Ser envidiosa o tener una amiga genial

La autora compara la serie argentina que triunfa en Netflix con otra serie basada en “La amiga estupenda”, de la italiana Elena Ferrante. Qué es el deseo mimético y cuánto queremos ser el otro al que se admira.

Griselda Siciliani Foto: Netflix

Aun no termino de ver la primera temporada de Envidiosa, la serie éxito de Netflix protagonizada por Griselda Siciliani, pero sí me devoré este verano L´amica geniale (traducida como La amiga estupenda (My Brilliant Friend) las cuatro temporadas de la serie de Max (HBO) basada en los bestseller de la escritora italiana Elena Ferrante. Quienes han leído sus libros, dicen que la serie es muy fiel a ellos (Ferrante es una de los guionistas).

Salvando las diferentes profundidades y distancias entre ambas narraciones audiovisuales, las dos me remiten a la teoría de los dobles del filósofo y antropólogo francés René Girard (1923-2015). Me lo confirma, al menos, la gráfica de la serie hablada en italiano y napolitano que suele mostrar los rostros de las amigas Elena -Lenú- Greco y Raffaella -Lila- Cerullo unidas como si fuesen las dos caras del dios Jano, como dobles.

Según Girard, imitar a otro, mimetizarse con el otro surge del deseo. En la moda se ve claramente. Si alguien a quien yo admiro (un futbolista, una actriz) o alguien que considero superior tiene algo, entonces, yo quiero eso mismo. Sin embargo, para Girard, este impulso es mucho más, es una fuerza social que nos agrupa y nos separa; la denomina deseo mimético.

Vicky Mori no tiene una antagonista muy marcada, un doble, sino que está rodeada de mujeres con las que compite"

En La amiga estupenda aquello considerado admirable o superior es la inteligencia natural y el conocimiento adquirido con el estudio. En Envidiosa lo superior es casarse y tener hijos. Lenú y Lila nacieron a mitad de los años 40 en Nápoles y Victoria -Vicky- Mori y sus amigas son millenials argentinas.

Girard dice que la mímesis nos agrupa y nos separa porque, no solo tendemos a socializar con los similares, sino también porque ocurre algo ambiguo: queremos lo mismo y a la vez queremos diferenciarnos del grupo de iguales. 

Entre Lenú y Lila se da una rivalidad que Girard llamaría “contienda mimética” pero, a la vez, comparten el deseo de diferenciarse del barrio napolitano que ambas padecen. Diferenciarse por el auto, la ropa o el poder o los estudios o la fama. Quieren salir de la pobreza, de la violencia de la Camorra y del sufrimiento que observan en las mujeres mayores del barrio; con excepción, quizás, de las maestras o profesoras. 

Según Girard, imitar a otro, mimetizarse con el otro surge del deseo"

Vicky Mori no tiene una antagonista muy marcada, un doble, sino que está rodeada de mujeres con las que compite: amigas, vecinas, hermanas y madre que suelen calificarla como envidiosa.

El deseo mimético, según Girard, es un movimiento o impulso que no es simple, no es lineal y sobre todo no es consciente. Tendemos a negarlo. Por eso es lógico que Vicky niegue ser envidiosa, ella solo quiere estar casada como las otras, ser socialmente aceptada incluso, al menos, por haber estado casada y luego divorciada, más que ser dejada de lado por estar soltera. Vicky se ve en el espejo de las otras y quiere entrar y ser vista o reflejada por ese espejo. 

Como el deseo no es lineal, es ambivalente"

La realidad del doble dice Girard, nos pone de manifiesto que el deseo nunca es lineal, sino a través del otro, no solo de su mirada puesta en nosotros, sino de nuestra mirada puesta en el otro. Como el deseo no es lineal, es ambivalente. De la lectura de Girard destaco dos características que señala sobre la interacción entre los dobles (Girard los ha estudiado en grandes obras de la literatura). 

La primera es que los dobles “se dicen” entre sí: imitame, pero no me imites. Esto no sería mera envidia, sino deseo de imitación y diferenciación, que es algo más profundo y constitutivo. Lenú y Lila parecen querer lo mismo, pero, a la vez, quieren diferenciarse; se buscan mutuamente como testigo o espejo de la vida de la otra. La segunda es que la interacción entre los dobles es como una “falsa infinitud de la diferencia en espiral”. Algo que pareciera que Ferrante hubiese tomado como trama esencial para sus novelas sobre estas dos amigas.

Aunque en ambas series parece mostrarse con claridad una marcada obsesiónde una por la otra o por las otras, lo que se ilustra es la humanidad, el problema de la identidad y la diferencia, el deseo profundo y espiralado de ser lo mismo y lo otro.  

*Dra. en Filosofía. Investigadora UCA