ganadores y perdedores

Sturzenegger y Cordero se anotaron un triunfo con la reglamentación de una dura reforma laboral

El ministro de Desregulación y Transformación del Estado fue uno de los que se mantuvieron firmes frente a los reclamos de los sindicatos que no quedaron conformes con el resultado final. También se anotó en la lista el secretario de Trabajo que coordinó con todos los sectores involucrados y puso la cara para explicar los alcances de la normativa. Santiago Caputo, en cambio, aceitó vínculos con los gremios, pero muchos cambios no se plasmaron.

Gabinete. Sturzenegger el día de su llegada de manera formal al equipo presidencial, con el que ya colaboraba desde antes de las elecciones. Foto: Presidencia

La reglamentación de la reforma laboral que salió a la luz el pasado jueves, después de tres meses de negociaciones intensas entre integrantes del Gobierno, empresarios y parte de la CGT, dejó a la vista ganadores y perdedores. Con el ministro Federico Sturzenegger en primer plano y un sindicalismo que tratará de armonizar sus diferencias.

El ministro de Desregulación y Transformación del Estado, desde el minuto uno, no quiso aceptar modificaciones al capítulo dedicado al trabajo que fue sancionado en la ley Bases, sobre todo ante los reclamos que escuchó de parte de ejecutivos y de miembros del movimiento obrero sobre el artículo 94 de la normativa.

Dicho artículo se refiere a que un trabajador que participe activamente en bloqueos o tomas de establecimientos puede ser despedido de forma justificada, una “grave injuria laboral”. La CGT intentó a través de Héctor Daer y Gerardo Martínez, quienes mantuvieron conversaciones con el asesor presidencial Santiago Caputo, para quitar esa parte del texto. O, al menos, que exista una instancia judicial previa antes de determinar el despido de un empleado.

Hubo intercambio de borradores, como precisaron en Casa Rosada, con los referentes cegetistas para acercar posiciones. Pero finalmente la postura que se impuso fue la de Sturzenegger y el artículo no tuvo reglamentación. Por lo cual, como apunta el abogado laboralista Matías Cremonte ante PERFIL, los empresarios tendrán total libertad para despedir ante un hecho que “constituya una falta grave, sin indemnización ni derecho a la reinstalación. Antes esa facultad estaba solo en manos de los jueces”, aclara.

El artículo que consagra la figura del colaborador independiente, que podrá contar con la colaboración de hasta otros tres “trabajadores independientes colaboradores”, que se considerará que no están vinculados bajo un contrato de trabajo, también constituyó otra victoria de Sturzenegger: el espíritu del texto se mantiene (la CGT argumenta que solo aumentará la informalidad y no el trabajo registrado) y solo se suma la obligación de registrar los empleados extra en la AFIP.

Julio Cordero, el secretario de Trabajo de la Nación, también se anota en la lista de ganadores tras la reglamentación. Se encargó de supervisar borradores de la norma, trabajó con todos los sectores involucrados en la reglamentación y se mantuvo indemne ante las críticas que se generaron cuando la ley vio la luz. Además, fue el funcionario que se encargó de explicar en los medios los alcances de la normativa.

Del otro lado, aparece Santiago Caputo. El asesor predilecto del jefe de Estado aceitó vínculos con la central obrera, prometió modificaciones que no afecten el espíritu general de la ley, pero muchos de los cambios que negoció con parte del gremialismo dialoguista no se plasmaron.

Como indica una fuente sindical ante este medio, Caputo, además, intentó diferenciarse del estilo duro que mostró Sturzenegger durante todo el proceso. Del lado del hombre de confianza del Presidente, aparece el ala más proclive a las conversaciones del sindicalismo y que se diferencia del combativo Pablo Moyano, que pide por un nuevo paro nacional.

De todos modos, tal como le señala a este medio un importante cuadro gremial, la ley tal como está tendrá freno judicial, porque “es anticonstitucional”. Pese a las divergencias de estilo a la vista, una parte de la central con Gerardo Martínez a la cabeza estará mañana en Casa Rosada para reunirse con el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, habrá foto de unidad el próximo 2 de octubre, cuando los principales referentes de la CGT se sumen a la marcha universitaria.

“Y vamos a pedir que el Gobierno asista a los jubilados y se conforme una mesa de diálogo para que se resuelva el conflicto de Aerolíneas Argentinas”, apunta como próximos objetivos Cristian Jerónimo, el dirigente del sindicato del Vidrio y quien sabe articular entre todas las alas sindicales que conviven en la calle Azopardo.