”Huid del país donde uno solo ejerce todos los poderes: es un país de esclavos”
Esa frase de Bolívar define hoy a Venezuela, con millones de ciudadanos emigrados a todo el mundo escapando del chavismo. La asunción de Maduro, apenas con Ortega y Díaz-Cannel en la ceremonia, muestra al régimen aislado y sin legitimidad internacional.
En medio de detenciones, el país militarizado y otra fuerte manifestación de opositores, Nicolás Maduro asumió nuevamente como presidente de Venezuela, esta vez sin legitimación ni de las urnas, porque los resultados de las actas electorales nunca se conocieron, ni más reconocimiento internacional que los de Cuba, Nicaragua, Irán y algún otro aliado de negocios. Otros mandatarios de izquierda de la región reaccionaron de manera dispar: Boric desde Chile rompió relaciones; mientras que Gustavo Petro y la mexicana Claudia Sheinbaum hicieron equilibrio: evitaron las críticas, pero enviaron representantes y no asistieron a esa foto incómoda.
El rechazo de Milei fue tajante, y el ya conocido acercamiento entre Venezuela e Irán, aliados de amplia cooperación económica-militar, resultan siempre preocupantes, a raíz de los dos atentados sufridos en Buenos Aires. Tanto La Unión Europea como Canadá rechazaron la jura, y son numerosos los países que consideran vencedor al opositor Edmundo González Urrutia. Es que en las actas actas publicadas por miembros de la oposición, González Urrutia resultó amplio vencedor, con más del 70% de los votos.
González Urrutia había dicho desde redes sociales que "trabajaba para volver a Venezuela”, incluso llegó a intentar ordenarle a las fuerzas de seguridad que le respondan, por supuesto sin éxito, y no hay salida a la vista para la encrucijada opositora: cómo quebrar un frente militar que responde de manera monolítica al chavismo, las fuerzas armadas son una fuerza de seguridad política, ya no importa la ley en Venezuela desde hace tiempo, y la ley del más fuerte la ejerce el régimen que encabeza Maduro.
María Corina Machado debió admitir que González Urrutia "volverá a Venezuela cuando las condiciones sean adecuadas"protección de su integridad”. Luego del acto del 9 de enero la líder opositora fue perseguida por la Policía Nacional Bolivariana, durante un rato estuvo secuestrada, y luego apareció un extraño video que le habrían pedido que grabe como "señal de vida". Esa situación fue tan extraña, que allí decía que más tarde contaría lo que había ocurrido, mencionó lo de "haber perdido una carterita azul" y ya por la noche otro video tampoco aclaró mucho y pasó las definiciones al viernes. Maduro juró a mediodía y todavía no había noticias de Machado, que recién se vio en redes en otro video, no en vivo, señalando lugares comunes, elogiando al "bravo pueblo venezolano" y sin precisiones de su paradero. De hecho hubo un nuevo mensaje de redes este sábado, denunciando detenciones y desapareciones de miembros de los equipos opositores, pero desde el acto del jueves, no hizo manifestaciones en vivo.
Ahora con este cuadro, nada puede esperarse de la justicia en Venezuela, que responde de manera exclusiva al chavismo. Además que haya una sola cámara (la Asamblea Nacional) impide frenos y contrapesos propios de las democracias. Si un partido logra mayoría absoluta, su control será total. Venezuela posee una división particular de sus instituciones: Poder Ejecutivo (presidente y vicepresidente); esa única Asamblea Nacional como órgano legislativo; Poder Judicial (Tribunal Supremo de Justicia, Tribunal, Juzgados); Poder Electoral y el llamado Poder Ciudadano (responde a la Fiscalía General, Contraloría General de la República y Defensoría del Pueblo). Entre las diversas funciones del Poder Ciudadano está, paradójicamente, la defensa de los Derechos Humanos establecidos en su Constitución.
Como se sabe, Maduro es investigado por la Corte Penal Internacional por esas violaciones de DD.HH., con varios procesos abiertos desde 2021 por presuntos crímenes de lesa humanidad. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha denunciado en múltiples ocasiones al régimen por violaciones y abusos a los Derechos Humanos, muchos de ellos relaciones con las pasadas elecciones. Se recuerdan incluso los informes de la expresidente chilena Michelle Bachelet cuando ejerció como Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, lapidarios en sus conclusiones para el chavismo.
Por eso como decíamos al principio, siempre es bueno recordar una de las frases de Simón Bolívar, justamente el prócer al que Maduro y el chavismo veneran a diario: ”Huid del país dónde uno solo ejerce todos los poderes: es un país de esclavos”.
* Lic. en Ciencias Políticas
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