¿Qué haría Frondizi con Aerolíneas?
El martes 29, el MID acompañó el dictamen que obtuvo mayoría para declarar sujeta a privatización a la empresa Aerolíneas Argentinas SA. En el plenario de Diputados que trató el asunto, expuse la voluntad de mi bloque de apoyar la privatización de la empresa siguiendo los ejes principales de la histórica posición del desarrollismo: racionalización del Estado e impulso a la inversiones privadas en sectores prioritarios para el desarrollo nacional, con aportes de capital nacional o extranjero. En ese marco, contrapuse nuestra coherencia política con los zigzagueos del principal partido de la oposición. Es verificable que el mismo partido que se opuso con fervor patriótico al proyecto del ministro Terragno para ceder el 40% del capital de AA a un grupo escandinavo durante el gobierno del presidente Alfonsín muy poco después no tuvo ningún reparo en vender el 100% de las acciones en manos del Estado a un grupo español durante el gobierno del presidente Menem. Y con la misma pasión, luego expropió todas las acciones en poder de ese grupo privado durante el gobierno de CFK. Acto seguido de mi intervención, el presidente del bloque de UxP expresó que “los que critican al peronismo por sus posiciones políticas respecto de Aerolíneas deberían preguntarse antes que haría Frondizi hoy, ante el intento de privatización de la empresa”. Mi intención en esta columna es dar respuesta a ese interrogante. No estoy en condiciones de responder que haría hoy el fundador de nuestro partido, pero puedo hacer una reseña de lo que efectivamente hizo Frondizi durante su presidencia respecto de dos casos similares.
El caso de los ferrocarriles: Frondizi asumió en febrero de 1958, y en mayo de 1961 inició un plan de racionalización del sistema ferroviario. El primer paso fue la inmediata transferencia a la actividad privada de servicios o actividades complementarias que no integraban la explotación ferroviaria, como los servicios de confitería, restaurantes y coches comedor de los trenes. Pero su objetivo final, algo parecido a lo que ocurre hoy con Aerolíneas, era modernizar el servicio ferroviario, adecuar el trazado de vías y terminar con el déficit fiscal del sistema ferroviario estatal. Los ferrocarriles estaban en manos de la Empresa Ferrocarriles del Estado Argentino, y tenían un trazado en abanico convergente en el puerto de Buenos Aires. Los cambios que impulsaba Frondizi en materia productiva y de integración de la Patagonia y otros nodos regionales del interior, que iban a cambiar la geografía económica del país, ya representaban una buena justificación para su plan de racionalización ferroviaria. Pero igual de importantes fueron las razones estrictamente fiscales, toda vez que el déficit del sistema ferroviario representaba el 80% del déficit fiscal total.
Como ahora hacen los sindicatos de transporte, los sindicatos Unión Ferroviaria y La Fraternidad se opusieron inmediatamente a las nuevas disposiciones e iniciaron una huelga salvaje de casi dos meses. Frondizi tuvo que adoptar medidas extremas para restablecer el orden y pacificar el país, llegando a detener a los líderes ferroviarios que impulsaban actos violentos y trasladarlos a diferentes presidios del interior del país.
El caso de la DiNIE: el proceso de privatización de empresas expropiadas a firmas alemanas y gestionadas por la Dirección Nacional de Industrias del Estado (DiNIE) también resulta relevante para analizar el caso Aerolíneas. Cuando asumió Frondizi, la DiNIE agrupaba a unas cuarenta empresas alemanas que habían sido expropiadas para liquidarlas y reparar los daños de guerra causados a la Argentina. Al asumir Frondizi, esto representaba un gran problema, toda vez que ponía en peligro su convocatoria al capital extranjero para invertir en la exploración y producción de petróleo. Entre esas empresas se encontraban Merck, Osram, Bayer, Deutz y Bosch. Con la gestión del Estado, casi todas estaban semiparalizadas, con pérdidas de consideración. Frondizi decretó la liquidación de la DiNIE y privatizó 15 empresas del grupo. Siete fueron adquiridas por su propio personal, algo similar a lo que propone el Presidente para AA. Las otras fueron compradas por empresas argentinas y otras por sus anteriores dueños.
*Diputado nacional bloque MID.
También te puede interesar
-
El Opus dei y los delirios nobiliarios de Monseñor Escrivá de Balaguer
-
La Declaración Balfour fue el comienzo del conflicto palestino-israelí
-
Día Mundial de la Vitamina D
-
Políticas del conocimiento para el “día después de mañana”
-
Interna peronista: para entender la ruptura de Axel
-
La niña que leía sentada en el piso
-
¿Uruguay cambia?
-
RIGI para el campo
-
Sebreli y su última presentación en público