Alberto retomó el diálogo con CFK pero hizo un recambio en la mesa de decisiones
Tras la derrota electoral, el Presidente vuelve a reunir semanalmente a dirigentes para definir pasos a seguir. Se alejaron Massa, Máximo y De Pedro, y se sumaron Manzur y Ferraresi.
Sus últimos dos años de gobierno comenzaron con el retorno del diálogo entre el Presidente y la vicepresidenta. Los festejos por el día de la democracia llevaron a la fórmula presidencial a compartir más tiempo del imaginado, ya que no solo Cristina Kirchner regresó a la quinta de Olivos para compartir una cena con Luiz Inácio Lula da Silva, sino que pocas horas después pisaba por primera vez el despacho presidencial desde la asunción de su compañero de fórmula.
Desde ambos sectores les restan importancia a los mensajes de uno y otro sobre el escenario levantado en la Plaza de Mayo. CFK marcó la dureza con la que tiene que negociar con el Fondo Monetario Internacional y Alberto Fernández le contestó que va por ese camino. Pero más allá de las diferencias discursivas al momento de pararse frente al organismo internacional, el jefe de Estado está convencido de que tendrá mayor control de su gestión en esta etapa.
En este sentido, en su segunda mitad de gobierno, el esquema de discusión sobre qué rumbo tomar cambió y los protagonistas también: de la mesa de los martes a la mesa de los lunes; de almuerzos con representantes de los distintos sectores del Frente de Todos a reuniones solo con ministros de máxima confianza.
Durante los primeros meses del año pasado el jefe de Estado recibía en la quinta de Olivos a los principales dirigentes de la alianza del gobierno. “La mesa de los martes” se reunía para definir el rumbo de la gestión que en aquel entonces estaba atravesada por la pandemia de coronavirus. Los almuerzos encabezados por el Presidente tenían como comensales al por entonces jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; Eduardo “Wado” de Pedro (Interior) y Gabriel Katopodis (Obras Públicas), a los que se sumaban el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y el presidente del bloque del Frente de Todos, Máximo Kirchner.
Desde ambos sectores les restan importancia a los mensajes del viernes
Más allá de los diálogos intermitentes que mantenían Cristina Kirchner y Alberto Fernández, muchas veces De Pedro y Kirchner eran los responsables de transmitir lo charlado en estas mesas a Cristina Kirchner. Otras tantas, actuaron de mediadores entre las distintas posturas que mostraban la vicepresidenta y el Presidente.
Durante este año, y en plena campaña, estas reuniones se replicaron en La Plata sin el Presidente para avanzar en la estrategia electoral en la provincia de Buenos Aires. Allí se había sumado el gobernador bonaerense, Axel Kicillof. Pero estos encuentros se cancelaron con la derrota del Frente de Todos en las PASO, las renuncias públicas de funcionarios del kirchnerismo que no se concretaron y la carta de CFK.
Tres semanas después de las elecciones generales, el Presidente decidió volver a discutir con sus hombres de mayor confianza hacia dónde ir, y por eso ahora los lunes algunos funcionarios ya saben que tienen la agenda ocupada. Convencido de que en estos dos años de gobierno tendrá mayor autonomía, los nombres de la mesa chica cambiaron. “La intención es que sea una reunión semanal, hacerlo de manera periódica más allá de que por agenda deba cambiarse el día o posponerse”, dicen desde la Casa Rosada
Sergio Massa ya no está sentado en ella pero mantiene reuniones a solas con Fernández. Suelen ser los domingos en la quinta de Olivos o durante la semana en la Casa Rosada. El titular de la Cámara de Diputados se muestra más cercano al Presidente que meses atrás, pero ahora los encuentros para definir la agenda parlamentaria son cerrados. Días atrás, Massa empezó a hablar de una institucionalización del Frente de Todos para la toma de decisiones, pero esto aún parece difícil de concretar.
Máximo volvió a Olivos pero está lejos de compartir discusiones con los ministros de AF
Máximo Kirchner volvió a la residencia presidencial el viernes 26 de noviembre, pero está lejos de compartir un ámbito de discusión con los ministros que responden a Alberto Fernández. Quien quedó más alejado del Presidente después de su carta pública de renuncia fue Eduardo “Wado” de Pedro. En el entorno del Presidente entienden que responde a Cristina Kirchner y no le recriminan la jugada después de la derrota. Solo le reprochan no haber avisado cinco minutos antes de hacer pública la renuncia que no fue. Puede haber alguna foto o invitación a algún encuentro para aparentar, pero la desconfianza será difícil de revertir. El ministro del Interior quedó afuera de las primeras reuniones que el Presidente tuvo con su mesa política después de las elecciones del 14 de noviembre.
La última reunión de la mesa renovada fue el pasado lunes. Con el Presidente como anfitrión, los nuevos integrantes son el jefe de Gabinete, Juan Manzur, Juan Zabaleta (Desarrollo Social) y Jorge Ferraresi (Desarrollo Territorial y Hábitat). Conservan sus lugares Cafiero y Katopodis mientras sorprende un Ferraresi muy cercano a Alberto Fernández más que a Cristina Kirchner.
“Gestión y política” son los dos ejes de discusión. En los primeros encuentros que hubo no se habló de las candidaturas para 2023. “Los temas electorales ya quedó claro que se discutirán recién en un año”, aseguraron a PERFIL. Alberto Fernández se siente cómodo con estos ministros y convencido de que a partir de ahora empieza su verdadero gobierno.