Las salidas marcan una etapa para dirigentes leales y de bajo perfil
Con la salida de Eduardo Serenellini ya son 116 los funcionarios que dejaron el cargo en el gobierno nacional. A estos hay que sumarle los que fueron elegidos en las elecciones que también fueron corridos del espacio. En la Ciudad de Buenos Aires cambió por completo la estructura de La Libertad Avanza que desplazó sus primeros leales y sumó legisladores que responden a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich.
Durante la campaña electoral que llevó a Javier Milei a la Presidencia conocimos su afección por la exprimera ministra inglesa Margaret Thatcher, a quien denominaban la Dama de Hierro, por entre otras cosas tomar decisiones implacables contra sus contrincantes internos y externos, propios y ajenos. Esa afición del Presidente parece verse reflejada en su hermana Karina Milei, a quien se le atribuye la depuración del Gobierno de los principales referentes de La Libertad Avanza.
La oficializada expulsión de Ramiro Marra en medio de una disputa de poder en la Legislatura porteña terminó por consolidar a “El Jefe”, frente a la sorpresa de sus propios partidarios y la atónita mirada de los ajenos, como la Dama de Hierro Libertaria.
El resultado de este ejercicio de la disciplina con la mano pesada, bajo la máxima política de ser siempre más exigentes con los propios que con los contrincantes, la expresó el politólogo Pablo Salinas al relevar la totalidad de las salidas de funcionarios que fueron renunciados a sus cargos durante el primer año y comienzo del segundo del gobierno de los Milei: “Ya son 116 los funcionarios/as políticos que se fueron del gobierno de Milei. A razón de uno cada 86 horas (dos por semana)”.
A esa lista larga de funcionarios corridos del Gobierno, se le suma los exasesores con alto perfil público como Carlos Kikuchi, Carlos Rodríguez y Carlos Maslatón. Entre los que ya no están se destacan el primer jefe de Gabinete Nicolás Posse, la excanciller Diana Mondino, Florencia Mizrahi, expresidenta de AFIP, exministro de Salud Mario Russo, Julio Garro, el exsubsecretario de Deportes, el exsecretario de Energía Eduardo Rodríguez Chirillo, Pablo de la Torre, exsecretario de Niñez, Adolescencia y Familia, el exsecretario de Trabajo Omar Yasín, el extitular de la Anses, Osvaldo Giordano, el exembajador en España Roberto Bosch, Pablo Piñeiro Aramburu, que fue cónsul en Nueva York, Yanina Nano Lembo, exsecretaría de Niñez, Adolescencia y Familia de Capital Humano, el extitular de la Junta de Seguridad en el Transporte Julián Obaid, el exProcurador del Tesoro, Rodolfo Barra y Eduardo Serenellini, el reciente renunciado de la ex secretaria de prensa.
Más allá de los nombres, Salinas detalla también las salidas por cargos y espacios dentro del gobierno libertario: un jefe de Gabinete, tres ministros, un interventor de la exAFI, treinta y seis secretarios de Estado, treinta y seis subsecretarios de Estado, cinco titulares de unidad de gabinete de asesores, y treinta y cuatro de otros cargos del sector público nacional. Si bien no deja de sorprender la dimensión de cambios de funcionarios dentro de la estructura de gobierno en tan poco tiempo de ejercicio en el poder, hay otras invitaciones a alejarse de los Milei que no pueden ser expulsados ni renunciados, aquellos que formaron parte de las listas electorales y gozan de inmunidad por cargo electivo como es el caso de Ramiro Marra en la Legislatura porteña, quien se suma a la lista negra junto al diputado Oscar Zago, la diputada Lourdes Arrieta y hasta la mismísima vicepresidenta Victoria Villarruel. Como en toda regla siempre está la excepción, el caso de la diputada Carolina Piparo supo tener su alejamiento para después regresar al bloque oficialista.
El tiempo de descuento para los armados electorales de este año apuran tales decisiones, como quedó expuesto en la Ciudad de Buenos Aires, donde paradójicamente no quedan dentro del partido de La Libertad Avanza referentes que fueron candidatos en 2023.
Es el primer distrito electoral donde resuena el puño de hierro de Karina Milei para reordenar, sumar, quitar y mantener a aquellos que considera que aportan hoy más lealtad que votos.
Estos movimientos lograron por un lado unificar la conducción del bloque porteño, ya que hasta ese momento estaba dividido en dos con la competencia de liderazgo entre Ramiro Marra y Pilar Ramirez, la última más cercana a “El Jefe” y por supuesto quien se quedó finalmente al frente del bloque. Donde, además, sumaron a los legisladores que responden a Patricia Bullrich que dejó debilitado al bloque del PRO local de Jorge Macri.
No se descarta que Marra se sume al monobloque de otro fundador de La Libertad Avanza caído por disputas con la hermana de Milei, Eugenio Casielles, quien podría pasar con la ambulancia para recolectar también a otros legisladores heridos como Jorge Reta, Sandra Rey y Edgardo Alifraco.
Recorre una idea por debajo de la alfombra de los libertarios, que lo sucedido estos días revela que los altos niveles de conocimiento de las figuras políticas molestan y que ahora se prefiere la lealtad de los bajos perfiles bajo la sumisión del puño de hierro de la hermana libertaria.
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