La caída

Como si la esclavitud fuera la salvación

Ya Baruch Spinoza advirtió que la confusión entre Teología y Política, lleva a los seres humanos a actuar contra sí mismos. “Y esto ocurre cuando se trata de instalar una idea única, un solo poder excluyente de todos los demás” asegura el autor.

Fin de la esclavitud en EEUU Foto: Freepik

“Los hombres luchan por su esclavitud como si fuera su salvación…
Y no consideran una ignominia, sino un gran honor, dar su sangre y su alma, por orgullo de un solo hombre”

 

Esta es la tremenda y completa frase que aparece en la introducción del Tratado Teológico Político, que el filósofo de los Países Bajos, Baruch Spinoza, publica bajo seudónimo y con un falso pie de imprenta en el año 1670.

Estas palabras tan impactantes son las que llevan al francés Gilles Deleuze, llamado por Michel Foucault “el filósofo del siglo XXI”, a comenzar a escribir y dictar clases sobre Spinoza.

Lo que nos está advirtiendo Spinoza, ya desde el título del libro, es que la confusión entre Teología y Política, lleva a los seres humanos a actuar contra sí mismos.

Y esto ocurre cuando se trata de instalar una idea única, un solo poder excluyente de todos los demás, que vacíe de contenido a todo lo que se oponga a ese falso unicato y denostar cruelmente a todos los se atreven a criticarlo.

Porque como sabemos desde Platón la sabiduría, no la opinión falsa y descreída, se obtiene desde el conocimiento del diálogo fecundo, sin prejuicios ni preconceptos.

Como advertía ya en el siglo XX el eminente pensador chileno, Humberto Maturana, para que nos podamos dar  cuenta, es necesaria y precisa, la conversación. 

Cuando cesó la conversación en el siglo XIX argentino, Juan Lavalle fusiló a Manuel Dorrego, ante el horror de San Martín que estaba en la rada del puerto de Buenos Aires y decidió no desembarcar, a pesar que le ofrecían el gobierno unitarios y federales. El Libertador de los Pueblos ya había decidido no desenvainar nunca su espada para derramar sangre hermana y por ello nunca más regresó a su Patria.

Se trata de instalar una idea única, un solo poder excluyente de todos los demás, que vacíe de contenido a todo lo que se oponga a ese falso unicato y denostar cruelmente a todos los se atreven a criticarlo"

Y cuando cesó la conversación en el siglo XX, ocurrió en nuestro país el bombardeo de la Plaza deMayo del 55, con cientos de muertos civiles, los fusilamientos de la autodenominada Revolución Libertadora, la desaparición del cadáver de Eva Perón, la Noche de los Bastones Largos del onganiato, en la Universidad del 66, las desapariciones, los robos, las torturas y la tragedia de Malvinas en el fatídico Proceso del 76-83.

Para comprender todo esto nos puede servir como guía la figura emblemática de Beatriz Sarlo, a quien vamos a extrañar, desde su partida hace unos días.

Si seguimos su recorrido, vemos que, como Alicia en el País de las Maravillas, no vaciló en atravesar el espejo de la realidad.

Y atravesar el espejo significó para ella y para sus lectores y escuchas, visibilizar América Latina en su conjunto a través de sus “Viajes” juveniles, analizar prácticamente toda la literatura argentina desde Sarmiento hasta Fogwill, Puig y Saer, entre otros autores contemporáneos.

Cruzar la figura emblemática de Borges, con el mito de Eva Perón y atreverse a dilucidar las fuerzas contrapuestas y sin solución, en la muerte de Aramburu.

Imbricar a Victoria Ocampo con una maestra normal, o sea, estableciendo una fértil conversación entre todos estos opuestos complementarios, que van enhebrando el revés de la trama de esta historia argentina, que se va haciendo día tras día en nuestro complejo devenir y nuestra vasta geografía, que arranca antes de 1810. 

Pero para establecer los límites estrictos de este pensamiento único, que intenta atravesar el planeta, con la complicidad y el silencio de los mercaderes de la opinión y de los idiotas útiles, que no faltan nunca como farándula, es indispensable escuchar la voz de Franco “Bifo” Berardi, en el extenso reportaje que le realizóJorge Fontevecchia en el Diario Perfil.

El filósofo italiano comienza señalando la transformación ultraneoliberal, coincidiendo plenamente con la acertada definición del Premio Nobel de Economía, el norteamericanpo J. Paul Samuelson cuando señalara “no me quieran engañar, se trata simplemente de zorros libres en gallineros libres”, pero transformado en la actualidad en automatismos financieros que establecen las reglas del juego global.

Afirma, a su vez, la incompetencia de la izquierda y del llamado progresismo para encontrar una respuesta válida a la implosión del Imperio Soviético en 1989.

Asume la muerte del pensamiento crítico, ante el flujo permanente de información que satura la mente humana, extenuada ante las innumerables pantallas.

Se trata de impulsar a nivel local y global un paradigma cultural único, patriarcal, acumulativo, blanco y heterosexual que no coincide con la diversidad plena de nuestro planeta"

 Y la impotencia para poder determinar nuestro futuro, al desaparecer la política como arte y ser reemplazada por una impotencia psíquica, que transita desde lo sexual hasta la epidemia de depresión, que sacude a nuestro mundo tecnologizado.

A lo que erróneamente se llama cambio climático, Berardi lo define como colapso climático, dado por el calentamiento global y la ionización atmosférica que se vio claramente en la asunción de Trump; mientras en Washington los 15º bajo 0 impedían estar al aire libre, California estaba bajo fuego, o sea, una contradicción en términos, EEUU era una nieve ardiente, negada por el pensamiento único.

También Berardi se refiere al desertar de la guerra que se ha visto tanto en rusos como ucranianos, de lo cual Buenos Aires y la Argentina en general, han sido como su asilo. Berardi insiste en esta desvastación ambiental, psíquica y geopolítica: ElonMusk haciendo el típico saludo nazi es una muestra acabada de este retroceso histórico.

En los trabajos informales y precarizados actuales, se puede hablar de una libertad de explotación, completa, total y definitiva del tiempo de la vida humana"

Señala también Bifo, la diferencia cognitiva de China entre escritura e idioma, como expresión y necesidad antropológica de su milenario colectivismo.

Pero sobre todo habla el filósofo italiano del déficit de atención provocado por el flujo casi infinito de información, agregado al hecho de la falsa interpretación que existe por ejemplo con respeto a la palabra comunismo, inexistente desde 1989.

Con respecto al término "libertad", que pareciera ser el de los esclavos, cuya única posibilidad de cambio estaba dado por la permuta de traficante o de lugar de la esclavitud, cuando en realidad en los trabajos informales y precarizados actuales, se puede hablar de una libertad de explotación, completa, total y definitiva del tiempo de la vida humana, ya señalado por el coreano Byul Chul Han en sus escritos.

Este pensamiento único se siente libre de explotar la vida humana y la vida humana puede quedar a la intemperie y tener sólo la libertad de morirse de hambre.Recordemos que Beatriz Sarlo ya alertaba en la Argentina sobre la fatídica división entre los que comen habitualmente y los que buscan la comida en la basura. 

Es que se trata de impulsar a nivel local y global un paradigma cultural único, patriarcal, acumulativo, blanco y heterosexual que no coincide con la diversidad plena de nuestro planeta y con el respeto que se debe a las políticas femeninas, que han devuelto derechos al género más explotado de la humanidad, desde que eran condenadas a la hoguera; a ser asesinadas, aquí y ahora, una cada 20 horas en 2025.

Más allá del aprendizaje automático de las IA, se trata de la cultura de la vida, de llenar el mundo de hijos deseados, de desechar la melancolía, de tratar de despejar la mente y el cuerpo del apego a la crueldad, de recordar la firmeza con nuestra potencia y contestar al odio y a la intolerancia con amor y generosidad; que es transmutar las pasiones tristes en alegres como enseña Spinoza, desde el siglo XVII.