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Sojeros argentinos cobran el 50% del precio internacional: "La soja produciría 65 millones de toneladas sin retenciones"

Rodolfo Rossi, titular de ACSOJA, dijo que “En Argentina el apoyo del Estado es negativo”. “Es difícil convencer al Gobierno que somos el sector de mayor respuesta a incentivos a la producción”, afirmó.

Producción de soja Foto: Télam

En un contexto complejo, con medidas y políticas económicas distorsivas, se conocieron datos del último relevamiento realizado por la consultora AZ-Group, que muestran que los productores sojeros argentinos perciben sólo el 50% del precio que cobran sus pares uruguayos, según la cotización vigente en el vecino país de Uruguay. En concreto, el productor argentino cobra un valor equivalente a USD 208 (divisa MEP), mientras su par uruguayo percibe ingresos a un precio de USD 400 por tonelada. 

La consultora privada evidencia que esta situación de desventaja se genera principalmente por la implementación del cobro de las tan controvertidas “retenciones”, que con su efecto distorsivo alcanza al 33% aplicado a la producción. A su vez, el impacto por la brecha en el tipo de cambio tira a la baja los ingresos de los productores al comparar con el precio para el dólar MEP. El informe, fue en base al valor dólar MEP, conforme la evolución de los precios de la soja en lo que va de 2024 para los mercados de Chicago, Uruguay, Rosario y Brasil.

Producción estancada y en desventaja

Rodolfo Rossi, presidente de la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina (ACSOJA), en diálogo con Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1), señaló que los productores sojeros argentinos sufren el impacto por el pago de los derechos de exportación (DEX), al igual que los efectos por la brecha cambiaria, que los coloca en fuerte desventaja con sus pares en el mundo. 

“Los productores de soja, con leves variaciones, reciben el 50% del precio internacional. Esto quita competitividad en la producción, menor siembra y producción, menor aplicación de tecnología (semillas, fertilizantes, etc), menores posibilidades de agregar y crear valor con su propio capital, menor inversión en maquinarias modernas. En definitiva, se resume en una producción del sector estancada y de la producción de soja en caída en estos últimos años”, remarcó el titular de la entidad sojera.

Cabe mencionar la importancia de la cadena sojera, en su aporte al ciclo productivo del país. “Los derivados de la soja son el principal sector de la economía exportadora de Argentina, explicando más del 25% de estas y el 50% del sector agroindustrial. Es un sector con una capacidad instalada de la industria aceitera, (así llamada aunque el mayor valor  total lo tiene la harina de soja) de 70 millones de toneladas de crushing, que esta con una capacidad ociosa altísima”, remarcó el titular de la entidad que nuclea a los productores de la oleaginosa. “En un año normal como el 2022, antes de la sequía del 2023, llego al 45% sin contar las importaciones, y del 38% con ellas”, agregó.

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La “magia” de los productores para competir

Respecto de la estimación que da cuenta que los productores argentinos perciben el equivalente a USD 208 (dólares MEP), mientras sus pares uruguayos lo hacen con USD 400 por tonelada. Desde ACSOJA señalan: “Nos resulta inexplicable cuando visitamos otros países, como seguimos produciendo soja. Los productores hacen magia realmente, llevando a fondo competitividades tradicionales propias del país, pero que en definitiva nos llevan a producir menos y mal”, señaló Rossi a Modo Fontevecchia.

“La producción sojera de la Argentina es la tercera del mundo, detrás de Brasil y EE. UU. Somos los mayores exportadores de harinas y aceite de soja hace más de 20 años, con caídas recientes en el volumen absoluto relativo, y  somos relevantes en el mercado de biodiesel con también alta capacidad ociosa”, enfatizó. Y agregó poniendo foco en la importancia del aporte al mercado exportador: “Nosotros competimos con ellos frente a los mercados externos. Es un producto netamente de exportación, ya que más del 85% es exportado en el complejo soja. El consumo interno es menor a los otros dos países, marcando una menor creación de valor interno, fundamentalmente en la producción de carnes”.

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Retenciones: un irrazonable impuesto al precio

Para amortiguar las desigualdades el titular de ACSOJA refiere: “Lo explicamos fundamentalmente en el nivel impositivo y los tipos de cambio que recibe el sector. Los otros países, seguramente recaudan, con otros tipos de impuestos relacionados a los beneficios y no con un irrazonable impuesto al precio, como son los derechos de exportación, llamados retenciones”.

“Es muy difícil convencer a las autoridades que dictan estas políticas, que somos el sector más eficiente y de mayor respuesta a los incentivos para aumentar la producción. Muy escasos países del mundo y menos los altamente exportadores, tienen este tipo de impuestos. Más bien, los principales competidores nuestros, tienen incentivos y estímulos concretos, cosa que en la Argentina el apoyo es negativo de parte del estado”, precisó Rossi. “Cumplir la promesa de su quita, aunque en forma paulatina, marcaría un cambio de reglas que permitiría lograr cifras de producción y exportación significativas”, apuntan desde ACSOJA.

“El actual Gobierno quitó medidas implementadas por la gestión anterior, que afectaban negativamente el comercio, tales como la normativa sobre cupos o fideicomisos que restringen las exportaciones y generaban situaciones restrictivas al desarrollo del sector. Para la soja, reducir burocracia ha sido importante”, destacó el referente de ASCOJA, como un punto a favor. No obstante, señaló: “Sin embargo, el mantenimiento de los derechos de exportación a niveles altísimos, en el caso de la soja y discriminativo respecto a otros cultivos, siguen teniendo un impacto negativo al crecimiento”.

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Expectativas de los productores

“Hoy las expectativas de los productores sojeros están centradas en lo local. Estamos en un mundo globalizado donde el balance entre oferta y demanda, en definitiva, los stocks, marcan los precios que rigen en la actividad. Son las reglas del juego. Si comparamos con un año atrás, en la situación actual, estamos, en promedio, con una caída del 23% en el precio de la soja en Argentina. Un 19% promedio para los cultivos pampeanos. Por ello se estima para este año, un aporte de dólares de la actividad superior a los 30 mil millones de dólares”, refirió Rossi a Modo Fontevecchia.

“Viendo con faros largos las posibilidades del país, tenemos un lugar importante en el abastecimiento de alimentos, forrajes, bioenergía y bioproductos  en un mundo que crece en demanda.  Localmente se espera que se cumplan las promesas, que en el periodo de gobierno, las retenciones sean cero, y se regularice el mercado de cambios hacia un único valor. Por otro lado, sería muy importante la reducción de impuestos, ya que el 59 % de la renta agrícola se va en impuestos, nacionales, provinciales y municipales (FADA, junio de 2024)”, señaló respecto a la carga tributaria adicional que agudiza el problema para el productor local.

Meta de producción

“En la campaña que está finalizando 2023/24, la superficie de soja volvió a crecer después de 8 años, en más de un millón de hectáreas. Por circunstancias especiales a nivel sanitario, que han reducido significativamente la cosecha del maíz, y ha generado una intención de baja en su próxima siembra 2024/2025, la soja y la sucesión de trigo -soja, va a ocupar la misma”, remarcó el presidente de la entidad sojera.

“Se estima, aunque es prematuro, más de un millón de hectáreas con soja. Esto llevaría a una posible mayor producción del 10-15% mayor a la actual de 50 millones de toneladas, con impacto en la reducción de la capacidad ociosa de la industria aceitera y en un aumento de las exportaciones. La relación insumo producto ha mejorado en varios insumos lo que permitiría mayor uso de tecnología”, agregó.

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“La cadena sojera tiene una meta de 65 millones de toneladas o más de producción, de mediar la quita de los derechos de exportación, como variable esencial (recordemos que en 2015 tuvimos una producción 61,4 millones de toneladas). Luego de esa campaña, el nuevo gobierno llevó las retenciones a cero en el resto de los cultivos y la soja tuvo solamente una reducción. Esto nos permitirá abastecer la industria del crushing y exportar el saldo de granos. En definitiva, esa quita paulatina, incrementaría la superficie de todos los cultivos, con un manejo sostenible, ya que el país es líder mundial en temas de huella de carbono y reducción de emisiones”, explicó Rossi a este medio. 

“Es de notar que necesitamos altas inversiones en infraestructura de caminos, desarrollo de líneas de ferrocarril, mejora de las vías navegables y regularización del manejo de la hidrovía. Viendo las posibilidades, decimos que la soja está más viva que nunca, solo faltan cambios que generen crecimiento”, concluyó Rossi.