Negociador

Guzmán, el jugador que será clave en el armado de Alberto Fernández

El ministro de Economía cerró la renegociación de la deuda y se prepara para salir al territorio. Apoyo de de CFK y una pieza que hace equilibrio en la alianza.

Guzman y Chodos en la madrugada del acuerdo de la deuda externa. Foto: CEDOC

“No estamos en el paraíso, hay que explicar que Argentina tiene muchos problemas”, le dice el ministro de Economía, Martín Guzmán, a su equipo minutos antes de dar la conferencia de prensa para explicar el acuerdo de deuda externa al que llegó el Gobierno de Alberto Fernández. Podría haber gritado el gol, pero es el primero en pedir cautela.

El funcionario estuvo hasta las 4 de la mañana del martes en el ministerio. Durante el fin de semana y hasta ayer, Guzmán había estado coordinando los detalles del acuerdo entre más de 50 fondos. El último zoom comenzó a las 2.40 con el grupo más duro. Participaron Jennifer O’Neill de BlackRock e Ian Glastein de Monarch. Durmió apenas unas horas y se fue para la Quinta de Olivos. Allí el Presidente, Alberto Fernández se preparaba para relanzar el Procrear sin haber dormido por seguir la negociación minuto a minuto. Rompieron la distancia social y después de días de frenéticas negociaciones se abrazaron.  

Durante estos meses, Guzmán logró pasar del ala “albertista” a conseguir consensos con los otros dos sectores de la alianza que integran Cristina Kirchner y Sergio Massa. El vínculo con la Vicepresidenta se destrabó gracias al gobernador Axel Kicillof, quien conoce a Guzmán desde hace seis años.

Antes de la asunción de Fernández y con varios candidatos para el ministerio, la voz del ex ministro de economía sirvió para que el kirchnerismo apruebe su designación. Desde entonces, son varias las veces que Guzmán visitó a la vicepresidenta en su departamento de la calle Juncal.

Desde que comenzó la pandemia, el funcionario se acostumbró a estar en la Quinta de Olivos entre cuatro y cinco días por semana. También suele cruzar temprano a la Casa Rosada minutos antes de comenzar las reuniones del gabinete económico para coordinar la agenda con el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. Es el último en irse del ministerio de Economía, en donde cena todas las noches.

Quiere dejar de ser “el ministro de la deuda”, como lo llaman algunos. “Tengo muchas cosas más de las que hablar pero siempre me preguntan por eso”, dice Guzmán, quien también estuvo a cargo de los programas económicos lanzados durante la cuarentena.

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Si el aislamiento se lo permite, dejará el escritorio para pasar al territorio. “Necesito salir de acá”, suele decir. Quiere comenzar por clubes de barrio. “No hay que acotarlo al plano técnico o académico”, dicen en la Casa Rosada. Uno de los mayores elogios llega de Cafiero. El jefe de Gabinete repite que Guzmán “será un gran jugador clave del armado político del Frente de Todos". A pocos días de decretarse el aislamiento estos dos dirigentes recorrieron una empresa Pyme, actividad que volverán a repetir no solo en Capital Federal.

Además, Guzmán mantiene buen vínculo con los gobernadores. En las últimas dos semanas habló a través de videconferencias con 15 de ellos. También dialogó con los diputados del oficialismo antes de la aprobación de la deuda bajo legislación local. Destacan su tono calmo, aunque muchos debieron subir el volumen o acercarse más a los parlantes cada vez que le tocaba hablar al ministro.

El ministro no se imagina volviendo a Estados Unidos, en donde se había instalado antes de aceptar el ofrecimiento de Fernández para integrar su gabinete. Sabe que hasta hace algunas semanas su nombre sonaba como uno de los posibles recambios del gabinete aunque lo atribuía a ruidos internos de las segundas y terceras líneas. Nunca dejó de tener el apoyo del Presidente y la Vicepresidenta.

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 “Ahora todos son amigos del campeón”, dicen en el ministerio de Economía. Guzmán sabe hacer goles. En los partidos que jugaron en la Quinta de Olivos antes de la pandemia se había convertido en el goleador. En la cancha juega en contra del equipo del Presidente que es arquero y sufrió los tantos de su ministro. Uno de sus compañeros de la gestión y equipo se animó a llamarlo el “Messi” del Gabinete por su fútbol “semi profesional”, tal como lo describen. Allí celebró cada gol que hizo con la camiseta de la selección Argentina suplente, pero con la deuda vuelve a pedir cautela. El partido recién empieza.