El dilema de las fuerzas intermedias que quedan fuera de la polarización
Frente a un escenario electoral incierto, los movimientos entre La Libertad Avanza y PRO, y las internas dentro del peronismo-kichnerismo, abre el interrogante sobre los que quedan fuera de esa polarización: UCR, Coalición Cívica y Peronismo no K.
Las mismas fuerzas políticas también denominadas dialoguistas, a las que sus bloques legislativos fueron invitados por el jefe de gabinete, Guillermo Francos, a participar de reuniones previas a las sesiones extraordinarias.
Son los propios radicales que reconocen que hoy no tiene una línea orgánica unificada: por un lado están los más cercanos al oficialismo libertario encabezados por el jefe de bloque en Diputados, Rodrigo de Loredo, quien viene de expresar: “Nuestra responsabilidad histórica es evitar la restauración del kirchnerismo”, en un claro gesto de alineación de un lado de la polarización y que mantiene la línea de los últimos años del partido tras la experiencia de Cambiemos y Juntos por el Cambio.
Por el otro lado, hay otra UCR que tiene más reparos o son más escépticos de quedar pegados al libertario, representados por el senador Martín Lousteau y los diputados Julio Cobos y Facundo Manes. Ambos con acusaciones de un lado y de otro de estar más cerca del mileísmo o del kirchnerismo. En la Coalición Cívica aseguran que no se mueven del centro, como respuesta a la polarización, ni de uno ni del otro.
Con Elisa Carrió corrida de la escena pública, pero no inactiva, son los diputados Juan Manuel López y Maximiliano Ferraro quienes levantan, no solamente la voz, sino también las denuncias contra el oficialismo libertario, como las recientes que presentaron contra Andrés Vázquez, el jefe de la Dirección General Impositiva. Ferraro viene de denunciar que lo están espiando y que existe un pacto entre Cristina Kirchner y Javier Milei que comienza con los pliegos del juez Ariel Lijo para la Corte Suprema de Justicia.
Dentro del espectro del peronismo no K, prevalecen las figuras de Miguel Ángel Pichetto, Emilio Monzó y Nicolás Massot como armadores del espacio, que se mantienen también escépticos del oficialismo y busca competirle al kirchnerismo en distritos de la provincia de Buenos Aires, donde podría incorporar algunos intendentes y exintendentes disidentes con peso propio local.
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