Hablemos sin saber

Milei, Marx, la cafetera y la chocotorta

Así como quien no quiere la cosa, hemos descubierto que al final Javier Gerardo era marxista, pero de Groucho, un comediante. Albricias. Todo es posible. En Argentina.

Milei y los Marx Foto: CEDOC Perfil

Escribo estas líneas consciente de que lo más relevante para el gobierno, la oposición y algunos colegas míos, ha sido esta semana la compra de una cafetera –con lecherita incluida- y el posterior despido de la funcionaria respectiva. Aclarado este punto pasaremos a temas menores. 

La frase “estos son mis principios y sin no les gustan, tengo otros” se supone que era de Julius Henry Marx, que no fue hijo, ni nieto, ni sobrino de Karl, sino el verdadero nombre de Groucho, uno de los más grandes comediantes de todos los tiempos. La cita apareció en un diario de Nueva Zelanda en 1873, o sea no fue de él, pero un siglo después en otra publicación se la adjudicaron. Así que aclarado el tema vamos a lo que importa: aun suponiendo que Groucho dijo lo que no dijo, debemos agradecerle que ha dejado descendencia. Al menos intelectual y cultural en Argentina en nuestro Javier Gerardo Milei, que a diferencia de Groucho se llama igual que su nombre artístico.

Seamos buenos con Javier Gerardo: Argentina es un país difícil para andar sosteniendo ideas y pensamientos durante digamos, un tiempo aproximado de por ejemplo una semana. O dos.  
Transitando a Perogrullo (el dueño de los lugares comunes) es obvio que no existe ni existió nunca ningún plan de dolarización en Milei y el mundo libertario. Fue un muy buen slogan de campaña, como la “casta” y que duro hasta donde se pudo. Como tampoco que iba a cerrar el Banco Central (y no es para hacer tanta alharaca, nadie creyó que Milei lo iba a hacer). Al revés, los argentinos están vendiendo los dólares y pesificándose. Y en el colmo del doble discurso, el gobierno no solo no saca el cepo, que podría ser una necesidad de política cambiaria y monetaria, sino que encima te lo milita y explica, como si los proponen su eliminación fuera criminales. Hermoso.

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Diana Mondino, sin pergamino alguno para ser canciller, ahora deja de serlo. Con cuatro comidas con expertos en política exterior y un par de reuniones en el CARI, los arribistas de siempre, muertos por un cargo en el exterior con salario y viáticos en dólares, la promovieron como la versión argentina de Charles Maurice de Talleyrand con mezcla de Henry Kissinger. Talleyrand fue tan buen ministro exterior de Napoleón Bonaparte, que todavía los libros de historia no se ponen de acuerdo, si estaba a favor o en contra del corso. 

Hay un punto que no tiene discusión: si el Presidente quiere que se vote en contra de Cuba, se vota. Y si la canciller no pudo o no supo ejecutar la decisión, que justo es decirlo, no es difícil de adivinar en el pensamiento de Milei, se tiene que ir.

La llegada de Mondino (y su movedizo hijo) no ha sido contada del todo. Mondino iba a ser Vicky Villarruel. Si. Era la primera candidata en la que se pensó como vice de Javier. Como Mondino no contestaba –porque coqueteaba con el PRO, versión Bullrich - en el cuartel libertario comenzaron a pensar seriamente en Vicky V. Cuando Mondino se enteró, contó en tele que le habían ofrecido el sillón de vice. Para calmarla, en virtud de que no sería ella, le propusieron ser diputada y en caso de ganar, Canciller. Evidentemente el que se lo ofreció, tampoco pensó que Milei ganaría. Parece que se lo ofreció Milei

Pero pasaron cosas y fue ministra de relaciones exteriores. Al menos nominalmente. Cuando el presidente en calidad de electo viajo a Nueva York primero y a Washington después a buscar los 15.000 millones de dólares que nunca aparecieron hasta ahora, con un grupo de media docena de íntimos (Karina, Santiago, el insustituible Posse echado seis meses después) se incluyó a Gerardo Werthein, flamante embajador en Estados Unidos, pero no a la nominada canciller. Todavía nadie sabe porque Mondino amablemente agradeció la nominación y se fue a su casa.

Peor aún: durante el año fueron innumerables los desplantes del Presidente, hasta por ejemplo echar a patadas al embajador que Mondino había nombrado ante la ONU, o no llevar a la cumbre del G7 en Italia, sin olvidarnos de sus errores no forzados, como el de “los chinos son todos iguales”. 

Volvamos al Presidente. El miércoles en un enjundioso comunicado sobre el tema nos informó que la política exterior iba a estar alineada defendiendo “los valores de libertad, soberanía y derechos individuales” y como si todo esto fuera poco agrego que se condena “todos los regímenes que perpetúan la violación de los derechos humanos (y sigue)”. Extraordinario. Maravilloso. Y estamos de acuerdo. Aplausos de pie.

Bueno, no de pie. Paremos los aplausos. ¿Y China? Que paso para Milei de ser una nación con la que no haría negocios (“Nosotros no hacemos pactos con comunistas”) a China “es un socio interesante”. ¿No hay violaciones a los derechos humanos? En Cuba si, en China, no. Quizás la diferencia es que los cubanos son pobres y no pueden darnos un swap de no se sabe cuántos miles de millones de dólares, que encima te lo renovaron y que parece que por ahora no te lo cobran. 

Así como quien no quiere la cosa, hemos descubierto que al final Javier Gerardo era marxista, pero de Groucho, un comediante. Albricias. Todo es posible. En Argentina.,

Vamos a los temas relevantes de la semana.

Máximo Kirchner tiene entre sus ahorros 2.905.572 dólares y todo su patrimonio sería superior a los 4.700 millones de pesos.  Es herencia dicen, y le creemos. El problema es que le creemos. O sea, ¿cómo hizo su familia a generar esa cifra si hace 30 años que son funcionarios públicos?

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No sabemos si Guillermo Francella se divorció o no. Ni si viajo a Miami con el hermano o no. Sí, que el hermano en tele, al hablar de los periodistas, parece más el brother de Milei que de Francella.

Mieli, ya que estaba y como no se hablaba de él, antes que Mondino le diera 24 horas de prensa, le pego de la nada a Raúl Alfonsín, acusándolo de un golpe contra Fernando de la Rúa. Aclaración: la crisis política, económica y social que devino en la renuncia de la Rúa fue la única de la historia argentina que no termino en golpe de estado, como venía sucediendo desde 1930. De hecho, se resolvió por los canales institucionales como nunca antes: hubo dos asambleas legislativas que eligieron a dos presidentes distintos y jamás se paralizo ni freno el sistema, ni se cerró el Congreso ni se impidió la libertad de expresión o se suprimieron los derechos individuales. Fin.

El momento “Lilia Lemoine” de la semana lo protagonizaron Leila Gianni La ex subsecretaria Legal ¨de Pettovello y Nicolás Caropresi del graboismo. El tal Nicolás la mando a ser animadora de Temaikén y Leila le regalo un paquete de Oreo, en referencia a la mención de Grabois a los Moyano con el negro por afuera y blanco por dentro. Todo muy gastronómico y académico al mismo tiempo. Una aclaración: basta del ninguneo al que labura en Uber o en Temaiken de parte de la casta política, como si ellos fueran Einstein.

Finalmente, en un golpe cultural al ser argentino, la influencer Paulina Cocina, le pegó directo y sin anestesia a la chocotorta y a sus cocineras. “Esta generación que su torta de cumpleaños es una que tiene galletita y dulce de leche con queso crema. Se los pido por favor, aprendan a hacer una torta”. Por supuesto que el tema género en redes más debate que el reemplazo de Werthein por Mondino. Pero menos que el de la cafetera de la empleada de Pettovello.

¿Y los que ni chocotorta sabemos preparar, qué hacemos?

 

LT