El teletrabajo modifica la vida en la ciudad

Las ciudades a escala humana están diseñadas para el beneficio directo y positivo de aquellos que trabajan en sus casas.

Teletrabajo Foto: Peter Olexa / Pexels

Durante el siglo XX el desarrollo de las ciudades se dio como respuesta a una necesidad vital: miles de personas necesitaban mejorar su calidad de vida y, para eso, abandonaron pueblos y provincias para estar cerca del trabajo: fábricas, oficinas, comercios.

Esta mirada pragmática del progreso generó la mayor congestión poblacional de la historia. Según la ONU, más de 50% de los habitantes del mundo son habitantes de grandes ciudades. Esto trae aparejado el hacinamiento, la contaminación y el deterioro de la calidad de vida. La lógica de que el resultado final es más importante que el proceso nos jugó en contra.

La llegada de la pandemia por COVID-19 expuso, ya sin dudas, la gravedad del impacto de las acciones del hombre sobre la naturaleza y, como contrapartida, puso de manifiesto el rol fundamental de la tecnología en la vida cotidiana.

En tiempos de aislamiento social, producir, trabajar, comunicarnos, hacer compras o celebrar cumpleaños solo fue posible gracias a la virtualidad creciente, dominante y necesaria.

La Cámara de Diputados aprobó la "Ley de teletrabajo" y la envió al Senado

Estos meses demostraron que ya es tiempo de actualizar nuestra forma de trabajar y producir como una manera de cuidar la salud y, también de cuidar el ambiente.

Reglamentar el teletrabajo se torna imperioso en este contexto y mirando al futuro. Si bien hasta la llegada de la pandemia en Argentina no era frecuente este tipo de vínculo laboral, en muchos países del mundo está totalmente desarrollado desde hace tiempo.

Contar con una ley de teletrabajo que regule la actividad y establezca límites y acuerdos entre empleados y empleadores no sólo permitirá crear una nueva manera de pensar el mundo laboral sino también será una oportunidad para repensar la ciudad que habitamos.

El cambio climático es el tema ambiental que envuelve gran parte de los desafíos que enfrentamos a corto plazo. Hay tres sectores que impactan de manera directa en las emisiones de gases de efecto invernadero: transporte, energía y residuos. 

Presentan un proyecto para "clavarle el visto" al jefe

El Inventario de Gases de Efecto Invernadero (GEIs) de la Ciudad indica que el sector energético representa al 58% de las emisiones de CO2; el transporte, el 28% y los residuos, el 14%.

Todas estas áreas se activan en las oficinas: consumo energético para iluminación, calefacción o refrigeración, ascensores, sistemas, telefonía, residuos y transporte.

Afianzar la tendencia al teletrabajo es avanzar hacia la creación de ciudades descentralizadas, pensadas a escala humana en donde las distancias sean cortas y la vida cotidiana pueda resolverse en pocas cuadras, utilizando la bicicleta o las vías peatonales; disminuyendo el ruido y la contaminación del aire; reduciendo los residuos, impulsando espacios verdes con más árboles autóctonos y reforzando la identidad barrial.

Además, impulsa la economía de los centros comerciales a cielo abierto y descongestiona el macrocentro porque reduce el tránsito, el ruido y la contaminación del aire. A su vez, disminuye el uso de energía y agua y la generación de residuos.

No caben dudas de que descentralizar las ciudades a través del trabajo remoto tiene múltiples beneficios no solo para los trabajadores sino también para el ambiente.

El teletrabajo podria alcanzar a tres millones de trabajadores en el país

El Congreso Nacional avanza en el tratamiento de la Ley de Teletrabajo. La Cámara de Diputados aprobó ampliamente la propuesta que contempla el derecho a la desconexión digital, la privacidad de datos, la igualdad entre trabajadores virtuales y presenciales, la reversibilidad, los requisitos de seguridad e higiene, las tareas de cuidado y la compensación de gastos, entre otras cuestiones. Ahora resta que se apruebe en el Senado.

Esta situación excepcional nos puso en un lugar excepcional: como referentes políticos tenemos la oportunidad y la obligación de pensar hacia donde queremos que nuestro país se desarrolle. Debemos pensar de manera estratégica: sancionando leyes, diseñando políticas públicas, tomando las decisiones adecuadas para adaptar nuestras ciudades al mundo actual y al que vendrá.

 

Contador Público (Universidad de Belgrano) y Magister en Administración de Empresas. Secretario de Ambiente y Secretario General del PRO.