El acuerdo con la Unión Europea ya enciende alarmas en distintos sectores

El presidente Javier Milei y la Argentina firmaron ayer como miembros del Mercosur un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea, un tratado cuya negociación lleva más de 25 años y que ya había anunciado en el año 2019, bajo la gestión de Mauricio Macri, pero que sin embargo quedó sin efecto en ese momento.

La firma del acuerdo generó desconfianza en buena parte de la oposición que salió a reclamar mayor información acerca del alcance de lo firmado.

Con todo, para que se ponga en marcha el acuerdo deberá ser refrendado por los Parlamentos de la mayoría de los países que integran cada uno de los bloques.

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El viernes, estuvo presente además de los presidentes del Mercosur, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, además de Milei, Luis Lacalle Pou, Lula Da Silva, y Santiago Peña.

Avanzar en el acuerdo Mercosur-UE podría implicar el desarrollo y la integración de un mercado común con 700 millones de consumidores.

A priori, Europea le vendería a los países sudamericanos automóviles, maquinaria y medicina, mientras que el Mercosur podría incrementar sus exportaciones en materia de alimentos y minería.

El acuerdo tiene la resistencia tanto de Francia, con Emmanuel Macron a la cabeza, como de Italia, con Giogia Meloni. Ambos mandatarios han mostrado buena sintonía con el Presidente argentino.

Con todo, hay sectores del agro de ambos países que resisten la idea de importar alimentos.

En la Argentina, los sectores industriales se ponen en alerta. Es que a la apertura de importaciones y la competencia con países como China, también podrían tener que competir con manufacturas europeas.  

Hacia el año 2019, los aranceles en materia de automóviles, calzados y textiles rondaban el 35%. A su vez, las autopartes (para el armado de automóviles), entre un 14% y 18%. Por su parte, la maquinaria entre un 14% y 20%, mientras que los químicos un 18% y los farmacéuticos entre un 14% y 18%.  

También podrían eliminarse los aranceles en chocolate que rondaba el 20%, vinos, un 27% y bebidas edulcoradas (entre el 20% y el 35%).

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El contexto y la aceleración en el proceso de la firma del acuerdo (pese a la resistencia de algunos europeos) no es menor, teniendo en cuenta que la asunción de Donald Trump el próximo 20 de enero podría iniciar una “guerra comercial” con la suba de aranceles y la imposibilidad de muchos países de colocar su producción.  

También hay preocupación en algunas ramas de la producción por las normas ambientales europeas, que tienden a ser más estrictas que en el Mercosur. Compatibilizar toda la normativa ambiental será una ardua y larga tarea.

Diputados del bloque de Unión por la Patria exigieron que se informe sobre el impacto en las exportaciones de origen industrial, las cuotas de exportación (cupos) para la producción argentina, detalles de la política de subsidios agropecuaria europea, además del posible impacto en la balanza comercial argentina  que este acuerdo implica. Aseguran que esta negociación provocará un fuerte impacto en estos sectores.

LT