el presidente en roma

“Contame: ¿cómo es Milei? ¿Cómo logró ganar la elección?”

. Foto: Cedoc Perfil

* Especial, desde Roma.

Desde siempre, cuando un argentino llegaba a Roma, la pregunta de los italianos era la siguiente: “¿Como anda el país, como está la Argentina?”. Este interrogante ha sido ahora sustituido por una curiosidad menos generalizada, mucho más directa: “Hablame de Milei. ¿Quién es, cómo es y cómo fue que logró ganar las elecciones?”.

Con el peronismo en el poder el interés por la Argentina era diferente: en el fondo por una serie de razones, como por ejemplo la cercanía entre los dos países, en Italia el peronismo –poco importa si en el poder o en la oposición– es un tema político conocido, incluso hasta casi familiar. En el caso de la presidencia de Mauricio Macri, su perfil no generó tanta curiosidad: el estilo es muy diferente al de Milei, más allá de las declaraciones de estas últimas horas que hablan de un nuevo empujón en el acercamiento a nivel parlamentario entre ambos.

Está claro que de una u otra manera ahora todo ha cambiado: desde el primer momento de la llegada de Milei a la Casa Rosada, hay una oleada de interés que no se limita a Italia o a los otros países de la región. Su figura provoca curiosidad en los medios, poco importa si radio, TV, diarios o redes sociales, y si ese interés proviene de la izquierda o de la derecha. El punto es comprender “cómo es Milei”. A partir de su victoria electoral, fue comparado con los expresidentes de Brasil (Jair Bolsonaro) y de EE.UU. (Donald Trump) e incluso con Viktor Orban, el premier fervientemente “soberanista” de Hungría, no muy conocido en la Argentina pero del que en Europa se habla constantemente, y no solo en la Península.

Transcurridas ya varias semanas desde las elecciones de noviembre, la curiosidad mediática y política que suscita el Presidente no cesa. Hay dos imágenes de las que Milei fue protagonista que sin duda alguna le han dado mucha fama. La primera es la de la ya célebre motosierra; la segunda es el video con su desinhibida caminata frente al pizarrón en el que el en ese entonces candidato presidencial –corría el mes de agosto– indicó los ministerios que iba a cancelar a rajatabla en el caso de llegar a la Casa Rosada.

No hace falta ser psiconalista para intuir las razones profundas de semejante impacto: en los dos casos la clave fue la contundencia de esas imágenes, la modalidad elegida para explicar algunas de las orientaciones de fondo del programa “mileísta”. Quizás haya también otra explicación; en un país como Italia, con una economía pujante en muchos sectores pero acostumbrado a convivir con una deuda del Estado muy alta, el tema de un recorte drástico en el gasto público acapara el interés de los ciudadanos: tanto de quien respalda ese tipo de política económica como de quien, por el contrario, la rechaza horrorizado.