Individualismo

El plan de la mariposa

Papa. Este temas y otros no pueden ser tomado a la ligera. Foto: AFP

La mariposa viene tomando, con el correr de los años, una importancia insospechada, tanto en la ciencia como en la literatura, que nos invita a formular algunas ideas.

Si uno observa la conducta, a lo largo de los años, de amigos y amigas ante una decisión que tengan que tomar, nos animamos a predecir su elección de manera inapelable. Creemos que son siempre los mismos.

Pero en el medio aparece “la teoría del caos” que, basada también en la observación, nos dice que no todo puede predecirse y que al nueve, no necesariamente, lo sigue el diez. Un detalle todo lo cambia.

Así lo muestra la película alemana Corre, Lola, corre. (1998, Tom Tykwer). La historia se divide en “3 carreras por las calles” de Lola. Ella, en cada recorrida, tira el teléfono y sale de su departamento, pero con diferentes consecuencias en cada una. En la primera, un perro le gruñe, lo que hace que acelere su paso; en la segunda, el dueño del perro le pone la pierna y la hace caer, lo que hace variar la narración posterior. En la tercera, Lola salta al perro y todo vuelve a trastocarse.

Todo esto, para hacerlo más simple, se conoce como “el efecto mariposa”. El imperceptible aleteo de una mariposa, que ocurre en un momento dado, puede alterar, más o menos rápido, una secuencia y provocar distintos acontecimientos de diversas magnitudes.

Su formulación fue hecha por el meteorólogo y matemático Edward Norton Lorenz (1917-2008). ¿Un aleteo del lepidóptero en Brasil puede provocar un tornado en Tejas?

Una vuelta de tuerca a esta teoría la enuncia, desde su nombre, la banda “El Plan de la Mariposa”, conformada por cinco hermanos y dos amigos. Sugiere que es la mariposa, con su aleteo, la que tiene un plan, una idea inesperada en cada revoloteo de sus alas.

La política argentina navegaba en un mar previsible (más allá de una sociedad que vive cada vez peor). Los partidos tradicionales fueron sufriendo fragmentaciones, mutaciones, apariciones, alianzas, rupturas y reacomodos, pero el accionar, el ejercicio de la política, transitaba entre reglas, ocultas para la población, pero claras para los que formaban parte de los propios entramados corporativos.

Pero la mariposa aleteó en algún lugar y llegó Milei, y de su mano La Libertad Avanza, y todo lo anterior pasó a ser “casta”, dejando perplejo a más de uno.

Un nuevo estilo, sostenido en el hartazgo de alguna mayoría, otrora silenciosa. Hastiados de ver cómo los derechos quedaban en enunciados, mientras varios de los que sostenían esos derechos en público los traicionaban en privado.

El problema, después del aleteo, es que pareciera que esos derechos no hay que alcanzarlos, que deben postergarse o resignarlos a cambio de un individualismo, incierto, promisoriamente próspero.

Lo mismo ocurre con el Estado. Su accionar fue obstaculizado por numerosos funcionarios, nombrados sin respetar una carrera administrativa. Terminamos confundiendo el propósito del Estado, que es arbitrar entre débiles y fuertes, y se fue poblando de ineficientes personajes vestidos con los colores del partido de turno.

El Estado dejó de ser una red para ser un colador. Se colaban los militantes y quedaban detenidos los necesitados. El Estado debe volver a ser red.

El daño al ambiente, la violencia de género, las Naciones Unidas, las relaciones con los industriales y los trabajadores, el G20, los jubilados, el salario mínimo, el Foro de Davos, los vínculos con los países vecinos, el Papa, no son temas que puedan ser tomados a la ligera.

El individualismo privado a ultranza culmina en la soledad egoísta, el individualismo de un país termina en el aislamiento internacional apenas gire el viento.

Esta es nuestra realidad. Mientras tanto, la mariposa sueña y reposa hasta el próximo aleteo... ¿Qué estará planeando la mariposa?

*Convencional Nacional UCR.