El voto latino, factor clave en la victoria de Donald Trump
Buena parte del universo latino de Estados Unidos, habitual voto demócrata, apoyó esta vez el regreso del magnate republicano. Economía e inflación incidieron en esa tendencia, y del 65% de voto latino a Biden en 2020, se pasó al 53% que logró Harris este año. Lo cierto es que esos votantes se mostraron ajenos a las realidades de otros latinos migrantes, y la concentración de poder de Trump puede terminar siendo un peligro incluso para quienes lo apoyaron.
Es importante preguntarse qué sucedió para que el voto latino, que históricamente fue demócrata en los Estados Unidos, haya girado esta vez hacia el lado de Donald Trump, tantas veces ofensivo en sus discursos hacia esas comunidades. Gran parte de la explicación se debe a la economía e inflación, y el 45% de los votantes latinos optó por Trump, mejorando 13% el porcentaje de ese sector respecto al que había logrado el mismo Trump, cuando venció a Hillary Clinton en su primer llegada a la Casa Blanca.
Sin duda hubo 'voto castigo' al gobierno de Joe Biden, y queda claro que Kamala Harris no logró con su campaña desligar su imagen de la del mandatario demócrata, al que algunos ahora le cuestionan no haber dado antes un paso al costado y hacerlo cuando la campaña de Trump ya era un aluvión.
Biden había logrado el apoyo del 65% de los latinos en 2020 y Harris obtuvo el 53% este 4 de noviembre. Más allá de que Kamala Harris se impusiera en voto latino a Trump (45%), el crecimiento exponencial del apoyo latino en Trump quedó como una de las características salientes del resultado. Sobre todo por un candidato que se ha mostrado despreciativo con la comunidad latina, y también con la afroamericana.
Trump inclusó llegó a pedir “la pena de muerte para cualquier inmigrante que mate a un ciudadano estadounidense o a un agente del orden”. El flamante presidente republicano electo abundó en discursos de miedo. En plena campaña electoral, en un acto en Las Vegas, llegó a decir "si no gano, estamos en camino de la Tercer Guerra Mundial”. Muchas veces repitió que con él cómo presidente “no hubo ninguna guerra”.
Es muy probable que los latinos ya radicados en Estados Unidos hayan asimilado la “cultura y modo de vida norteamericano” y se sientan en consecuencia ajenos a otras realidades de latinos migrantes. Pero una cosa es "asegurar la frontera", y otra muy distinta aceptar el racismo, la criminalización y el desprecio a otras comunidades.
El interrogante es ¿Quién realizará el trabajo de los latinos a deportar?. El líder republicano, como siempre, buscó canalizar el malestar del estadounidense medio por la economía. Usó emociones negativas como el miedo y el odio, al punto que probablemente el discurso que criminaliza a miles de inmigrantes en Estados Unidos llegó incluso a penetrar en la mentalidad latina.
Si el “Proyecto 2025” se impone, probablemente habrá deportaciones masivas. Puede que muchos votantes de Trump latinos ignoren o descrean la existencia o posibilidad del “Proyecto 2025”: propone disolver Departamento de Comercio y Educación; colocar el aborto afuera de la atención sanitaria y colocar la burocracia federal y Departamento de Justicia bajo la orbita presidencial. El temor de lo que plantea dicho proyecto respecto a las libertades individuales y ámbito privado de los ciudadanos ha hecho que el demócrata Jared Huffman trabaje en el contraproyecto “Stop proyect 2025”.
Los interrogantes son varios, sobre todo ¿hasta dónde puede llegar Trump en esta segunda etapa de poder?.
La violencia de Trump puede tener costos incluso para él mismo. Por un lado, debe recordarse el intento de asesinato al republicano por parte de Ryan Ruth en Florida, los disparos recibidos en Pensilvania por parte de Mattehw Crooks, el 13 de julio del presente año durante un mitin y en el cual Trump recibió una herida en su oreja. Y por otro lado el ya conocido y triste asalto al Capitolio. Sea como sea la violencia está decantando por ambas partes.
De nuevo en el poder, Trump tiene a los tres jueces de la Corte Suprema Norteamericana que él nombró de su lado, y además el juez de Nueva York Juan Merchan retrasó la causa de ”Stormy Daniels” hasta después de las elecciones. Más allá de sus declaraciones de campaña de desconocer “El Proyecto 2025”, queda esperar a ver el tono que dará a su nueva gestión. Pero es seguro que la concentración de poder en manos de Trump puede ser peligrosa incluso para esas comunidades latinas que lo han apoyado.
* Licenciado en Ciencias Políticas.
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