PMO

Reprobados en atención, gestión y financiación de salud

Sólo el 24% de las 291 Obras Sociales Nacionales puede costear con aportes las prestaciones englobadas en el Programa Médico Obligatorio –que en octubre pasado era de $48.677,76 por persona (en menores de 65 años). Según el autor, hay 7 estrategias para reducir los costos de un buen sistema de salud.

Primeros Auxilios Foto: Agencia Shutterstock

En una anterior columna evidenciamos con sólidos indicadores, la distancia que media de una sociedad con un exitoso Sistema de Salud como Japón (con muchos menos médicos, más enfermeras y políticas consistentes de prevención), frente a nuestros históricos y calamitosos resultados de mortalidad materna, infantil, expectativa de vida al nacer y expectativa de vida sana.    

A estos indiscutibles datos, se suma ahora más evidencia crítica respecto a la imposibilidad actual de financiar y prestar una canasta básica de prestaciones médicas englobadas en el Programa Médico Obligatorio (PMO), el cual recordemos en realidad solo es obligatorio para una pequeña parte de la población.

Costo de financiamiento del PMO

Desde el año 2010 un equipo multidisciplinario ha venido desarrollando año tras año, un costo técnico de los gastos necesarios para financiar la cobertura de la canasta de prestaciones incluidas en el Programa Médico Obligatorio (Van Der Kooy E., Torres R. et. al. 2024 USAL).

Este trabajo efectúa un relevamiento de cantidad de prestaciones médicas específicas (tasa de uso), junto con los costos promedio de cada una de estas prácticas agrupadas (costo por evento). En sus primeras etapas, colaboramos metodológicamente con este estudio de aproximación actuarial, como indicador de las necesidades de financiamiento para el sostenimiento de planes y coberturas médicas.

Hacia un plan estratégico para nuestro sistema de salud

Una actualización al 31 de octubre del 2024 demuestra un gasto promedio de $48.677,76 por persona (en menores de 65 años); lo cual también supera desde el año 2010 a la inflación acumulada durante todo el período.

Otro indicador preocupante de este estudio muestra que, del total de 291 Obras Sociales Nacionales (OSN), sólo un 24% pueden cubrir el PMO con sus aportes y contribuciones, y esto aumenta al 29% si se agregan los fondos de redistribución (F.S.R.) cuya continuidad no está del todo clara.  

De un total de 14,5 millones de personas actualmente en OSN (que contrariamente a lo dicho por el gobierno es aún de responsabilidad Nacional), sólo 3,5 millones de beneficiarios generan ingresos suficientes para cubrir este gasto.

Aunque no están obligadas a cubrir el PMO, las O.S. Provinciales gastan hoy entre $65.000 y $100.000 por beneficiario/mes. Obviamente reciben apoyo de los gobiernos provinciales, para completar los ingresos por aportes y contribuciones.

De un total de 14,5 millones de personas actualmente en OSN (que contrariamente a lo dicho por el gobierno es aún de responsabilidad Nacional), sólo 3,5 millones de beneficiarios generan ingresos suficientes para cubrir este gasto"

Otra conclusión fundamental del estudio, indica que: “los componentes de los Sistemas de Salud son su modelo de financiamiento, su modelo de gestión y su modelo de atención… analizar sólo el modelo de financiamiento, como si fuera el eje de un Sistema Sanitario, es un error si no se aborda en conjunto con los otros dos componentes”. 

Un Sistema de Salud reprobado

Si bien nadie nos erigió para tal misión, debido a una muy nítida deformación profesional creemos de fundamental importancia continuar mostrando nuestros errores, e intentando al mismo tiempo, recursar figuradamente aquellas materias en las que resulta evidente que hemos fallado de cabo a rabo. 

Una primera cuestión que es necesario abordar, es la mundial “ola justificativa” de la mayor inflación de servicios y productos para la Salud respecto a otros bienes y servicios de fundamental importancia. 

Hay actores muy poderosos detrás de esta tendencia, fundamentalmente la industria farmacéutica que logra priorizar agendas del gasto excesivo en Salud, mediante muy complejas estrategias lícitas de marketing (publicidad, asociaciones de pacientes o familiares de pacientes) o aun ilícitas (financiamiento de actividades particulares de médicos e investigadores que aprueban, recomiendan o recetan determinados productos).

Sistema de Salud, ¿tiempo de parches o revoluciones?

En USA además de la FDA, la Federal Trade Commision (FTC) ha establecido reglas y substanciado más de 200 casos judiciales que involucran afirmaciones publicitarias falsas o engañosas sobre los beneficios o la seguridad de productos relacionados con la salud, incluidos alimentos, medicamentos bajo receta y de venta libre (OTC), productos homeopáticos, equipos de salud, pruebas de diagnóstico y otras aplicaciones relacionadas con la salud:

Para garantizar el cumplimiento de la ley de la FTC, los comercializadores de cualquier producto relacionado con la salud deben cumplir dos pasos importantes: 

  1. Considerar qué mensajes expresos e implícitos es probable que los consumidores perciban de sus anuncios publicitarios o en prospectos adjuntos. Cuando corresponda, calificar cuidadosamente sus afirmaciones; en otras palabras, explicar claramente las circunstancias limitadas en las que se aplican los beneficios o resultados anunciados;
  2. Revisar cuidadosamente el respaldo de cada afirmación para asegurarse de que sean científicamente sólidas, adecuadas en el contexto del conjunto de evidencia disponible y relevantes para el producto específico y la afirmación publicitaria efectuada. 

Menos gasto con más salud 


Desde una visión propia creemos que los costos de un buen Sistema de Salud, se pueden reducir significativamente mediante siete calificadas estrategias, que incluyen: 

  • Priorizar la medicina preventiva: centrarse en la atención médica preventiva e intervención temprana, reduciendo así costos de mediano y largo plazo. Rutinas anuales obligatorias para detección de enfermedades, con exámenes adecuados para cada edad (análisis de sangre, ecografías, electrocardiogramas, Rx, etc.) y controles clínicos de Atención Primaria cercana a la población (no del perimido modelo hospitalocéntrico). 
  • Promoción de conductas saludables: dieta, ejercicio, combate de adicciones, etc; educación para la salud en escuelas y en el acto clínico, proporcionando a los pacientes información accesible sobre calidad de vida y autocuidados.  
  • Aumento de la transparencia: uso de tecnología de información sanitaria de libre acceso y distribución enfatizando calidad, evidencia y probabilidad de resultados y el costo de los servicios y productos de atención para la toma de decisiones informadas. 
  • Cambiar modelos de pago: enfatizar planes de atención con pago basado en el valor efectivamente entregado (resultados, bienestar y prevención de enfermedades).
  • Uso de software para Historias clínicas: uso de IA aplicada a alertas en la revisión de diagnósticos e interacciones medicamentosas, software eficiente para todo el procesamiento administrativo y para reducir gastos innecesarios. 
  • Legislación adecuada al objeto: Leyes de Educación, laborales, de Seguros de Salud, etc. Desarrollo de Seguros de Salud Regionales de Cobertura Universal (si se insiste en no hacer Seguros Nacionales). Evitar el funcionamiento de seguros para poblaciones actuarialmente reducidas y limitar coberturas para sectores económicamente seleccionados (descreme).
  • Auditar conductas impropias en recomendación o uso de medicamentos: (agenda esencialmente clínica y no farmacológica). Seguimiento, trazabilidad y revisión más estricta de efectividades clínicas y costo-efectividad real de medicamentos y otras prácticas.

¿Será alguien capaz de adherir a estas sanas políticas? La respuesta obviamente queda en manos de cada lector y actor capaz de generar estos cambios.