Cumbre del G20 en Río de Janeiro

De la "cortina de hierro" entre Lula y Milei a un Xi Jinping protagonista: lo que dejó el día 1 de la Cumbre de G20

El frío saludo entre ambos presidentes reflejó la tensa relación pero no impidió un nuevo acuerdo bilateral. Su par chino destacó el papel del Sur Global y se alzó contra el proteccionismo, anticipándose a la llegada de Trump a la Casa Blanca.

Líderes del G20 en la cumbre del G20 en Río de Janeiro, el 18 de noviembre Foto: AFP

El primer día de la cumbre del G20 en Río de Janeiro estuvo marcado por una serie de eventos que reflejan las tensiones y los desafíos que socavan el orden multilateral actual. En particular, las divisiones sobre la guerra en Ucrania y la destrucción de Gaza -y la responsabilidad de los gobiernos de Vladimir Putin y Benjamin Netanyahu respectivamente- fueron temas que ensombrecieron el ambicioso plan del anfitrión, el presidente brasileño Lula da Silva, para liderar una alianza global contra el hambre y la pobreza.

Este lunes concluyó la primera jornada de alto nivel del foro internacional que convocó a los jefes de estado y de gobierno de las 20 economías industriales y emergentes a la antigua capital del imperio brasileño. Más allá de las dificultades y los avances en materia diplomática, la jornada de alto nivel marcó las prioridades de los distintos actores en el escenario internacional.

Empezando por las tensiones entre los enemistados Lula y Javier Milei, quienes se vieron las caras por primera vez desde que los insultos del presidente libertario y su acercamiento a Jair Bolsonaro condenaron la relación. El frío saludo entre ambos mandatarios, que también salpicó a la secretaria y acompañante del Presidente, Karina Milei, se viralizó en las redes sociales.

"Un programa supranacional socialista": qué es la Agenda 2030 y por qué Milei insiste en rechazarla

Si bien Milei retuiteó en X el momento del encuentro publicado por Ramiro Marra con la leyenda "a los zurdos y comunistas mejor tenerlos lejos", el episodio no pasó a mayores, considerando el acuerdo que firmaron los ministros de Economía para exportar gas de Vaca Muerta a Brasil. Sin embargo, sí contrastó con la actitud amigable del brasileño hacia otros líderes -sin importar las distancias ideológicas- y con la simpatía que, a contramano, expresó el francés Emmanuel Macron hacia Milei.

Tampoco pasó desapercibido el indiscutible protagonismo del presidente chino Xi Jinping en la cumbre de G20, de su creciente liderazgo a nivel mundial y uno de los más convocados para encuentros bilaterales. En frente, estuvo descuido de Joe Biden y del canadiense Justin Trudeau, quienes no llegaron a la foto grupal y que se torna un emblema de la cooperación entre los mandatarios del G20 frente a un escenario cargado de desafíos globales.

Pensando en la "competencia estratégica" con Estados Unidos, el presidente chino advirtió que el mundo está entrando en una era de "grandes cambios", volvió a apostar por el Sur Global para encauzar esa transformación del orden internacional y abogó por la profundización del diálogo. Además, se reunió con sus pares de Reino Unido y Australia, con quienes se comprometió a combatir el "proteccionismo" -particularmente con el aumento de aranceles-, en un guiño a las declaraciones del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.

Karina y Javier Milei posaron junto a Lula y Janja da Silva. 

 

La 'cortina de hierro' entre Lula y Milei 

Uno de los momentos más comentados de la primera jornada de la cumbre del G20 fue la interacción entre el presidente brasileño y su homólogo argentino. El saludo entre ambos, en el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro, fue el claro reflejo de la tensión que persiste entre ambos líderes desde que Milei asumió la presidencia el 10 diciembre de 2023.

A diferencia de los apretones de mano cálidos y sonrisas que Lula ofreció a otros mandatarios, su encuentro con Milei fue visiblemente frío: el brasileño apenas extendió la mano al presidente argentino, y su mirada, cargada de severidad, también se dirigió a la secretaria de Presidencia y número dos de la Casa Rosada.

Si bien la tensión personal fue evidente, también lo fue el pragmatismo de la diplomacia y la fortaleza del vínculo entre dos de las principales economías latinoamericanas, al igual que ocurrió a lo largo del primer año del gobierno libertario. A pesar de sus diferencias ideológicas, ambos gobiernos lograron avances en áreas clave. No solo lograron convencer a Milei de firmar la una declaración conjunta de Lula para combatir el hambre (a pesar de su disgusto por las similitudes con la Agenda 2030) y un acuerdo que firmado por los ministros Luis Caputo de Argentina y Alexandre Silveira para aumentar las exportaciones de gas de Vaca Muerta hacia Brasil. 

En tanto, Lula logró un importante triunfo diplomático al lograr un consenso en torno a la declaración conjunta para la lucha contra el hambre, un tema central de la presidencia brasileña no solo en el G20 sino a nivel internacional, donde busca posicionarse como líder. Sin embargo, el contexto marcado por la guerra en Ucrania y la guerra en Medio Oriente, ensombreció el esfuerzo, evidenciando las divisiones internas del G20 sobre cómo abordar estos conflictos y las tensiones sobre los derechos humanos en Gaza.

Milei rechazó "todo el contenido vinculado a la Agenda 2030" en la declaración final del G20

 

Xi Jinping, protagonista de la cumbre de G20

Xi Jinping sumó un nuevo evento regional para apuntalar su liderazgo. Después de haberse reunido con Joe Biden en Perú del sábado, tras el cierre del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico, el mandatario chino reafirmó su compromiso con el diálogo internacional en Río de Janeiro. Su intervención, en tanto, fue clave para reafirmar el protagonismo de China en un mundo que tiende hacia la multipolaridad al menos en materia económica, alejándose de la hegemonía occidental.

Según informó la agencia china Xinhua, el presidente chino enfatizó que el mundo está experimentando "profundos cambios" y abogó por una mayor cooperación entre los países del Sur Global para contrarrestar las políticas de otras potencias, como los aranceles o las sanciones internacionales.

Xi Jinping inicia visita oficial a Lula después de la cumbre del G20.

Xi Jinping, en tanto, se mostró dispuesto a "trabajar con todas las partes por un mundo multipolar equitativo y ordenado y una globalización económica universalmente beneficiosa e inclusiva". También destacó la necesidad de integrar a la Unión Africana en el G20, lo que fue interpretado como un intento de reformar la arquitectura global a favor de los países en desarrollo.

Pero más allá de su enfoque en las naciones emergentes, Xi Jinping también buscó acercarse a economías occidentales, reuniéndose con los mandatarios de Reino Unido y Australia. En estos encuentros, Xi promovió una agenda económica basada en la "lucha contra el proteccionismo" y en favor del "globalismo económico". Un mensaje que pareciera prever el mundo que se viene con la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca, considerando la política arancelaria contra productos chinos que implementó en su primera presidencia. En esa línea, el mandatario chino destacó los peligros de las políticas aislacionistas y la importancia de un comercio global más abierto.

cd / ds