Pandemia por coronavirus

Adaptación y tecnología, las claves para transitar la pandemia

En este particular momento, las herramientas tecnológicas son un gran aliado tanto para resolver necesidades personales y reducir las posibilidades de contagio, como para facilitar en el mundo de los negocios.

Celular. Foto: cedoc

El televisor, la aparición de las redes sociales, la tablet, la inteligencia artificial, la educación por medios digitales, una consulta médica a distancia, el smartphone. Basta retroceder unos pocos años, para observar que cada vez que se presentó una innovación tecnológica, y la misma comenzó a ponerse en práctica, en la gran mayoría de los casos se produjo un gran debate, planteando diversos interrogantes y posturas: ¿las tecnologías nos acercan o nos alejan? ¿pueden las relaciones interpersonales estar mediadas por lo tecnológico? ¿resuelven necesidades o las crean?

Posiblemente estas preguntas se sigan repitiendo en el imaginario colectivo por muchos años. Sin embargo hoy, que nuestro mundo y rutinas han cambiado debido a la declaración de pandemia por el virus COVID-19, es probable que la mayoría coincida en que las herramientas tecnológicas son un gran aliado, tanto para resolver necesidades personales y evitar las posibilidades de contagio, como para facilitar en el mundo de los negocios.

Claves para liderar remotamente

En tiempos donde debemos cuidarnos y cumplir con la cuarentena obligatoria, es a través de las redes sociales y de las videollamadas que nos sentimos más cerca de nuestros amigos y familiares. Nuestros consumos se han incrementado e Internet se volvió un requisito fundamental que ayuda a pasar el tiempo de una forma más amena. Pero este vínculo con los otros no sólo se genera mediante las distintas herramientas comunicacionales, también es a través de aplicaciones tecnológicas que ofrecen distintas soluciones al usuario con sólo usar el celular, como por ejemplo, la posibilidad de realizar envíos a seres queridos.

En lo que concierne a los desafíos y aprendizajes a nivel empresarial, sin lugar a dudas éstos se han incrementado, incluso para las compañías que pertenecen al rubro tecnológico. El primer reto, para muchos, consistió en aprender a trabajar de forma 100% remota. La cuarentena fue borrando el simbolismo que tienen los espacios: en las conferencias virtuales conocimos familiares, perdimos el prurito de ser nosotros mismos, y nos permitimos ser más humanos. Esta modalidad que para muchos líderes siempre ha generado temores, hoy, dos meses después demuestra que, en la mayoría de los casos es viable de ser aplicada y que a futuro es posible pensar en nuevas dinámicas laborales, con espacios sin asignar dentro de las oficinas y la división por equipos con trabajos de días remotos y presenciales.

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El segundo reto consistió en la agilidad. Todas las actividades exceptuadas debieron actuar con velocidad, bajo el compromiso de cuidar a la sociedad responsablemente. Rápidamente, muchísimos equipos de trabajo de distintas industrias debieron informarse con epidemiólogos para comprender en qué aspectos debían trabajar para seguir operando. Y a la par que lo hacían, ejecutar en todas las áreas: compras y distribución de elementos de higiene, nuevos desarrollos y funcionalidades de prevención, reasignaciones de tareas, comunicaciones a los clientes, partners o los distintos actores que compongan cada ecosistema.

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Por último, y no por eso menos importante, la cuarentena también exigió que la gran mayoría de los negocios se reinventen. Quienes no podían ejercer su actividad comenzaron a pensar nuevas aristas, productos o formas que les permitían seguir acercándose a sus clientes. Restaurantes de todos los tamaños que anteriormente no estaban contemplando trabajar con la modalidad de delivery, por ejemplo, optaron por esta opción para poder seguir generando ventas y oportunidades económicas. Para muchas otras compañías, como en la que tengo el gusto de trabajar, este es también un momento de solidaridad y de servicio a la comunidad, priorizándolo por sobre el interés comercial.

Hoy no sabemos con exactitud cómo serán los próximos meses, ni qué forma tomarán los trabajos ni las relaciones humanas en el futuro cercano, pero sí podemos reafirmar el enorme poder que tiene la tecnología y la innovación, y las oportunidades que crea cuando se le otorga un buen uso.