Libertad de expresión

Santiago O'Donnell: "Los papeles del Pentágono abrieron la ventana del periodismo independiente y las Wikileaks la cerró"

El periodista destacó la crucialidad de los avances tecnológicos en el periodismo y defendió la libertad de expresión con el caso de Julian Assange. "Cuando la información no circula es como cuando las personas no pueden circular y las democracias mueren", sostuvo.

Assange. Su caso, llevado a la Justicia, aún está irresuelto e implica un ataque a la libertad de expresión. Foto: Shutterstock

El periodista Santiago O'Donnell expresó su alivio y alegría por la liberación de Julian Assange, fundador de Wikileaks arrestado por filtrar material clasificado del Gobierno estadounidense, y criticó la idea de que todos los hackeos son ilegales. Valoró el carácter del programador australiano y remarcó la injusticia de encarcelarlo por publicar información clasificada. “Metieron preso a Assange por desnudar la hipocresía del país más poderoso del mundo”, expresó en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1).

Santiago O'Donnell es periodista. Actualmente se desempeña como editor en jefe de la sección Internacionales de Página 12, dirige el sitio web Medio Extremo y mantiene un blog (santiagoodonnell.blogspot.com). Dirige la plataforma de análisis y noticias de filtraciones llamada Filtra Leaks. Además, es docente de la Universidad de Nueva York en Buenos Aires. Comenzó su carrera en el Buenos Aires Herald y rápidamente pasó a trabajar en dos de los diarios más importantes de Estados Unidos, entre 1987 y 1990 en “Los Angeles Time”, y entre 1991 y 1994 en el “Washington Post”. De regreso en Argentina, se incorporó a la redacción del Diario La Nación, para luego ser editor general del semanario TXT. Es autor de los exitosos libros “Argenleaks”, “Los cables de Wikileaks sobre la Argentina, de la A a la Z” y “PolitiLeaks: Todo lo que la política argentina quiso esconder”. Además, coautor de “Derechos Humanos La Historia Del Cels. De Mignone a Verbitsky. De Videla a Cristina” y “ArgenPapers. Los secretos de la Argentina offshore en los Panamá Papers”.

¿Qué te pasó al ver que, después de tantos años, Assange puede volver a su patria, Australia y quedó liberado?

Fue un gran alivio y una gran alegría. Era algo que millones de personas venimos tratando de que suceda desde hace mucho tiempo, no sólo porque es feo ver a una persona que conocemos sufrir de la manera en que sufría un castigo injusto, sino también por las consecuencias que tenía a nivel mundial para el acceso a la información y la libertad de expresión.

Y si me permitís, simplemente aclarar que ya no soy más director de la maestría de la UBA, esa maestría lamentablemente no existe más. También dirijo la plataforma de análisis y noticias de filtraciones que se llama Filtra Leaks, donde subimos tres o cuatro notas por día, por lo menos, sobre noticias relacionadas al análisis de filtraciones en todo el mundo, y es un poco un proyecto que en algún momento está vinculado con algo que hablamos con vos y con Julian Assange, así que seguí adelante con esas ideas. Creo mucho en esta clase de periodismo de desafiar a los grandes poderes.

A partir de eso, lo segundo que quiero es dejarte un gran abrazo solidario. Como buen periodista te has tenido que enfrentar a todos los Gobiernos y a todo tipo de presiones indebidas e inadecuadas, y no me pude acercar el día del periodismo por razones laborales, así que te quería mandar el abrazo públicamente por acá.

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"Creo mucho en esta clase de periodismo de desafiar a los grandes poderes", sostuvo O´Donnell

Mientras hablamos aparecen imágenes del reportaje que le hice a Assange, donde fuiste de gran ayuda. En ese momento, hace 10 años, estaba totalmente envejecido, me imagino lo que debe ser ahora después de pasar además por la cárcel. Reflexionaba sobre lo que es el ejercicio del periodismo en algunas circunstancias y me siento insignificante al lado de este hombre que pasó su vida plena encerrado en la embajada de Ecuador. Me hace reflexionar sobre Estados Unidos y la libertad de prensa, el doble discurso. 

No, exactamente, Jorge.

Primero, es muy interesante lo que decís de su imagen. La última imagen que se conoce de él es de cuando lo sacan de la embajada, una violación inaudita de un país extranjero que directamente entra a una embajada con su policía, invitado por el propio Gobierno, a remover a un ciudadano ecuatoriano. Insólito.

Pero, más allá de eso, parece que dos meses antes, tengo entendido, le habían quitado los utensilios de aseo y de afeitar justamente para lograr esa foto con una barba desmedida, con una cara parecida a Charles Mason. Esta cosa de crear esa imagen. Y tan controlada estaba la imagen que a partir de ese momento nunca más se conoció públicamente ninguna foto de Assange, por supuesto, por decisión de las autoridades carcelarias inglesas respondiendo a intereses de Estados Unidos.

Assange se casó en la cárcel y no conocimos una sola foto de ese casamiento. Había una idea de asesinarlo públicamente, y parte de ese asesinato público donde lo llamaron sucio, espía y violador, también tenía que ver con las imágenes, y él mismo también era muy cuidadoso con las fotos, cuándo, dónde y quién se las sacaba, porque también era parte de esa batalla.

Julian Assange me contaba que hasta que empezó esta gran guerra con Estados Unidos, mientras él ya había dirigido Wikileaks durante varios años y había hecho muchas revelaciones importantes, nunca había dado una entrevista, porque él era de la vieja escuela como nosotros, donde el periodista está detrás de la firma y lo que habla es la nota y no la personalidad. Dijo que tuvo que salir a poner la cara porque estaba en riesgo su organización y su personal. Hasta ese punto ni siquiera había participado en el debate público más allá de sus filtraciones.

Julian Assange.

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Un personaje con muchos aspectos que merecen elogios, y fundamentalmente, lo que merece crítica, es que a una persona por publicar, aunque fuera ilegalmente, información reservada, haya tenido que pasar más de una década de su vida detenido. Realmente es una vergüenza para la libertad de expresión y para los Estados Unidos.

Hay una idea de que la información se roba y me parece que es totalmente falsa. A la información se accede o no se accede, se sabe o no se sabe, no se puede sustraer como un pasacassette, un auto o una billetera. La información está, la conocés o no. 

Tu número de cuenta bancaria es un número que conozco o no conozco, y ahí me decís que hay leyes de seguridad informática que prohíben acceder a tal cuenta, y es verdad, hay ordenanzas y también hay leyes de información clasificada que no te permiten teóricamente acceder a información secreta del Estado, es cierto, pero sobre todo en la Constitución argentina figura el derecho al acceso a la información, está en el Pacto de Costa Rica, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que dice que nosotros tenemos derecho a acceder a información pública y eso para mí está por encima.

Muchas veces los periodistas rápidamente dicen que “cualquier filtración es un hackeo ilegal”, y no, eso lo tiene que demostrar un juez y lo tiene que fundar, Eso depende de para qué se buscó la información, qué se hizo con la información. Si una información es de interés público y uno solamente accede a esa información con el solo propósito de publicarla yo no veo por qué puede ser ilegal eso.

Hasta ahora es cierto que había una doctrina donde el que conseguía la información podía estar preso pero el periodista podía publicar cualquier información, viniera de donde viniera, y no era sancionable legalmente. Pero creo que, por cómo ha avanzado la tecnología, hoy todos somos periodistas, porque todos publicamos. Entonces esa línea se ha cortado.

Lo que esta liberación de Assange implica es que el precedente que quería sentar Estados Unidos, juzgándolo y condenándolo, era la primera vez en la historia que no solo quien proveía la información sino el que la publicaba también iba preso, por eso tan importante que él salga.

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Pero creo que está, también en la Argentina, la cultura del buchón. Entonces mucha gente por ahí tiene miedo, pero un documento de interés público, que demuestra delitos u operaciones no santas de un Gobierno, si empresa lo publica o se lo da un periodista para que lo publique, creo que está contribuyendo a la democracia. Vivimos en la era de la transparencia donde casi todo se sabe pero muy poca gente tiene acceso a esa cuasi totalidad informativa, por lo tanto la información no circula y cuando la información no circula es como cuando las personas no pueden circular y las democracias mueren. Entonces me parece que es importante que tengamos en cuenta que tenemos derecho a informar y a estar informados, y está protegido por la Constitución y por encima de cualquier ordenanza que pueda decir que no podes entrar a tal o cual computadora”.

Fijate que ahora, quizá en el juicio más importante de la historia de Brasil que fue en el que culparon a Lula en la operación Lava Jato, la Corte Suprema Brasileña cita textual una filtración, hecha por The Intercept, sobre las charlas entre el juez y los fiscales donde trataban de echarle la culpa a Lula de cosas que no hizo. Y si bien esos hackers que le dieron la información fueron detenidos y juzgados, la Corte Suprema no tuvo ningún empacho en usar esos mismos cables.

Y no sólo eso, sino la pericia que demostraba que la filtración era verdadera y que la había hecho la propia justicia brasileña para fundamentar un fallo fundamental en la historia de Brasil. Entonces me parece que hay que empezar a mirar a la información y a las filtraciones de otra manera, no es que alguien está robando información.

Una vez me dijo a Assange, “si voy caminando por la calle y me mirás la hora sin pedirme permiso, ¿me estás robando la hora? No, porque es como el día es claro y la noche es oscura. Hay gente que lo sabe y hay gente que no lo sabe, no te puedo robar esa información”.

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Me parece muy atinado tu aporte, y pienso que tiene que ver con el doble estándar. Si Estados Unidos hubiera hecho con los papeles del Pentágono lo mismo que hizo con Wikileaks, tendría que haber metido presa a Katharine Graham, la dueña del Washington Post, y eso no sucedió porque el WP era más importante en Estados Unidos.

Fijate la ironía de que el New York Times gana un Pulitzer por publicar lo mismo que publicó Assange y por lo cual lo meten preso. Y la explicación del Gobierno de Estados Unidos fue que “Assange no es un periodista”. Ustedes sí pueden publicar Wikileaks, pero Assange no, porque él no es periodista. Imaginate si dejamos que el estado decida quién es periodista y quién no, ¿a dónde vamos a parar?

Si me decís en una sola palabra por qué lo metieron preso a Assange, coincidiendo completamente con vos, es por desnudar la hipocresía del país más poderoso del mundo, así de fácil.

Para la audiencia más joven, los papeles del Pentágono es algo de los años 70, que fue posible gracias también a una revolución “tecnológica”.

Mientras los WikiLeaks fueron posibles gracias a la digitalización, los papeles del Pentágono fueron posibles gracias a un invento extraordinario de esa época: la fotocopiadora. O sea, hasta los años 70 no había fotocopiadoras, entonces los generales del Pentágono no tenían ninguna dificultad en los papeles secretos y nadie se los podía llevar. Con la fotocopiadora directamente se solucionó el problema. Siempre es un salto tecnológico el que crea una ventana al periodismo para algún descubrimiento.

Comparto lo que decías de los papeles del Pentágono. Creo que con estas filtraciones, la primera abrió la era del periodismo independiente y esta última medio que la cerró.

MVB  VFT