Tiempos de cambios

La paradoja de Penélope

. Foto: Cedoc Perfil

La odisea es un poema épico griego compuesto en el siglo VIII a.C., atribuido a Homero.

Como toda epopeya, es el conjunto de hechos gloriosos vividos por varios personajes ficticios, dignos de ser recordados épicamente, y busca transmitir y proponer modelos a imitar en los comportamientos humanos. Son historias que sintetizan valores y que se convierten en los ideales iluminadores que inspiran a las distintas culturas de todos los tiempos.

Cuenta La odisea que Penélope, demostrando una incondicional fidelidad, esperó durante veinte años que su esposo regresara de la guerra. Mientras esto sucedía, varios hombres que la pretendían se instalaron en el palacio y, de a poco, fueron consumiendo su hacienda en banquetes, mientras esperaban que la reina eligiera a alguno de ellos. Preocupada por mantener su fidelidad, Penélope promete a estos personajes que aceptará un nuevo esposo cuando termine de tejer un sudario para el rey Laertes, padre de su querido esposo Ulises, que parecía ya no volver de la guerra. Pero, intentando demorar todo lo posible está decisión, Penélope desarmaba por la noche lo que tejía durante el día.

Son tiempos de cambios profundos, complejos y difíciles y requieren de nosotros y de nuestras organizaciones una mirada diferente que dé respuesta a los desafíos y problemas nuevos que nos demanda la historia, si es que no queremos sucumbir.

En esta era de evidentes cambios epocales, la gran cuestión es saber: ¿qué tenemos que cambiar?, para lo cual primero tenemos que responder otra pregunta: ¿qué NO tenemos que cambiar? Deberían ser pocas cosas, dos o tres, las más importantes. Una vez contestada esta pregunta, todo lo demás es accesorio y pasible de cambio. Solo resta encontrar el modo.

En este sentido, Penélope, con su ingenio, mantiene lo que para ella es verdaderamente esencial: la fidelidad y la esperanza del regreso de su esposo.

Otra "grieta" más compleja y peligrosa

Cantando una historia similar pero con otro final, el cantautor Joan Manuel Serrat compuso el hermoso tema musical que alude también a la actitud de una mujer, sugestivamente llamada Penélope, que esperaba pacientemente por años en la estación del tren el regreso de su amado, que también había partido con la promesa de regresar. Luego de un largo tiempo de fiel espera, cuenta la última estrofa que “el caminante volvió, la encontró en su banco de pino verde”. La llamó “Penélope, mi amante fiel, mi paz. Deja ya de tejer sueños en tu mente. Mírame, soy tu amor, regresé”. Y continúa la canción diciendo que Penélope “le sonrió con los ojos llenitos de ayer, no era así su cara ni su piel”, para concluir afirmando: “Tú no eres quien yo espero”.

A este desencanto de no reconocer aquello tan esperado es lo que podríamos llamar la paradoja de Penélope, y lo podemos definir como la proyección de las imágenes del pasado que no me permiten reconocer las consecuencias de los procesos evolutivos en el tiempo, de aquellos recuerdos almacenados en la memoria.

Esta es una actitud que aparece mayormente con la edad, pero también entre los jóvenes. Se lo puede actualmente aplicar a muchas visiones políticas, pero también a las expectativas educativas, religiosas, empresariales o personales, y puede ser una de las razones más importantes de la “cultura del malestar” que estamos viviendo casi todos. Es, sin duda, la causa más frecuente por la cual nos cuesta tanto ser creativadores (creativos+innovadores). Sobre todo en un mundo en el que parece que más importante que lo que uno sabe o conoce sería lo que es capaz de aprender.

Quizás es necesario preguntarnos: ¿qué es lo que, a pesar de todos los cambios, no tenemos que cambiar?, ¿cuáles son las imágenes que arrastramos del pasado que no permiten en Argentina innovar y avanzar en la construcción de un futuro mejor?, ¿no estaremos enamorados de un fantasma?

*Doctor de la UBA en Ciencias Sociales y en Comunicación de la USAL.

(El autor falleció días atrás, cuando esta columna ya estaba preparada y su hija pidió que sea publicada. Nuestras condolencias a su familia).