radical. "Movernos de él es pegarnos un tiro en el pie para 2025", repiten en la provincia, según pudo saber PERFIL.

Martín Lousteau cuestionó el asado en la Quinta de Olivos: "Celebraron que traicionaron a los jubilados"

El segundo frente es la conducción de De Loredo. El cordobés no puede mantener unificado al bloque de la Cámara Baja y las divisiones son notorias. A tal punto que la diputada Carla Carrizo, que responde a Lousteau, habló de un reordenamiento del bloque. Según pudo saber PERFIL, De Loredo hasta dejó correr la idea de abandonar la conducción y que la tome otro legislador. Pero, dice el cordobés, tampoco existen muchos dispuestos a "agarrar" por la fragmentación total que vive el partido. "Eso no es así. Si hay algo que tiene nuestro partido es que todos mueren por esos espacios de poder", apuntaron a este medio en otra vereda radical.

Martín Lousteau y su entorno saben que su lugar en la presidencia también es cuestionado por sectores del interior de la Argentina, que consideran que usa al partido para su carrera personal. "Coyunturalmente radical", califican. El senador por la Ciudad de Buenos Aires viene de perder la elección interna con Jorge Macri en 2023, y había tendido una alianza con Larreta junto a Morales. El resultado no fue el esperado.

Ahora, desde el entorno de Cornejo pero también del gobernador correntino, Gustavo Valdés, consideran que hay que cambiar la estrategia del partido. "No gestiona ni un municipio. Así cualquiera se para como opositor", dijo a PERFIL un ministro de Valdés que tiene responsabilidad sobre lo fiscal de la provincia del litoral. "Los que tenemos responsabilidades tenemos que negociar constantemente con el Gobierno nacional y esto solo nos perjudica", concluyó.

 

RI/ff