HABLEMOS SIN SABER

Milei y un primer año que duró más de doce meses

Milei termina su primer año como ni el más fanático libertario —que quizás sea él mismo— imaginaba. Ni qué hablar de los demás. La insoportable levedad argentina.

Javier Milei en la conferencia CPAC. Foto: AFP

Hay años que duran más de doce meses, como semanas que tienen más de siete días. Así ha sido el primer año de Javier Gerardo Milei como presidente. Lo primero, la honestidad (y objetividad periodística, algo casi delictivo por estas épocas): Milei termina su primer año como ni el más fanático libertario —que quizás sea él mismo— imaginaba. Ni qué hablar de los demás. No hay que olvidarse de que no son tiempos de la verdad (¿qué será la verdad en este momento de la vida humana?) sino de la percepción que cada uno tiene de las cosas y, en este caso, de los gobiernos. 

Y la percepción de buena parte de los argentinos es palpablemente favorable para el Gobierno, lo que le permite soñar con liderar las elecciones legislativas del año que viene con derecho y razón. La mesura y cierta prudencia en la bonanza, siempre oportunas en estos casos, sorprenden por su ausencia y el mileísmo sigue siendo tan irascible como al principio. Con una curiosa mezcla de levedad a la hora de aplicar sus ideas, lo que las termina convirtiendo en efímeras. 

Para muchos, aquella iracundia y el vivir la gestión en el día a día son virtudes. Para otros, un defecto que se pagará en el tiempo. 

Siempre que un hombre se encuentra con la insólita situación de tener dinero en su poder que no es de él, la solución es que aparezca una Eva

Sin más, sepan disculparnos y ocuparnos de la noticia más importante del mundo en la semana: la caída de la dictadura de la familia Al Assad después de oprimir Siria y vecinos durante cinco décadas. Los sirios y su capital Damasco fueron la geografía por donde el islamismo unía a sus peores partes: el régimen iraní de los ayatollah, con las organizaciones terroristas como Hezbollah. Lo que viene es una incógnita. El mundo mira, con pocos datos: que Turquía está detrás de todo (que además fue muy rápido, en 15 días) y que Rusia e Irán tuvieron que salir corriendo como pudieron, garantes hasta el sábado de los Al Assad. Aunque no lo diga, Occidente sueña con lo que derrotó en la “primavera árabe”, un gobierno fuerte (y hasta autoritario) que haga la suya, pero que por sobre todo que no se vuelva irrazonablemente islamista violento y deje vivir a los demás. Con eso Medio Oriente no enfriaría su crisis, pero al menos la entibiaría.

Arrancamos con la agenda local. De cabotaje y sobre todo efímera. 

Se invitó en un streaming a un “debate civilizado” a Beliboni con Fijap que, por supuesto, terminó como era obvio: en un conventillo con puños al aire. Durante un día y medio fue uno de los temas más importantes de la agenda mediática (sí, ya sé, con todo respeto, la agenda mediática a veces deja que desear).

El sábado, de la nada, Milei echó a Misrahi de ex AFIP, ahora ARCA

El sábado, de la nada, Milei echó a Misrahi de la exAFIP, ahora ARCA (lo que se esperaba desde hace un mes) por meterse con la mafia de los influencers, que tienen la influencia, se ve, de cambiar a un jefe recaudador. O sea, el Gordo Dan tiene cada vez más poder (tercer o cuarto funcionario que echa). 

En el capítulo más popular de nuestro recordatorio semanal, Colapinto el domingo a la madrugada volvió a abandonar en la última carrera de este año. Sí, hay que decirlo, perdón: desde las fotos en Madrid con la rubia argentino-oriental enemiga-amiga de Pampita, más conocida como la China Suárez, al pobre Franco nada le salió bien. 

El miércoles nos desayunamos que un senador argentino, como cualquier “mortal”, andaba dando vueltas con 200 lucas más negras que verdes en una mochila por la Triple Frontera (uno de los diez lugares más controlados por, al menos, una decena de servicios de inteligencia), manejando una camioneta que no es de él, sino de un próspero empleado de la Biblioteca del Congreso (ordenar libros deja guita).

Si Mujica fuera argentino Cristina no sería candidata

Siempre que un hombre se encuentra con la insólita situación de tener dinero en su poder que, por supuesto, no es de él, la solución es que aparezca una Eva. Como en el Génesis, acá la manzana no es de Adán, sino de Iara, una próspera exempleada, también del Congreso, con tiempo suficiente para pagar las expensas de unos departamentos en Paraná, construidos por unos señores que, casualmente, están investigados por Arroyo Salgado por, entre otras cosas, sus relaciones con Kueider. Inútil que nos hagamos preguntas sobre todo el episodio. No porque no haya respuestas, sino porque sobran.  

En el medio, al kirchnerismo, como bajando de un cantón suizo y de repente preocupado por la corrupción, se le ocurrió subir un nivel de complicación en el juego y pidió una sesión para echar al senador. Y el Gobierno, que viene escoriado moralmente por la (no) Ficha Limpia, le contestó que se tienen que ir todos los que tienen causas judiciales y ocupan una banca en el Congreso. No quedó claro si son los que solo tienen una denuncia o que ya están imputados o algo así. El punto no es menor, porque en la política argentina una denuncia no se le niega a nadie. Es más, si hay que sacar a todos los que tengan solo denuncia, podemos quedarnos con la mitad de la Cámara de Diputados, otro tanto del Senado y no nos queda claro con cuántos en el Poder Ejecutivo. El tema no escaló y quedó congelado, como tantos (sobre esto volveremos).

A esta altura está claro que Ficha Limpia le armó a Milei un lío con efectos inesperados. En la desesperada búsqueda de temas que le caigan bien al mismo electorado que ama la Ficha Limpia (o que no quiere que Cristina sea candidata o vaya presa, simplifiquemos la cuestión) el Gobierno anunció que se arancelarían los servicios universitarios a aquellos extranjeros “no residentes” (Adorni, confirmando que será vocero, pero no bobo, muy enfáticamente metió el “no residentes”). En el caso de la educación el tema quedó medio entre un limbo y la nada: en 20 minutos todos los medios con especialistas al aire explicaron que “los no residentes” son los ilegales (extranjeros) y que es muy difícil que una universidad, privada o pública en el país, pudiera tomarlos como alumnos regulares. Para seguir con la campaña “me saco de encima Ficha Limpia” se anunció un recorte para medicamentos para jubilados del PAMI. Si es por necesidad de motosierra, lo discutimos. Si fue por la batalla cultural, la motosierra se está pasando varias estaciones. 

Todavía no sabemos si habrá sesiones extraordinarias y qué temario tendrá. Lo único que hay hasta ahora es un posteo de la vocería presidencial

Aunque parezca tragicómico todavía no sabemos si habrá sesiones extraordinarias y qué temario tendrá. Lo único que hay hasta ahora es un posteo de la vocería presidencial. No el documento oficial. Parece que no está Presupuesto 2025. Sí el despido de las PASO (ojalá) y nuevo financiamiento electoral. Pero todo es teórico, virtual, hipotético. Leve, como aquella de Milán Kundera. 

Lo que nos genera una consulta para matemáticos japoneses o programadores pakistaníes: cuánto dura un anuncio oficial en Argentina. Capaz que nos pasamos de rosca con lo efímero, porque está bien que lo efímero sea efímero, pero al menos podría durar un par de horas, como noticia, digo. ¿Habrá alguna noticia que tenga una permanencia de, pongamos, dos, tres, cuatro días? 

Pasen y vean, que hay más. En este boletín debemos confirmar que Nélida Caballero fue condenada a tres años de prisión en suspenso y según dice la crónica “se le impuso una multa de unos 300 millones de pesos” además de decomisarle campos, autos y hasta un cuatriciclo. No fue la CEO de Goldman Sachs. Fue la cocinera de Julio de Vido. 

Por lo menos Vicky no lo mandó a matar (a Milei)

La UIA —después que Milei los dejó colgados en el acto anual donde van a manguearle cosas al presidente de turno y esta semana Toto Caputo hiciera lo mismo, pero en una reunión privada— saca un informe diciendo que la economía comienza a levantar vuelo. Feliz, con el cinturón de seguridad puesto, el respaldo de mi asiento en posición vertical y dispuesto a ponerme contento con la noticia, me encuentro con otra titulada “La industria y la construcción frenaron su recuperación en octubre”. Me bajé del avión. En plena pista.

Al respecto, y confirmando la cobardía de este servidor, pondremos en boca de Miguel Ángel Broda lo que mucha gente del establishment está diciendo en privado y que nosotros, como todo el mundo, negaremos enfáticamente en público. "Yo veo tres fragilidades muy importantes: Primero, el tipo de cambio real. No se puede abrir la economía con un dólar regalado… Como segundo punto, el presidente sólo puede gobernar por decretos y vetos… (y, finalmente) con Milei no ha habido reformas estructurales en Argentina hasta el momento. No está la reforma previsional, no está la reforma laboral, no está la reforma tributaria y de coparticipación”. Lo dijo Broda con Roberto García en la tele. No nosotros. Lo único que nos falta es que en Dashi de Palermo Chico o en La Huella de José Ignacio alguien diga que criticamos el plan económico del Gobierno. Cruz diablo. 

 

ML