El Ejecutivo quiere mostrar logros y refuerza partidas sociales, de salud y de seguridad

“La gestión es un 8 pero falta, necesitamos más resultados”, expresa un funcionario que transita los pasillos de la Casa Rosada y que tiene diálogo fluido con Javier y Karina Milei. Una frase que da cuenta de que el Gobierno buscará en la última parte del año mostrar logros más allá de la baja de la inflación con una economía que no despega.

En Balcarce 50, hablan de que los salarios le siguen ganando a la inflación y no les prestan atención a los números más negativos de la economía, con una fuerte suba del desempleo (7,7% en el primer trimestre según el Indec), el cierre de 10 mil empresas pymes en solo seis meses (un dato que difundió la Asociación de Empresarios Nacionales) y el bajo uso de la capacidad instalada de la industria manufacturera (en junio fue del 54,5%, un número similar al que tuvo en plena pandemia).

De todos modos, reconocen que las inversiones para que la economía comience a crecer con celeridad no llegarán en lo inmediato, producto de la demora de la reglamentación del Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones. “Va a llevar más tiempo porque hay que afinar la letra con muchos sectores”, reconoce un dirigente libertario que está al tanto de la letra chica.

Con ese marco, hay ministros que tratarán de enseñar que no todo pasa por la motosierra. Uno de ellos es Mario Russo, el ministro de Salud, quien sufrió en carne propia los efectos de la crisis del dengue.

Recuperado, recibió un refuerzo presupuestario de $ 694 mil millones para garantizar el calendario nacional de vacunación, la entrega de medicamentos y se va a colocar el foco en el dengue, además de que logró en este tiempo reasignar fondos gracias al recorte de la estructura política y programas que en la cartera estaban superpuestos. De hecho, ciertos planes tuvieron una subejecución menor al 50% en lo que va de 2024.

En relación con el mosquito, existe un plan integral con todas las provincias y Nación prometió financiamiento y lineamientos para la asistencia clínica, además de ejecutar un plan de vacunación focalizada. Otro dato: esta semana, el oficialismo se reunió con empresas productoras de repelentes, para no volver a caer en los problemas de suministro de abril, en donde se evidenciaron faltantes mientras los casos de dengue escalaron a gran velocidad.

Además de Russo, Sandra Pettovello intentará enseñar que está capacitada para conducir un ministerio como Capital Humano. Bajo ese eje, armó una mesa de políticas sociales “transversales” a todas las áreas que conduce para acelerar procesos que hoy están en punto muerto, como reconoce un integrante del ministerio. La diagramación de ese armado corre por cuenta de Matías Kelly, un exfuncionario de Carolina Stanley en la gestión nacional de Cambiemos, y otros cuadros técnicos del PRO que también pasaron por Desarrollo Social.

“Sandra sabe que solo la banca Javier y tiene que mostrar algo más que el combate a las mafias antes de que termine el año”, dice una voz de la cartera que pide resguardo. Por lo pronto, habrá contención del clima social gracias a la Asignación

Universal por Hijo y la tarjeta Alimentar: en el oficialismo, aseguran que la AUH y la tarjeta continuarán con aumentos por encima de la inflación. Hoy, se destinan casi 2 billones de pesos para los 2,3 millones de personas que cobran la Alimentar mensualmente.

La seguridad no se descuidará. Es uno de los ejes de La Libertad Avanza y Patricia Bullrich, la ministra a cargo de un área sensible, empezó a planificar la última parte de este año y del próximo, con ejes principales.

Por ejemplo, busca renovar la flota en la cual se mueven las fuerzas de seguridad, compras de municiones y la ampliación de los penales de Marcos Paz y Ezeiza. Incluso, ya se habla de una reasignación de partidas por 67 mil millones de pesos para concretar objetivos.