Interna en el Gobierno

Pablo Touzon, politólogo: "Con el triunfo de Trump, Milei dice 'es ahora o nunca'"

El fundador de la revista Panamá analizó las tensiones entre Javier Milei y Victoria Villarruel y señaló que la “inercia a la interna” de la época actual establece la necesidad de que cada espacio busque “blindarse peleándose con el que está más cerca”. “Esto ocurre mientras Villarruel es una de las figuras más populares según las encuestas que manejo”.

Pablo Touzon Foto: Cedoc

El politólogo Pablo Touzón describió el conflicto entre Javier Milei y Victoria Villarruel como una manifestación más de las luchas históricas entre presidentes y vices en Argentina, recuperando su concepto de “pinpinelismo de Estado”. “La idea siempre es que el vice “complementa”, de alguna manera, ideológicamente, con algún sector que el presidente no abarca. Y eso, después, en la marcha del gobierno tiende a traer problemas”, explicó en  Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3). 

Pablo Touzón es periodista, fundador de la revista Panamá, analista, autor de libros como "La grieta desnuda", "El Macrismo y su época" y "¿Qué hacemos con Menem? Los noventa, veinte años después". Además, elaboró el concepto de “pinpinelismo de Estado” para referirse a los conflictos habituales entre presidente y vice.

Vos fuiste autor del concepto de “pinpinelismo de Estado”, en referencia a las peleas entre presidentes y vices. ¿Qué diferencias encontrás en los distintos peleas históricas del presidente y vicepresidentes con la actual entre Javier Milei y Villarruel en particular?

Es un retorno del concepto, de un concepto que nunca se va. A ver, hay una histórica enemistad entre presidente y vice, pero también hay una “inercia de la interna”, del rol interno de la política argentina, que es muy singular.

Es como si el Frente de Todos hubiese puesto la marca general de la época en una cosa que continúa. Continúa, inclusive, si uno lo ve en cada espacio. Hoy están en cada espacio. Las internas saltaron el mapa del Frente de Todos, que se caracterizaba por este “pinpinelismo de Estado”. Pero no solo ahí: también están en el kirchnerismo, en el radicalismo, en el macrismo. Es como una especie de atomización muy generalizada.

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Como si, en el fondo, lo que se buscara en esta época de minorías intensas fuera blindarse peleándose con el que está más cerca. Como diciendo: “Bueno, lo que yo quiero es mi quinta, primero que todo, porque desde allí se produce la política hoy”. Entonces, tengo muchísimos más problemas con los que están más cerca que con el adversario ideológico declarado.

Por eso, las disputas típicas entre presidente y vice tienen ese nuevo aditamento en esta época. Es la idea de: “Dame mi pedazo”. Y, bueno, ¿qué hace eso? Obviamente, reproduce internas, ¿no? Como si fuese el modo de vida.

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Junto al productor de este programa. Pablo Helman, venimos insistiendo hace mucho tiempo en ese hermoso texto de Freud “el narcisismo de las pequeñas diferencias”. Es algo que no solamente pasa en la política, sino también entre vecinos, en el fútbol, entre astillas del mismo palo, como decían las abuelitas…

Pasa en la política y en la identidad también. Porque, cuando vos tenés que definir tan fuerte una identidad, tenés que bloquear lo que no lo es, ¿no?, y conducir esa parte.

A eso se le suma el ordenamiento institucional argentino, donde la idea siempre es que el vice “complementa”, de alguna manera, ideológicamente, con algún sector que el presidente no abarca. Y eso, después, en la marcha del gobierno tiende a traer problemas.

Como pasó con Chacho Álvarez y De la Rúa, que fue el caso más explícito porque era una coalición hecha a ese efecto. Pero la Concertación Plural de Cobos y Kirchner también era una coalición, o al menos decía que era eso. Y ni hablar de Alberto Fernández y Cristina.

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Claudio Mardones: ¿Creés que hubo un cambio en la vicepresidenta tras mostrarse con Isabel Martínez de Perón? Pareciera haber un antes y un después de su última gira. Además, estuvo el cuidado encuentro con el Papa Francisco, cuyo contenido trascendió muy poco. Algunos creen que ahí comenzó su desdibujamiento. ¿Coincidís?

Yo creo que eso es un poco la excusa. El mundo libertario más cercano a Milei le había declarado la guerra hace varios meses del encuentro con Isabel Perón. Ese momento coincide con el mayor apogeo de Milei en términos de popularidad mundial y lo que percibían como un buen momento interno. Eso desencadena, pero no creo que haya sido por eso.

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Si uno analiza todo el año, al principio Milei viajaba por el mundo a las CPAC, los encuentros de la alt right, mientras Villarruel recorría provincias. Podía interpretarse como complementario, pero también marcaba diferencias entre los sectores ideológicos del gobierno. Después tenemos su actuación en el Senado y lo que intentó Villarruel con la foto de Isabel Perón: un guiño al peronismo no kirchnerista, cercano a Moreno y sin representación clara.

“Milei viajaba por el mundo a las CPAC, mientras Villarruel recorría provincias.

Creo que el mundo libertario vio ese encuentro como un gesto político explícito hacia un sector, lo que pudo desencadenar la ofensiva de Milei. Esto también se da en el marco de la “primavera” que tiene tras el triunfo de Donald Trump. Con el triunfo de Trump, Milei dice “es ahora o nunca”.

Recordemos el conflicto de Kirchner con Scioli: tras un llamado al disciplinamiento, Scioli pasó del ostracismo a la funcionalidad. No digo que sea lo mismo, pero esto fue un proceso, no algo inmediato. La presidencia quería mostrar que era autónoma y no le debía nada.

Esto ocurre mientras Villarruel es una de las personas más populares del país. Según las encuestas que manejo, lidera en imagen positiva en muchos distritos. Si fuera anodina, no traería tanto mar de fondo.

FM