Agotamiento de una matriz económica
Quien logre con éxito oír a los argentinos y encauzar los senderos de este país, habrá hallado favor y gracia ante el soberano.
La República (del latín res publica) es una forma de gobierno representativa en que el poder reside en el pueblo personificado en un jefe supremo llamado Presidente. Hasta aquí la definición formal pero, ¿qué sucede en la práctica?
Existen los derechos formales y los derechos sustanciales. El aspecto declarativo y hasta declamativo de lo retórico pasa al plano de la tajante hipocresía toda vez que torna su contenido en inasible e impracticable para los ciudadanos.
El artículo 14 bis de nuestra Constitución Nacional regula las condiciones para el desarrollo de un trabajo digno; entre ellas igual remuneración por igual tarea, salario mínimo vital móvil y participación en las ganancias de las empresas asegurando equidad laboral.
La Convención Constituyente de 1994 convalidó la incorporación del mencionado artículo cuyo origen se remonta a la Reforma de 1949 como expresión del constitucionalismo social, texto derogado en 1956.
“No tengan miedo ni se desanimen por los rumores que se escuchan; todos los años hay nuevos rumores… y todos los gobernantes se pelean. ¡Salgan ya de Babilonia…! Aunque Babilonia tenga murallas tan altas como los cielos, yo voy a enviar un ejército que derribará esas altas murallas… Yo dejaré a Babilonia en ruinas, y pondré fin a sus fiestas” (Jeremías 51). Podemos trazar un paralelo entre la Babilonia al borde del colapso y la actual fingida República. Una República llena de formalidades y vacía de contenidos.
Columna Gretel Ledo | Aborto: ¿Hasta dónde hemos caído?
La inmaterial condición de dignidad humana ha vulnerado las fibras más íntimas de las convicciones sociales. Adentro, en el seno del Gobierno se percatan con el resultado de las PASO de la “otra Argentina”. Afuera, el pueblo fue, es y será el verdadero Guardián de la República. El soberano emitirá voto de confianza o voto de censura para las elecciones generales del 27 de octubre.
Los actuales niveles de desocupación, la exacerbada precariedad laboral, los índices de pobreza e indigencia, la desnutrición infantil, la acuciante inflación en tanto impuesto regresivo con incidencia directa sobre el dinero en efectivo colisiona con la enumeración de derechos formales que enumera la Constitución Nacional.
Platón no concebía la felicidad y la moralidad del hombre en una ególatra relación hacia sí mismo, sino en un necesario comportamiento honorable hacia los demás. En esta búsqueda definimos una República con instituciones sólidas a aquélla cuyos gobernantes sean hacedores de ejemplos para el imaginario colectivo y no hacedores de promesas incumplidas.
No se trata de ideologías. No se trata de promesas. Se trata de acciones que devuelvan la dignidad a un pueblo, a ese alter (el otro), el prójimo.
Quien logre con éxito oír a los argentinos y encauzar los senderos de este país, habrá hallado favor y gracia ante el soberano.
Emisión monetaria o tomar deuda. Dos opciones dañinas para la economía doméstica. Hoy, en pos de disminuir desequilibrios macroeconómicos, colocar la prelación en políticas de ajuste y estabilización y pretender controlar el alza del dólar se ha optado por una matriz económica de tinte financiero y especulativo en desmedro de la producción y la industria. El costo social tiene consecuencias aún no cuantificadas minuciosamente con el subsiguiente correlato de pauperización de la condición de dignidad humana como valor fundante de los derechos humanos.
El mundo no presenta un camino allanado en su totalidad hacia la inserción indiscriminada en materia de intercambios comerciales. En este presente resulta imperioso estimular el mercado interno, la demanda agregada y fomentar el crédito Pyme así como el desarrollo de las economías regionales.
Según datos del INDEC, la utilización de la capacidad instalada en la industria se ubica en el 59,1% en junio de 2019, nivel inferior al registrado en el mismo mes de 2018 (61,8%). Así, los bloques sectoriales que se encuentran por debajo del nivel general de la industria son: sustancias y productos químicos (57,2%), productos del tabaco (54,6%), productos textiles (53,5%), productos de caucho y plástico (50,1%), la industria metalmecánica excepto automotores (48,2%) y la industria automotriz (34,0%).
El mapa industrial se traduce a nivel nacional en una capacidad ociosa de 40,9%. Alarmante en un país con todas las condiciones para ser modelo y abastecer otros destinos. La clase dirigente debe abandonar el “club de la miopía” y aplicar un poco de coherencia a la hora de buscar mitigar a toda costa la inflación pandémica.
La fiesta de unos pocos culminará cuando el pueblo retome sus vestiduras de soberano. Recién ahí habremos inaugurado la República Argentina porque los muros de Babilonia habrán caído por completo.
*Analista Política. Magíster en Relaciones Internacionales Europa – América Latina (Università di Bologna). Abogada, Politóloga y Socióloga (UBA).
Twitter: @GretelLedo