Ataques

Borde del mundo

Violencia. El conflicto territorial palestino-israelí es eterno y complejo. Foto: AFP

Los seres humanos nunca hemos podido cuidarnos espontáneamente. Por eso hemos estado forzados a crear naciones con reglas legales que impiden el robo, el daño y el abuso entre nosotros. Más recientemente en la historia nos vimos obligados a crear organismos internacionales para que, a su vez, impidan que las naciones se dañen entre sí.  

Nos hemos inundado de reglas con la ilusión de mantenernos a salvo: de nosotros mismos. Pero es increíble; esas leyes circulan por la sangre de una rana gigante sobre la que nos hemos montado buscando auxilio. Ella ignora que la picaremos durante el viaje, inyectándole nuestro poderoso veneno ancestral. Y nos hundiremos con ella.

Hemos inventado todo tipo de reglas con la ilusión de poner un límite a nuestra peligrosa especie. Un borde. Lamentablemente ignoramos un dato demoledor: los encargados de pintar los bordes somos los mismos salvajes que los tuvieron que crear porque fuimos incapaces de contener nuestro impulso destructor. El zorro es el juez que deberá aplicar las leyes que garantizan la integridad física de las gallinas.

Aun así, vivimos con la tranquilidad de saber que existe un borde; con independencia de cuán bien se dibuje en la arena. Ese borde nos permite descansar, soñar y crear. Lamento decirles que lo acabamos de perder.

Les explicaré por qué.  

El sábado 7/10 pasado Hamas entró a Israel y cometió todo tipo de crímenes, matando a más de 1500 civiles. El más impactante fue cortarles el cuello a más de cincuenta bebés. También violaron a jóvenes y se las llevaron como trofeos de vuelta a Gaza. Como consecuencia de esta terrorífica invasión se activó el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Como expliqué más arriba, la ONU (Organización de Naciones Unidas) es una de esas creaciones que tuvimos que hacer los seres humanos paro no matarnos unos con otros. Su Consejo de Seguridad tiene la responsabilidad de mantener la paz y la seguridad internacionales. Tiene 15 miembros y cada miembro tiene un voto. Todos los países miembros de la ONU aceptan cumplir las decisiones del Consejo de Seguridad. Este es el único órgano de la ONU cuyas decisiones son obligatorias para sus miembros. Si el Consejo toma una decisión, entonces todos los países que la conforman deben acatarla.

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se reunió de emergencia en Nueva York el 9/10 pasado. El encuentro duró 90 minutos y fue a puertas cerradas. No lograron llegar a un consenso para condenar los ataques terroristas de Hamas; para tomar una decisión. (¡Solo hace falta el voto afirmativo de 9 de sus 15 miembros para que esto ocurra!). Ni siquiera pudo emitir una simple declaración condenando los hechos.

Este dato es demoledor: hemos creado una regla para cuidarnos… de nosotros mismos. Y estamos decidiendo no usarla. Ya no solo nos matamos; sino que también miramos con serenidad y placidez cuando eso ocurre.

El conflicto territorial palestino-israelí es eterno y complejo. Sobre esto existen varias posturas, y ninguna parece imponerse sobre otra. Podría decirse que palestinos tienen un poco de razón; y judíos también. Esta discusión transcurre dentro de un marco. Donde todo es posible. Pero ese marco tiene bordes: más allá de los cuales nos caeríamos. Todos. Palestinos, israelíes, occidentales, orientales, fuertes y débiles.

Degollar bebés está más allá del borde. Esta afirmación no requiere fundamento alguno. Es una verdad intuitiva y revelada (por el Dios de cada uno).

Y por el corazón, de quien no tiene Dios.

Nos hemos caído del borde.

Y no sé lo que hay del otro lado.

Lo digo con sinceridad.

Y temor.

*Profesor de la Universidad de San Andrés.