Oportunidad argentina en los Brics

En este mundo, cada vez más inestable, confrontativo y caótico, todo parece indicar que, además de los necesarios cambios de paradigma en los distintos ámbitos de la actividad humana, la única posibilidad de salir del subdesarrollo y la dependencia, es reorientar la lógica de nuestras relaciones internacionales, privilegiando aquellas vinculaciones que nos den un mayor margen en la toma de decisiones y nos excluyan de cualquier chantaje político para la realización de nuestra proyección exterior, así como de nuestra política interna.

En el contexto actual marcado por la crisis provocada por la guerra en Ucrania y un delicado estado de las principales economías europeas, lo más sensato que pueden hacer los gobiernos del Sur global, es tomar una racional postura equidistante de la influencia del grupo G7 y buscar la diversificación de sus asociaciones. El grupo de los Brics es una plataforma clave para trazar tal rumbo.

Tal plataforma internacional supondría la construcción de un bloque contra-hegemónico, un proceso de reequilibrio de relaciones de fuerzas, como principal plataforma y vector de la Multipolaridad, tal dinámica implicaría el fortalecimiento de varios polos de poder distribuidos de forma armónica en el sistema internacional.

El probable regreso de Lula podría revitalizar el proceso del Mercosur 

El potencial ingreso de Argentina a los Brics +PLUS, planteado recientemente en su última cumbre, propuesta la cual tuvo el consenso de todos sus miembros, nos ofrece variadas y valiosas oportunidades:

En el caso de Brasil, continuar la profundización de la asociación estratégica de ambos países para abordar los diversos temas “en boga” de la relación bilateral (el Mercosur, la cooperación agropecuaria y alimenticia, la cooperación financiera); con Sudáfrica, cooperación en los sectores agropecuario, minería, energía renovable; con India la cooperación en materia científico-tecnológica (en la industria espacial, médica, defensa, química, farmacéutica, servicios digitales, TICs); con China –por medio de la reciente incorporación argentina a la plataforma de la Nueva Ruta de la Seda– la realización de proyectos de infraestructura para el desarrollo; con Rusia (que cuenta con destacado “expertise” en la materia) cooperación para la mejora de las capacidades energéticas argentinas, especialmente en gas e hidrocarburos.

Además de los ejes de cooperación mencionados anteriormente, en el aspecto financiero, es de gran interés estratégico la posibilidad de la incorporación de Argentina al Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) del Brics, ya que eso no requiere una membresía plena y previa en el bloque. El NBD aprobó hasta el momento, cerca de ochenta proyectos por unos 30 mil millones de dólares. Por primera vez, desde el año pasado este banco permitió la asistencia a países que todavía no forman parte del Brics como miembros: Uruguay, Bangladesh, Emiratos Árabes Unidos y Egipto.

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Financiamiento y asistencia para proyectos de infraestructura crítica (física, energética y digital), emprendimientos productivos, activos financieros estabilizadores, tales elementos vitales para el desarrollo nacional argentino se podrían obtener de esta institución financiera.

La participación Argentina en los Brics+PLUS y el NDB, los destacables cambios en el mapa político regional de los dos últimos años al presente, donde existe en la actualidad un muy probable regreso de Lula al gobierno en Brasil, con su consecuente “giro en el abordaje de su política exterior hacia los países vecinos y latinoamericanos”, podría revitalizar el proceso del Mercosur en particular, y la integración regional en general (por medio de organismos como Unasur y Celac), ambos procesos estratégicos que deben incorporar nuevos aspectos, así como corregir y consolidar aquellos que quedaron truncos.  

*Diputado argentino en el Parlasur. Presidente de la Comisión de Asuntos Económicos financieros comerciales, fiscales y monetarios del Parlasur.