Educación como prioridad

Diferencia entre error e injusticia

. Foto: CEDOC PERFIL

Esta carta es un pedido. Un pedido en plural de madres y padres que solicitan una solución urgente a un problema como los muchos que acaecen estos momentos de pandemia en que vivimos. La educación, como acordaran, como la salud, y el trabajo están en primer plano. Este pedido está referido a la educación de nuestras hijas y nuestros hijos, un proceder que es imprudente además de injusto, y que los estudiantes se queden un año sin poder estudiar por un error administrativo.

La Universidad de Buenos Aires (UBA) suspendió las mesas de exámenes de diciembre 2020 que se pasaron a los meses de febrero y marzo del 2021. Esta prórroga afectó a la cursada de los alumnos del Ciclo Básico Común, (CBC) tanto en la modalidad regular como así también en el Programa UBA XXI. De no subsanar esta situación alrededor de 9 mil estudiantes perderán el derecho a inscribirse en las carreras. En el caso de aquellas que tienen materias anuales en su cursada, como Medicina, la situación es aún más grave porque perderán el año completo de estudios. El caos administrativo generó confusión entre los estudiantes. A los que tenían programado anotarse en el curso de verano no se les permitió cursar materias y los que rindieron en febrero y marzo 2021 la plataforma de examen colapsó, no pudieron rendir, hicieron el intento durante más de ocho horas para terminar un examen o algunas materias que estarían promocionadas en una situación normal fueron reprobadas por finales en condiciones deplorables. El silencio y la indiferencia de tan prestigiosa institución de nuestro país asombra a los miles de chicos que buscaron alguna respuesta entre diciembre 2020 y marzo 2021. Miles de mails y cartas nunca respondidas. Incluso cartas documentos que la Universidad continúa ignorando.  Se está cercenando el derecho a estudiar, expresado   en la Constitución Nacional. Los estudiantes reclaman un derecho adquirido; incluso expresado en los estatutos de la universidad. Los estudiantes se están organizando para reclamar frente al Rectorado y están implementando una serie de acciones en los medios de comunicación para hacer visible el problema. Es inadmisible y paradójico que el origen de un problema administrativo, de falta de presupuesto, de burocracia, frene los planes de miles de jóvenes, que son el reaseguro moral de nuestra Patria. Ellos no piden eximirse de rendir las materias ni que les regalen nada: sólo piden poder estudiar. Una solución. Un ingreso condicional con cinco materias aprobadas, como se hizo el año pasado a raíz de los problemas de conectividad y la pandemia. Otra alternativa sería la apertura de mesas de regulares y libres de las materias. Apelamos a la sensibilidad y buena predisposición de las autoridades de la Universidad de Buenos Aires. Ellas sabrán encontrar la mejor manera de resolver el problema.  Es con todos que podremos dignificar a nuestra Argentina.

Confiamos y damos por descontado que la UBA está de acuerdo con solucionar este problema. De otra forma, transformaría un error  administrativo en una injusticia irreparable que quedaría como mancha en una historia que tiene un pasado, un presente, y sobre todo un futuro.

*Escritor.