Turquía mantiene su veto al ingreso de Suecia y Finlandia en la OTAN
"Estamos decididos a mantener nuestra posición, hemos informado a nuestros amigos y diremos 'no' a Finlandia y a Suecia, que quieren unirse a la OTAN, y persistiremos en esta política", declaró Recep Tayip Erdogan, el jefe de Estado ante una asamblea de jóvenes, con ocasión del Día de la Juventud.
Dos escenas de la misma película. El presidente de Turquía, Recep Tayip Erdogan, insiste en vetar la entrada de Finlandia y Suecia en la OTAN, decidida por sus respectivos gobiernos. Los embajadores de los tres países, reunidos este lunes con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, no han podido llegar a un acuerdo que desbloqueé la situación.
El gobierno de Erdogan no se mueve de su negativa porque aduce que los países nórdicos son un refugio de terroristas. En su léxico, políticos del partido Confederación de los Pueblos de Kurdistán (KKK). Stoltenberg debió hamacarse entre la adhesión de Finlandia y Suecia y las preocupaciones sobre el terrorismo de Turquía.
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Erdogan también busca un equilibrio con su neutralidad activa en la guerra de Ucrania. No trata de desmarcarse, sino de condenar la invasión y, al mismo tiempo, mantener la relación bilateral con Rusia. Ningún país ha logrado fijar esa posición, más allá de que otro autócrata, el primer ministro Viktor Orban, esté intentándolo.
Los vínculos de Turquía con Ucrania no dejan de ser fuertes. En 2021 fue el mayor inversor extranjero en ese país, con alrededor de 4.100 millones de euros. El volumen del comercio bilateral alcanzó casi 6.800 millones de euros durante el año pasado. Un mes y medio antes de la invasión, Erdogan y su par ucraniano, Volodimir Zelenski, firmaron un acuerdo de libre comercio entre ambos países.
Vanos han sido hasta ahora los intentos de Erdogan para reunir a ambas partes en plan de cobrar relieve internacional como mediador del mayor conflicto de este tiempo.
GA PAR