Narcoavioneta: un aterrizaje de emergencia, la pista de Buenos Aires y el falso embarazo
El Cessna 210 que pisó suelo argentino el miércoles pasado en la provincia de Entre Ríos estaba a solo diez minutos de ingresar al espacio áereo de Buenos Aires. El plan de vuelo original falló y el piloto tuvo que descender en un camino vecinal. Ante el posible arribo de la Policía, la acompañante simuló estar embarazada, pero ella y el piloto terminaron detenidos. El valor de la droga en el mercado local fue estimado en 2,3 millones de dólares.
La causa que investiga el secuestro de los 359 kilos de cocaína en una avioneta que aterrizó de emergencia en un camino vecinal de Entre Ríos está bajo secreto de sumario. Analía Ramponi, la jueza que quedó a cargo de la investigación, tiene fuertes indicios para identificar a los narcos que estaban esperando el cargamento valuado en 2,3 millones de dólares y teme que la información pueda filtrarse.
La idea inicial era no dar a conocer el secuestro de la droga, pero la información se filtró y enseguida el caso se convirtió en noticia nacional. El ministro de Seguridad de Entre Ríos, Néstor Roncaglia, aportó algunos detalles del operativo que derivó en la detención de un piloto de nacionalidad brasileña y de su acompañante, una mujer de origen boliviano que simuló estar embarazada con la intención de evadir a la Justicia.
“La policía de la provincia de Entre Ríos fue anoticiada que en un campo, en la zona del departamento Islas de Ibicuy, habría aterrizado una aeronave en un camino vecinal y que dos personas se habrían dado a la fuga”, precisó el funcionario.
“Inmediatamente, al tomar conocimiento de esta noticia, se inicia un operativo que lo hace la comisaría de Ibicuy, y logran sorprender a dos personas. Luego, se inicia un rastrillaje en la zona, en un campo, para certificar la veracidad de la información, que habría una aeronave aterrizada en esa zona. Es así que la aeronave es avistada, estacionada en este camino vecinal. Aclaro que no era una pista clandestina sino un camino vecinal”, amplió Roncaglia.
Narcoavioneta: el plan de vuelo frustrado
El piloto del Cessna 210 aterrizó de emergencia en esa zona porque estaba a punto de quedarse sin combustible. Llevaba barriles para reaprovisionar la avioneta, pero no pudieron hacerlo y decidieron escapar ante el posible arribo de la policía. Habían volado más de 1.500 kilómetros y estaban próximos a ingresar a la provincia de Buenos Aires.
“Deducimos por las circunstancias que realizaron unos 1.500 kilómetros. Es verdad que el secuestro de la droga puede haber sido fortuito porque la avioneta se quedó a 10 minutos del cruce a la provincia de Buenos Aires, que creemos que era la dirección en cuanto iba al avión como estaba dirigido. No hay duda que paran ahí porque se estaban quedando sin combustible”, apuntó Roncaglia y agregó que “no tuvo ningún desperfecto mecánico sino que se quedó sin reserva” porque antes de darse a la fuga los dos tripulantes “intentaron recargar”.
La placa original del pequeño avión es de Bolivia, pero tenía sobreimpreso una matrícula Lima Víctor (LV), que corresponde a Argentina. Este tipo de aeronave tiene una autonomía de 1.668 kilómetros a 3.050 metros de altura y un peso máximo de despegue de 1.814 kilos.
Los antecedentes indican que la carga de la droga no supera la media tonelada. Por lo general parten desde Bolivia y recargan combustible en Paraguay para demorar el menor tiempo posible en suelo argentino.
Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos son las provincias donde descargan la droga. A veces en pistas clandestinas donde los narcos esperan en camionetas para después “enfriarla” en galpones o directamente las arrojan desde el aire, en una modalidad conocida como “bombardeo”.
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La sospecha es que la avioneta fue cargada en Bolivia, pero la droga habría salido de Perú. Es que los 342 paquetes estaban embalados con cinta amarilla, un sello característico de un cartel peruano que opera en la zona del Vraem, como se conoce un valle que se extiende por las regiones de Cusco, Apurímac, Ayacucho, Huancavelica y Junín. Para muchos ese es el principal punto de producción de la cocaína que trafica Perú.
En los últimos años hubo varios secuestros en Argentina con paquetes de estas mismas características. En abril del año pasado, por ejemplo, Gendarmería halló 134 kilos de cocaína en una ambulancia que se dirigía a Buenos Aires y fue interceptada en la provincia de Santiago del Estero. La droga “amarilla” estaba oculta en un doble fondo ubicado debajo de la camilla.
Los colores sirven para identificar la propiedad de cada traficante. El sello que suele tener la droga –a veces sobre la misma droga y otras con stickers de personajes infantiles– sirve como prueba del origen y muchas veces también de la calidad.
El piloto militar que bajó en Rosario con 475 kilos de cocaína
Hace apenas dos meses otro avión Cessna con matrícula boliviana pisó suelo argentino con 475 kilos de cocaína. Lo llamativo de este caso es que el piloto era un coronel de reserva activa de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB): Oscar Armando Caba Hurtado (57).
La aeronave que piloteaba era una Stationar 6 II, matrícula boliviana CP-3350, que aterrizó en una pista clandestina de Rosario, el miércoles 30 de octubre.
A diferencia del caso de Entre Ríos, el descenso estaba previsto en el plan de vuelo porque los narcos esperaban en tierra el cargamento en varias camionetas.
En la zona fueron divisados dos vehículos de respaldo, uno de color blanco y otro negro, que salieron antes de poder recoger la droga. No muy lejos, personal de Gendarmería Nacional Argentina (GNA) halló nueve tachos cargados de combustible de avión, junto a dos bombas eléctricas de abastecimiento.
Caba Hurtado intentó escapar a campo abierto hasta que fue ubicado en Pueblo Andino, una pequeña localidad santafesina de 2.500 habitantes. Estaba desorientado y atrapado en una barranca, con riesgo de caer en el río Carcarañá.
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Un grupo de bomberos lo rescató sin saber que podía estar vinculado con la avioneta narco. Llevaba una mochila con tres tarjetas de débito y varias credenciales: la cédula de identidad, la licencia de conducir profesional, el carnet militar de la Fuerza Aérea Boliviana y hasta el seguro social militar de la corporación.
El piloto había sido comandante del Grupo Aéreo 83 de Puerto Suárez y estudió para piloto en el Colegio Militar de Aviación (Colmilav).
En noviembre pasado fue imputado por contrabando agravado. El juez de Garantías Eduardo Rodríguez Da Cruz le dio noventa días de prisión preventiva efectiva para avanzar en la búsqueda de pruebas que lleve a los dueños de la droga.
LT