OPINION

Una amenaza al pluralismo democrático

Diplomáticos de la Cancillería argentina le han señalado al Gobierno que su posición de “cruzado de los valores occidentales” choca con la posición de la inmensa mayoría de las democracias liberales del mundo y empuja a la Argentina al aislamiento en el sistema multilateral, acercándonos a países de tradición autoritaria.

Javier Milei Foto: AFP

En un hecho sin precedentes en la historia diplomática argentina, el Presidente Milei ha advertido a los funcionarios del servicio exterior de la Nación que “quienes no se encuentren en condiciones de asumir los desafíos que depara el rumbo adoptado en defensa de las ideas de la libertad, deberán dar un paso al costado”.

Esa advertencia, formulada en una comunicación escrita a un alto número de diplomáticos y funcionarios sorprende en primer lugar por la imprecisión respecto a quienes va dirigida. Se incluye allí a embajadores políticos del gobierno anterior que no revistan en el ministerio hace muchos meses como las ex embajadoras Marcela Losardo y María Cristina Perceval, a funcionarios del servicio administrativo que ya están jubilados y a empleados locales de las embajadas, muchos de nacionalidad extranjera que poco o nada tienen que ver en la ejecución de las políticas que preocupan al Presidente.

En su mensaje, el Presidente sostiene que su nueva doctrina “implica por definición que ningún funcionario de esta administración ni quienes representan a la Argentina deben acompañar ningún proyecto, declaración, resolución o documento que establezca violaciones al derecho a la vida, la libertad y la propiedad, o un trato desigual frente a la ley” al tiempo que destaca a su gobierno por “su protagonismo en el escenario global como defensor de los valores republicanos de las democracias occidentales”.

Derechos humanos: continuidad o ruptura con una política exterior de estado

No se conoce ningún documento en la historia de las Naciones Unidas que “haya establecido violaciones al derecho a la vida, a la libertad o a la propiedad o un trato desigual frente a la ley”. Ello sería contrario a la Carta de las Naciones Unidas y a toda la normativa aprobada por la organización en casi ochenta años de existencia y a nadie se le ocurriría tomar iniciativas en un sentido semejante. 

Existe sí una acción de la organización en contra de la discriminación de la mujer y de minorías sexuales, primordialmente impulsada por las democracias liberales a las que el Presidente dice defender. Esa temática, así como la correspondiente a la agenda 2030 o al Pacto sobre el futuro, tiene entre sus adherentes sobre todo a países occidentales desarrollados como Estados Unidos o los miembros de la Unión Europea y a democracias latinoamericanos como Brasil, Uruguay o Chile o a países asiáticos como la India e incluso al Estado de Israel, que obviamente están a años luz de pretender imponer “un programa de gobierno supranacional de corte socialista” como sostuvo el Presidente Milei en la ONU y como les recuerda a los funcionarios en su comunicación. Es ocioso a esta altura reiterar que la Asamblea General de las Naciones Unidas solo formula recomendaciones que reflejan consensos de la comunidad internacional que no tienen un carácter compulsivo u obligatorio.

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La advertencia que se hace a los diplomáticos se produce porque profesionales de la Cancillería argentina le han señalado al gobierno que su posición de “cruzado de los valores occidentales” choca con la posición de la inmensa mayoría de las democracias liberales del mundo y empuja a la Argentina al aislamiento en el sistema multilateral acercándonos a países de tradición autoritaria.

El tono amenazante sobre los funcionarios diplomáticos y el desdén a su opinión profesional frente a las posiciones de fanáticos improvisados sin experiencia internacional que han llegado a la Cancillería, constituye una afrenta al pluralismo y al respeto a las opiniones ajenas que rige en cualquier democracia.

Los funcionarios del servicio exterior argentino deben saber que este tiempo pasará y que en su momento se retomarán las políticas de estado que integren a la Argentina al mundo sobre la base de la cooperación pacífica y democrática.

 

*Ex Vicecanciller