Plan económico

La política cambiaria de Javier Milei es insostenible

Conforme se vislumbre la salida del cepo con salto cambiario, los exportadores que prefinanciaron y los importadores que retrasaron sus pagos para hacer tasa se van a dar vuelta y van a pedir los dólares.

El presidente Javier Milei Foto: NA

Al Gobierno cada vez le cuesta más sostener el precio de los dólares financieros. A pesar que cada día tira más reservas en cada rueda cambiaria, la intervención se vuelve menos efectiva . El proceso de dolarización pre-electoral se adelantó y hoy nadie quiere quedarse en pesos. En el último mes, el MEP y el CCL aumentaron 6%, contra una inflación de menos de la mitad. Hoy no dolarizar carteras es lisa y llanamente perder plata. Ser licuado.

Que los incentivos al “carry trade” minorista empiecen a esfumarse realimenta el círculo vicioso: más presión dolarizadora, más costosa la intervención (en términos de reservas) y menos credibilidad en el programa.

A Luis Caputo solo le queda el “carry exportador”, que sigue blindado por un crawling peg fijado por el Gobierno más intervencionista de la historia (el de Javier Milei). Pero esto es pan para hoy y hambre para mañana: conforme se vislumbre cerca en el horizonte la salida del cepo con salto cambiario, los exportadores que prefinanciaron y los importadores que retrasaron sus pagos para hacer tasa se van a dar vuelta y van a pedir los dólares.

Déficit de la cuenta corriente y reservas: los factores externos que complican el plan económico de Milei y Caputo

Santiago Bausilli no logra acumular reservas en el Banco Central hace más de 6 meses. Ahora ni siquiera las mantiene estables: vende. En un contexto de dólar subsidiado en base a vender los encajes de los depósitos privados, el tránsito hasta octubre se vuelve cada vez más cuesta arriba.

Tan evidente es el problema del atraso cambiario forzado que Milei logró hacer coincidir a Domingo Cavallo con toda la heterodoxia económica local. Nadie cree que las paridades actuales puedan ser valores de equilibrio de oferta y demanda, una vez que el mercado se unifique.

Salida del cepo sin fecha

Que se siga dilatando la salida del cepo es la evidencia palmaria de las incongruencias macro remanentes. A pesar del recorte de la brecha cambiaria, la migración de las Leliqs del BCRA al Tesoro, la reducción de la tasa de inflación y la absorción de parte del sobrante monetario, el Gobierno no se anima a dar el salto al vacío.

Los eventuales costos políticos ante un aumento del dólar libre, toda vez que se eliminen los anabólicos de la oferta espuria, generan dudas en el elenco oficial. El desacople de expectativas, si el dólar libre no se pudiera anclar en parámetros compatibles con la cotización actual, podría propagar a una disparada para toda la nominalidad de la economía. En tal sentido, el principal riesgo sería un eventual rebote de la inflación, que decante en nuevas expectativas devaluatorias. Es así que hoy Caputo se abraza al FMI como única alternativa para recuperar la confianza.

Es difícil pensar que un refuerzo “por única vez” en forma de préstamo sea un mecanismo efectivo. Si el flujo de dólares de la economía -dado por la cuenta corriente- sigue siendo cada vez más negativo, la sostenibilidad del esquema macro siempre va a estar en duda. Mientras tanto el Gobierno sobrevive en el día a día, sin reformas estructurales que nos alejen de la “restricción externa”, lleno de parches y martingalas financieras de corto plazo…

*Director de la Consultora Sarandí