nuevo esquema de poder

El Gobierno se impacienta y busca acelerar el tratamiento de los pliegos para la Corte

La Casa Rosada pretende que para la primera semana de agosto el Senado convoque a las audiencias que den inicio al debate por los pliegos de Ariel Lijo y García Mansilla.

Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla Foto: CIJ | NA

En el Gobierno de Javier Milei crece la impaciencia por la demora en el tratamiento y aprobación de los pliegos de la Corte Suprema de Justicia, y creen que en la primera semana de agosto debería establecerse la fecha para las audiencias para el debate por los pliegos de Ariel Lijo, (quien ha sido blanco de críticas) y de Manuel García Mansilla, un catedrático de la Universidad Austral de perfil ultraconservador. 

En los pasillos de la Casa Rosada circula la idea de que la demora no es casual. Sino que se la atribuyen a la influencia del titular de la Corte, Horacio Rosatti, quien podría ver mermado su poder interno con la llegada de nuevos ministros. También señalan a la familia Saguier, con extendidos vínculos en la familia judicial, interesados en demorar la nominación de Lijo. 

A su vez, creen que tampoco colabora el rechazo que la titular del Senado, Victoria Villarruel, manifestó públicamente hacia la figura del juez federal en una entrevista en TN tiempo atrás. Con todo, quien deberá poner finalmente fecha para las audiencias es la larretista Guadalupe Tagliaferri, quien tiene a cargo la Comisión de Acuerdos en el Senado. Los magistrados requerirán mayoría agravada para que sus pliegos sean aprobados.   

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La impaciencia que se reconoce en los pasillos de la Casa de Gobierno se debe a que en septiembre, la Corte deberá elegir su presidente, y pretenden que para entonces estén nombrados los dos nuevos magistrados. Pese a ello, son reticentes a dar nombres sobre preferencias para presidir al Máximo Tribunal, y aclaran que se trata de otro Poder del Estado. Con todo, queda claro que de concretarse las designaciones el equilibrio de poder interno de la Corte se reformulará.   

La estrategia del Gobierno quedó clara: ató la suerte de ambos pliegos y le encomendó a Lijo que busque sus votos. De esa manera, Lijo se ve obligado a buscar también los votos indirectamente para García Mansilla. Tal como contó PERFIL semanas atrás, el Gobierno deja trascender que quiere a los dos jueces o a ninguno

Ariel Lijo. 

Manuel García Mansilla.

El juez federal de extendidos vínculos dentro y fuera de la corporación judicial, se puso en primera persona a buscar los votos y apuesta a tener el acompañamiento del peronismo y de la UCR, cuyos vínculos se extienden a los radicales Emiliano Yacobitti y a Daniel Angelici. En el Senado predomina el hermetismo y nadie se hace cargo de los vínculos con el juez.  

Una nota discordante: el formoseño y oficialista Francisco Paoltroni ya avisó que no votará a Lijo en su inquina personal con Insfrán. 

A Lijo lo propuso el archi- experimentado Ricardo Lorenzetti quien busca recuperar terreno en su guerra fría contra sus otros pares; a García Mansilla en cambio, lo acercó Sebastián Amerio, el dos de Mariano Cúneo Libarona. “A García Mansilla muchos de nosotros lo veníamos leyendo”, dijo una altísima fuente del Gobierno. García Mansilla es un catedrático de la Universidad Austral, y hay muchos que lo señalan como miembro del Opus Dei. 

En Casa Rosada rechazan las versiones que indican que está en carpeta avanzar con el pliego del Procurador General, cargo que está ocupado de manera provisoria desde la era del macrismo por Eduardo Casal. Incluso piensan que el recambio legislativo del 2025 podría beneficiarlos en dicha discusión.  

Horacio Rosatti, Juan Carlos Maqueda, Carlos Rosenkrantz, Ricardo Lorenzetti.

Tampoco asoma dentro del menú de posibilidades una ampliación de la Corte más allá de que altos funcionarios del Gobierno la verían con buenos ojos. El propio jefe de Gabinete, Guillermo Francos se mostró a favor de ello hace escasos días

En el mundillo judicial, algunas voces señalan que Francos sondea el ánimo de los gobernadores, a sabiendas de que hay muchos juzgados federales que todavía están vacantes. Otros indican que Amerio también interviene en las conversaciones. 

Lijo y Lorenzetti tienen vínculo desde hace años. Fuentes judiciales marcan que las personalidades de ambos magistrados son contrastantes, pero complementarias. Lijo es un tiempista, y aboga por el trabajo en silencio. El extitular de la Corte por el contrario es hiperquinético.