Pandemia

El tiempo está fuera de quicio

La celebre frase pronunciada por Hamlet resuena oracular en nuestra desorbitada realidad, a causa del coronavirus y sus efectos.

Coronavirus Foto: Fernando Zhiminaicela / Pixabay

La celebre frase “the time is out of joint” pronunciada por Hamlet, hace más de 500 años, resuena oracular hoy en nuestra desorbitada realidad, a causa del coronavirus y sus efectos.

Los poetas, como Shakespeare, hablan de su tiempo y al mismo tiempo se adelantan a su época. Hoy, pareciera que vivimos ese tiempo desquiciado shakesperiano a causa del aislamiento por la pandemia. Es que el mundo está fuera de quicio, como también se traduce la frase. Lo está por acontecimientos excepcionales y estremecedores. De pronto la natural “libertad” se vuelve algo excepcional. Confinados y viviendo un“lugar” como podemos, para no contaminarnos de un presente continuo de un potencial traumático preñado de incertidumbre. ¿Cómo hacer en este tiempo angustiante y compulsivo para no estar desquiciados?

Veamos una posible apertura al estudio del tiempo, hoy, que descoyuntado nos inserta en otra lógica, que parece fuera de la cronológica.

Pandemia…y después

Recordemos que la gran fórmula de Hamlet “el tiempo está fuera de quicio” es tomada por Jacques Derrida en su texto “Espectros de Marx” en el cual articula Shakespeare, con Marxy con Paul Valéry. En un tiempo desquiciado… “un fantasma recorre Europa”. Lo que para Derrida es la descomposición del capitalismo, ante la crisis de la modernidad, hoy, es lo que exponen los medios: la terrible cartografía del mundo, hora a hora de los efectos del coronavirus… que recorre Europa y el mundo entero.

Mucho antes, este horizonte fantasmal hoy visible en las ciudades fantasma, había sido denunciado por Valéry, en 1919 en “cartas desde Francia”. Valéry dice, “nosotros, la civilización, ahora sabe que es mortal”.

Las disruptivas fuerzas de la modernidad, posmodernidad, y globalización, exponen sus efectos, hoy.

El coronavirus y la oportunidad de hacernos la pregunta justa

El cambio en los tiempos, apremiados por la realidad no son el cambio que se produce en una variable predecible y que se puede calcular, implican, además un cambio que se produce en las coordenadas del propio escenario…íntimo, de la fantasmática que puede dominar nuestros estados anímicos, y nos puede desbordar. Y esto tiene un profundo efecto en la subjetividad.

Se pierde “el hilo de los días” y es necesario algún orden para que se sostenga y organice el psiquismo. La temporalidad atemporal del inconsciente, emerge en este horizonte de angustia. Y al mismo tiempo, ponen en suspenso el deseo. ¿Existe alguna posibilidad de encontrar-se, a partir de esta vacilación de los tiempos? ¿Cómo restituir un proyecto vital?

El coronavirus, ¿qué vino a limpiar?

En este tiempo es posible iniciar un recorrido aún “en suspenso”, que puede decantar en un tiempo diferente, en las fallas, huecos, y ajustes, que van surgiendo, y pueden dar lugar a algo creativo. Puede llegar a ser un momento en el cual restablecer otro equilibrio, en el que aparecemos nosotros mismos, en una temporalidad compartida, plástica, estética y abierta.

 

* Psicoanalista , miembro titular de APA.