Auditorías, amenazas y secretos de la nueva interna PRO por las grúas: Jorge Macri le baja el tono y Larreta recorre CABA
El jefe de Gobierno había hablado de "actos impropios" por parte de la administración larretista y apuntó fuerte contra Moyano. El rol clave del área de Transporte. El informe interno que se está cocinando y el futuro del servicio donde Camioneros tiene intereses.
Las acusaciones del jefe de Gobierno, Jorge Macri, sobre presuntas irregularidades en la preadjudicación del servicio de grúas, dejaron al mundo PRO boquiabierto. En especial porque devolvieron a Horacio Rodríguez Larreta al ring. Y en particular, porque la acusación, aunque no tuvo una denuncia judicial de por medio por parte del Gobierno porteño, levantó un escándalo inesperado en el partido amarillo. Otro más después de la interna entre Mauricio Macri y Patricia Bullrich por el control de la Asamblea partidaria.
Ahora en el Gobierno porteño aseguran que fue una denuncia mediática y que, con la baja de la polémica preadjudicación (que suponía casi el doble del valor que hoy cuesta, según fuentes oficiales) no obstante supuso una auditoría de la Sindicatura cuyos resultados se conocerán la semana que viene.
Por estas horas en Uspallata adelantan a PERFIL que Jorge Macri decidió no avanzar más. Buscará bajar la espuma en estos días y que el tema no escale. “Nuestro enemigo no es Horacio sino Moyano”, se escuchó en la mesa chica jorgemacrista en estas horas.
De hecho, esta tarde, por Radio Mitre, el jefe de Gobierno planteó: "Mi conflicto es con Moyano, no con él (por Larreta). No tengo ningún conflicto con él. Yo hablé y fui muy claro. Lo único que para mí es opinable es el accionar de algún funcionario en la fecha. Tengo absoluta tranquilidad en todo lo que hizo Horacio". Al ser repreguntado "¿con quién es el conflicto?", respondió: '¡Con Moyano! ¡Fuerte y claro! ¡Moyano!".
Fuentes porteñas detectaron, de hecho, una empresa en particular: Ashira, que tiene en sus manos hoy la zona 6 del millonario contrato de recolección de residuos (Caballito, Boedo, Almagro), y que fue una de las pocas que había sido beneficada con la preadjudicación del servicio de grúas a la vez. Es una empresa que, históricamente, se la asoció a Camioneros.
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Sin embargo, Larreta dejó trascender ante sus íntimos que espera una disculpa pública por haber hablado de “actos impropios” de parte del jefe comunal. En rigor, el exintendente de Vicente López venía criticando a los Moyano por la recolección de residuos y una serie de repreguntas de Paulino Rodríguez en su programa de TV terminaron con la palabra “impropio”.
De todas maneras, Macri y Larreta se habían reunido 20 días atrás en el piso que tiene sobre Avenida Libertador el jefe de Gobierno y, aunque hablaron de las grúas, no le dijo a Larreta que iría con todo contra su administración, pero le admitió que estaba terminando de detonar esa preadjudicación.
Con todo, quienes quedaron en la mira fueron tres funcionarios del área de Transporte y sobre todo su secretaria: Manuela López Menéndez, quien ahora se desempeña como jefa de gabinete del intendente de San Isidro, el bullrichista (y exlarretista durante muchos años) Ramón Lanús. Públicamente aún ninguno de los dos se pronunció. Un dato adicional: la ex secretaria de Transporte, ahora sanisidrense, se llevó al municipio a dos de los tres funcionarios porteños que firmaron la polémica preadjudicación que quedó en la mira.
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En estos días de zozobra López Menéndez estuvo en contacto con funcionarios porteños. Admitió estar muy angustiada por el tema e incluso apuntó a Felipe Miguel, el exjefe de Gabinete, por la firma de esa preadjudicación del servicio de grúas a horas de dejar la administración porteña. Incluso hubo llamados de Guillermo Dietrich, su exjefe, para despegarla.
Sin embargo, López Menéndez, quien fue la ejecutora de las bicisendas de Avenida Libertador y de los Metrobuses, tiró hacia “arriba”, según revelan en Uspallata. También recurrió a otras viejas amigas del larretismo que aún pululan por la Ciudad para sondear el ánimo del jefe de Gobierno. Insistió en que fue presionada.
Con todo, la Sindicatura emitirá un dictamen a mediados de la semana que viene. Es probable que incluya una feroz crítica sobre el proceso de contratación del servicio de grúas que suponía un adelanto de la friolera de 8 millones de dólares, un contrato a diez años y unos $57.000 millones. En el Gobierno porteño creen que el servicio puede brindarse por casi la mitad.
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A pesar del revuelo público y privado, Larreta decidió no decir nada. Eso sí: mandó a traslucir su malestar con las acusaciones y defendió el proceso. Incluso, en privado también, se quejó: argumentó que no solo Jorge Macri fue ministro de Gobierno porteño sino que, desde que ganó, la transición de toda la gestión la encaró él junto a Gabino Tapia, hoy ministro de Justicia, y Guillermo “Willy” Romero, vicepresidente del Banco Ciudad y uno de los hombres de mayor confianza del jefe comunal.
De todas formas, el expediente del proceso licitatorio por el sistema de grúas y acarreos no pasó nunca por el Ministerio de Gobierno que conducía Jorge Macri. Es más: no estaba al tanto de los detalles del área. Incluso, cuentan en Uspallata, en el período de transición "no se nos informó que estaba esa licitación en marcha, y menos que la iban a pre adjudicar el último día de gestión", explican.
Por su lado, Larreta siguió estos días su agenda porteña que viene intensificando desde hace tres meses, cuando regresó de un viaje por Harvard y otras universidades de prestigio de Estados Unidos.
Cafés con vecinos, charlas en todas las comunas y recorridas por distintos puntos. Por caso, estuvo esta semana en La Rural viendo la feria agropecuaria.
En sus recorridas, cuentan en su entorno, registró una máxima: críticas a la actual gestión y pedidos de que “vuelva”. Le pasó en La Rural esta semana. Y le viene pasando. Él se ocupa de no incrementar esas críticas pero tampoco defiende a la gestión porteña, de la que se siente ajeno. Acaso el affaire de las grúas sigue dando vueltas.
cp