INSISTE CON SU ROL OPOSITOR

Los K dejan pasar la pelea con LLA y esperan que se desgaste

PJ Bonaerense. Las principales figuras del peronismo lograron coincidir en un mismo evento. Foto: cedoc

Para internas, ya tienen las propias. A pesar de que Javier Milei y Mauricio Macri apuntaron al kirchnerismo como el enemigo a vencer en una batalla que debieran dar juntos, este sector optó por el silencio. No interrumpirá y dejará que la disputa por formar una alianza electoral termine embarrando a su contrincante.

Cristina Kirchner sigue la disputa del oficialismo y su principal aliado desde El Calafate. Y, aunque muchas veces salió a contestarle a Javier Milei, esta vez no lo hizo. “Sería ideal ir juntos y arrasar con el kirchnerismo”, dijo el jefe de Estado. Tampoco se subió al ring de Macri cuando avaló un acuerdo “para que el kirchnerismo nunca más vuelva a gobernar el país o alguna de las 24 provincias argentinas”. La dos veces presidenta entiende que esta no es su pelea y, en cambio, se trata de una lucha de la derecha en la que ellos no tienen nada que hacer.

En el kirchnerismo hay una coincidencia con los funcionarios más importantes del gobierno: esta discusión llega antes de tiempo. Y se muestran sorprendidos porque se trata de una pelea por lugares y posicionamientos políticos que tiene que ver con “la casta” a la que los libertarios combaten.

Hay algo de disfrute, de todos modos, de ver al expresidente amarillo suplicar por un lugar. “Macri hizo la lista de invitados a una fiesta y desde el Gobierno le dijeron que no hay fiesta”, ironizan.

En el peronismo creen que, aunque deben resolver varias internas propias, lograron mantener el rol para el que fueron votados. “Nuestra postura es seguir siendo oposición al gobierno de Milei. Los que se quieren unir a La Libertad Avanza son los que le dieron los votos para cagar a la gente. Y ahora mendigan una alianza mientras desde la Casa Rosada se les rien en la cara”, lanzan desde el Instituto Patria. E insisten: “La única opción frente a Milei es ser opositor”.

Admiten que las internas que atraviesan los distintos partidos después del triunfo de Milei también atraviesan hoy al peronismo. “Las disputas nuestras de algún modo se van a solucionar. Más allá de algunas diferencias siempre votamos lo mismo y frente al gobierno libertario, nos opusimos a los mismos temas”, dicen con demasiado optimismo.

Lo cierto es que el año que se fue apenas dejó algunas fotos de dirigentes peronistas juntos sin que esto signifique la unidad que tanto buscan resaltar. Cristina Kirchner se prepara para regresar a Buenos Aires y, desde allí, retomar conversaciones con algunos gobernadores a los que pretende ir a visitar.

No se muestra apurada, en cambio, en resolver la principal disputa que se centra en el territorio bonaerense y tiene a uno de sus hijos políticos como el principal escollo. Cristina Kirchner deja en claro que, aunque Axel Kicillof repita que el conflicto es con Máximo Kirchner y varios dirigentes de La Cámpora, esto dejó de ser así cuando el gobernador bonaerense no mostró acompañamiento en la pelea por la conducción del PJ.

El jefe provincial está dispuesto a construir poder y convertirse en una alternativa a Milei para 2027. Esto irrita a un kirchnerismo que está acostumbrado a que nadie se anime sin antes no ser señalado por el dedo de la exvicepresidenta. Y aunque falte demasiado para la próxima elección presidencial el armado electoral de este año dejará al descubierto si la disputa interna puede ser saldada. Para llegar como un candidato presidencial firme, Kicillof busca sentarse a la mesa de negociación por las listas en la provincia de Buenos Aires como uno más de los socios que deberían compartir la lapicera. Está por verse.