IomKipur: hablar con uno mismo para descubrirse

IomKipur es el día más sagrado del calendario hebreo. A pesar de que muchos asocian este día con el ayuno, el precepto más importante de IomKipur es hacer teshubá. Es decir, arrepentirse, renovarse y volver al camino correcto. Aunque el ayuno es indudablemente importante, es solo un medio para lograr el objetivo de hacer teshubá y concentrarnos en los valores fundamentales de la vida.

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En la literatura legal judía, la teshubá se equipara con el vidui, la confesión verbal de nuestros errores y faltas. Esto quiere decir que un requisito indispensable para volver al camino correcto es expresar en palabras aquello que hemos hecho mal. No es necesario hacerlo frente a otra persona, como un confesor o un amigo, sino que debe hacerse en la intimidad, en un diálogo interno con uno mismo.

En la literatura legal judía, la teshubá se equipara con el vidui, la confesión verbal de nuestros errores y faltas"

Esta verbalización es un encuentro con la propia conciencia: la persona se enfrenta a sí misma y se da cuenta de sus defectos, aceptando que debe trabajar para intentar ser mejor persona. Asimismo, es una forma de evaluar y sopesar las propias acciones y trazar un plan a futuro de corrección de los errores y faltas.

En estos días

La teshubá es una forma de renovar el espíritu con bondad, profundizando en el inconsciente para encontrar la raíz que nos llevó a equivocarnos. Es un ejercicio espiritual de autodescubrimiento que toda persona debería intentar hacer de manera constante.

La teshubá cobra así una dimensión más profunda: es una resolución interna, surgida de un diálogo sincero con uno mismo, de cambiar el rumbo.
 

*Gran Rabino Sefardí de Buenos Aires; Presidente de Menora, Organización Judía Mundial para la Juventud