tras la suba de bienes personales

El Gobierno pone la lupa en quienes se radican afuera para evitar impuestos

Uruguay quiere más argentinos, pero Paraguay facilita la residencia fiscal. Las bajas en AFIP no son significativas, aunque las consultas en estudios tributarios aumentaron un 20%.

Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) Foto: cedoc

El presidente electo uruguayo, Luis Lacalle Pou, invitó a los argentinos de alto poder adquisitivo a radicarse fiscalmente en su país y la propuesta fue bien recibida por quienes, tras la suba de Bienes Personales que trajo la ley de solidaridad, buscan pagar menos por sus tenencias, sobre todo en el exterior.

Pero la plaza de principal atractivo en la región a la hora de cambiar residencia tributaria es, en realidad, Paraguay, donde las alícuotas son todavía menores. Los dos países comparten el beneficio de que no se pagan impuestos por los bienes que están fuera de su territorio. En cambio, en la Argentina se tributa por los bienes declarados en el exterior.

Con este escenario, en las últimas semanas, las consultas para cambiar domicilio crecieron más del 20% y hubo casos de empresarios que decidieron radicarse, tanto en Asunción como en Montevideo o Punta del Este.

Pero cambiar de residencia implica darse de baja en la Administración Federal de Ingresos Públicos y comprobar que realmente se pasa la mayor parte del tiempo o que se trasladan la mayor parte de bienes o familia a otro país. En ese marco, desde el Gobierno apuntan a poner la lupa sobre todos los casos de baja de residencia argentina. 

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Según explican los tributaristas, AFIP tiene firmados acuerdos de intercambio de información y controla los datos de migraciones. Cuando se pide la baja fiscal, el control “es muy exhaustivo. AFIP siempre tiene toda las posibilidades para revisar si se cumplen todos los requisitos formales”, explicó César Litvin, del estudio Lisicki Litvin & Asociados.

Por otra parte, la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) “está poniendo mucho esfuerzo para que no haya cambios de residencia tributaria solo por temas fiscales”.

No se es residente fiscal de forma permanente sino que es un test anual”, explica desde el estudio SMS Uruguay el contador público Félix Abadi. “Se tienen que cumplir 183 días en el año. No se puede venir una vez por mes.  Se busca evitar la obtención de una residencia en base a términos especulativos”, agregó. En el caso de Paraguay, en cambio, la normativa es mucho más permisiva para los extranjeros residentes, con plazos de hasta tres años.

Hasta ahora, las bajas no fueron significativas. Y se trata de un público selecto. “Son personas que tienen millones declarados en el exterior. Pero la ley de solidaridad generó un cambio muy sutil y es más difícil perder la residencia fiscal, porque las declaraciones de Ganancias y Bienes Personales van de la mano”, explica Leonel Zanotto, asociado de la firma San Martín Suárez e integrante de SMS Latinoamérica.

La ley de solidaridad generó un cambio muy sutil y es más difícil perder la residencia fiscal, porque las declaraciones de Ganancias y Bienes Personales van de la mano, explica Leonel Zanotto

Además de Paraguay y Uruguay, “España, Italia y Portugal acogen bien a los residentes tributarios”, remarcó Litvin, aunque los países vecinos tienen la proximidad a su favor. “Hay que tener mucho cuidado porque para perder la residencia tributaria en la Argentina hay que tener residencia tributaria y legal en otro país y que sea permanente y hay que mudarse definitivamente”, remarcó. No se puede regresar al país por más de noventa días continuos. Es en ese ir y venir que la AFIP –con migraciones– puede controlar que no se excedan los plazos.

“Si no se respetan los plazos, el fisco argentino puede considerar que hay doble residencia. La ley exige que el centro de intereses vitales económicos y personales y familiares esté en el país al que se hizo la residencia”, advirtió Litvin.

 

Alícuotas más bajas y límites más altos, las diferencias en el Mercosur

Tan solo en las últimas semanas, el titular de la filial local de una multinacional de co-working comenzó el proceso de radicarse en Paraguay. Así también lo hizo un empresario que había entrado al blanqueo. Otro empresario de 70 años, con unos 7 millones de dólares de patrimonio, en cambio, completó su trámite de residencia en Uruguay.  “A partir de los cambios en Bienes Personales muchos contribuyentes quieren ver cómo protegen su patrimonio”, indicó César Litvin.

* En el juego de las diferencias, la particularidad central radica en que no se pagan impuestos por los bienes fuera del territorio. Están exentos.

* En Uruguay se paga “impuesto al patrimonio” desde los US$ 112 mil por persona, aunque se pueden constituir nucleos con cónyuges por US$ 224 mil. En la Argentina paga desde US$ 33 mil, de acuerdo con Carlos Quian, de GQ Consulting.

* Tras el sinceramiento fiscal de 2016, se había trazado un sendero a la baja de la alícuota de Bienes Personales, que pasaba de 0,75% a 0,50% y a 0,25%. Pero la Ley de Solidaridad Fiscal elevó la alícuota a 1,25%, y a un punto extra para los bienes en el exterior, según Leonel Zanotto, de SMS Argentina.

* En Uruguay un residente nuevo no paga Ganancias los primeros seis años después de radicarse. La alícuota de Ganancias es 25. En Paraguay es del 10%.

* Para mantener la residencia en Uruguay hay que demostrar 183 días de permanencia. En Paraguay, el plazo para ausentarse puede llegar a tres años. Pero el paso por  la Argentina no puede ser mayor a noventa días.

* En el caso de Uruguay, también se puede obtener la residencia si las rentas de fuente uruguaya son mayores a otros países, o si hay inversiones inmobiliarias para vivienda por US$ 1,8 millones y para negocios por casi US$ 5 millones, según explicó Félix Abadi, de SMS Latinoamérica, desde Uruguay.

* Si hay adulteración “hay consecuencias muy graves. Se puede quitar retroactivamente la residencia fiscal”, agregó Abadi. “Si no se respetan los plazos, el fisco argentino puede considerar que hay doble residencia”, indicó Litvin.