Fidel Pintos y Martín Guzmán, los nombres de la sarasa argentina
El ministro de Economía usó una palabra del habla cotidiana de los argentinos para estirar un tiempo muerto de su presentación ante los diputados. Origen y significado de la palabra del día.
El ministro Martín Guzmán dijo ante un micrófono abierto exactamente lo contrario de lo que esperamos los argentinos de la clase política. Se pueden aceptar sus explicaciones, que no sabía que lo estaban escuchando, que se refería a la espera por si no funcionaba un power point o que hacía tiempo mientras terminaban de acomodarse sus interlocutores. Pero lo último que esperamos es la “sarasa” de un Ministro de la Nación.
Pero, ¿qué significa y de dónde viene ese término al que los argentinos estamos tan acostumbrados, lamentablemente? Según los expertos, el término viene de zaraza (de ahí que muchas veces se confunda la forma de escribirlo), que a su vez proviene de ceraza, y de cera. Entre sus acepciones oficiales, los diccionarios mencionan “Mujer que ofrece sus servicios sexuales por un pago, varón que siente atracción sexual por personas de su mismo sexo y varón que en su comportamiento se asemeja exageradamente a lo prototípicamente femenino”. Hay una localidad con ese nombre en la provincia de Buenos Aires, en el partido de Colón.
Martín Guzmán explicó qué quiso decir cuando habló de "sarasa" en Diputados
Finalmente, en el boletín de la Academia Argentina de Letras, en 1960, en el capítulo titulado “Experiencias de Campo”, cuyo autor es Fortunato Mendilaharzu, se encuentra otra acepción. “Hacer sarasa”, sostiene, es “hacer polvo”. Y propone un ejemplo: “Una rotunda paliza, en una pelea, se presta al siguiente comentario: lo hizo sarasa, lo hizo polvo”.
Pero los argentinos sabemos que sarasa está emparentado con sanata. Y su definición es algo así como “cosas que una persona puede decir, que pueden carecer de veracidad importancia o coherencia. También sirve para descalificar la opinión de otra persona”.
Esta palabrita, que seamos amables, se le escapó al ministro Guzmán, fue muy utilizada durante los cuatro años del macrismo en el gobierno. Mauricio Macri, María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta la usaban para descalificar lo que señalaban como el “Relato K”. “Esto no es sarasa”, repetían cada vez que inauguran una obra.
Fidel Pintos y el arte de la sanata
Pero, ¿de dónde viene la divulgación de su uso, con acepciones tan disímiles? Fue el gran cómico argentino Fidel Pintos el creador de la “sarasa” y de la “sanata”, y sus correspondientes “verbos”, “sarasear” y “sanatear”. En el teatro, en la radio y luego en la televisión, en la mesa de “Polémica en el bar” impuso su “sanata”, donde hablaba sin parar, modulaba, daba a entender algunas palabras que no pronunciaba y en definitiva, no decía nada concreto, aunque se ufanaba de sus contactos y de sus explicaciones vacías de contenido.
Y cada tanto, decía “sarasa” en su largo monólogo o se presentaba como representante diplomático plenipotenciario en asuntos económicos mundiales del reino de “Sarasa Sarasa”. Y no, a ese reino no le podemos mandar una misión diplomática para entablar negociaciones bilaterales para mejorar nuestra economía. Una lástima, porque con la lengua del gran Fidel, el cómico y no el barbudo prócer de Cuba, seguro que nos compraban hasta los buzones del Correo Central.