Osvaldo Giordano: "Bajar el crawling peg agrega un factor de preocupación"
El exministro de Finanzas de Córdoba se refirió a la decisión del Gobierno nacional de bajar la tasa de devaluación mensual del 2% al 1% y advirtió que la medida podría afectar la competitividad de algunos sectores.
El exministro de Finanzas de Córdoba, Osvaldo Giordano, analizó la decisión del Gobierno de reducir el ritmo de la devaluación mensual del 2% al 1% y afirmó que la medida obliga a acelerar las reformas que todavía no se implementaron en materia de gasto público, legislación laboral e infraestructura. “De lo contrario, las preocupaciones en ese sentido de falta de competitividad van a ir creciendo”, afirmó en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3).
Osvaldo Giordano es presidente del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) de la Fundación Mediterránea. Estuvo a cargo del ANSES en los primeros meses de la presidencia de Javier Milei y, durante mucho tiempo, a cargo de las finanzas de la provincia de Córdoba. Además, Giordano se desempeñó como ministro de Economía de Córdoba entre el 10 de diciembre de 2015 y 2023, y antes fue secretario de previsión social entre 2007 y 2015.
¿Cuánto afecta a las provincias este nuevo sistema tributario, en el cual había una parte de los recursos del Estado Nacional que se repartían entre las provincias y hoy ya no se reparte? Nos interesa hacer un balance, desde el interior, sobre cómo se ve el sistema económico que lleva adelante el presidente Javier Milei.
Hoy estamos con la presión de las dificultades que enfrentan los sectores productivos para exportar o para competir con las importaciones y, dentro de los muchos elementos que condicionan esas posibilidades de ser competitivos, sin duda la cuestión tributaria es central. Para cualquier sector, de manera directa o indirecta, los impuestos son un factor que te quita competitividad.
Las retenciones son un problema muy grande para un sector muy importante de algunas provincias como Córdoba, este es un factor decisivo. Pero ojalá fuera el único problema. En realidad, la suma de impuestos que afectan la competitividad es mucho más grande. Representan aproximadamente un tercio del total de los ingresos del Estado y están distribuidos en todos los niveles de gobierno. A nivel nacional, están las retenciones y el Impuesto al Cheque; a nivel provincial, Ingresos Brutos, que es el principal impuesto que tienen las provincias; y, a nivel municipal, las tasas. Con lo cual, el desafío es enorme.
Creo que esto que pasó con las retenciones, donde la Nación, con un enorme esfuerzo y con muchas dudas respecto a cómo va a compensar el impacto que tiene su eliminación en su presupuesto y mantener el equilibrio fiscal, se pudo hacer apenas un muy pequeño paliativo al problema que enfrenta el sector agropecuario.
Cuando uno mira el conjunto, dice: "Bueno, acá hay un desafío enorme por la magnitud y además por la complejidad", porque afecta a los tres niveles de gobierno. Con lo cual, la salida requiere una operación bastante más complicada de lo que hemos visto hasta ahora.
¿Qué están viendo en el IERAL? ¿Cómo imaginás este año? ¿Cuáles son los "cisnes negros" que se podrían producir y las oportunidades que ves?
Están estos desafíos. Este tributario creo que es uno central, decisivo, pero no el único. Podemos hablar de la legislación laboral, de cómo ordenar el gasto público, de los problemas de infraestructura, que cada vez se hacen más visibles. Es decir, hay una suma de temas, de reformas, de transformaciones que tiene que hacer la Argentina para ser competitiva.
La presión de los sectores productivos que percibimos, sobre todo en pequeñas y medianas empresas, es fuerte. Sienten la amenaza, por ejemplo, de Brasil y otros potenciales competidores, así como las dificultades de quienes exportan para poder seguir haciéndolo. Esa demanda está latente, creciente y plenamente justificada.
Por otro lado, cuando miramos cómo dar respuesta a eso, por ejemplo, lo que hablábamos recién de los impuestos, vemos una enorme complejidad. Y, como si eso fuera poco, en un año electoral, con una elección en el medio, lo que hace aún más difícil la posibilidad de llegar a acuerdos. Entonces, hay una enorme expectativa, porque creo que, claramente, lo que ha pasado en el 2024 ha generado alivios por el lado de menor inflación, recuperación de los ingresos, recuperación de la producción, esperanza en términos de que, de una vez por todas, la Argentina no solo se recupere, sino que empiece a crecer.
Pero, por otro lado, somos conscientes de que falta mucho más de lo que se hizo y que, por lo menos en el 2025, va a ser difícil, dado este contexto político, que va a estar crecientemente condicionado por las elecciones.
¿Cómo ves la relación con el Fondo Monetario y el tema recurrente sobre quitar o no el cepo al dólar?
Obviamente que el cepo hay que eliminarlo, hay pocos defensores de una estrategia de ese tipo. Pero, también se entiende la cautela del Gobierno en cuanto a hacerlo con ciertos resguardos. Porque hoy parecería que eliminarlo no debería ser muy traumático, dado la reducción de la brecha y las condiciones en que enfrenta hoy la economía con un equilibrio fiscal y demás. Pero uno nunca sabe si eso puede cambiar y, con reservas negativas, tenés muy pocos instrumentos para moderar, por ejemplo, un shock externo, en un mundo tan convulsionado.
Entonces, uno entiende que eso es opinable: la velocidad con la cual el Gobierno lo toma y si es razonable o no ser más precavido y decir: "Bueno, no. Lo voy a hacer recién cuando tenga un refuerzo de reservas a través de un acuerdo con el Fondo".
Pero, en nuestro juicio, en nuestra evaluación, eso no es lo más complicado ni lo más importante. Lo más importante es cómo sostener un ritmo de reforma en su integralidad y su rapidez acorde a lo que la producción necesita. Yo noto ahí la principal tensión porque, bueno, se perciben cada vez más dificultades y se hace cada vez más visible que, con estos impuestos, con esta legislación laboral, con esta falta de infraestructura, es muy difícil producir de manera eficiente y ser competitivo. Por lo tanto, hay que abordarlo de manera rápida y eso es muy difícil hacerlo en las actuales condiciones.
Acabas de mencionar un shock externo. ¿Qué oportunidades y qué amenazas representa Trump como presidente? ¿Puede ser el "cisne negro" alguna de las primeras medidas de Trump? ¿Y cómo ves que va a avanzar con el aumento del 25% de impuestos a las importaciones que vengan de los dos socios comerciales de su Tratado de Libre Comercio?
Sí, estamos todos sorprendidos. Ya ha asustado un poco la amenaza, pero bueno, siempre se pensaba que no iba a pasar de amenaza y ya ahora entramos en una fase de instrumentación, con lo cual entramos en un terreno de enorme incertidumbre. Es muy difícil preverlo, dado que Trump se maneja más que por un criterio económico, por un criterio geopolítico, en la lista de los beneficiados y perjudicados aparecería la Argentina como en la lista de los menos perjudicados, directamente beneficiados.
Pero los efectos que esto puede tener en el mundo son muy difíciles de predecir y, por lo tanto, puede que por ahí como efecto directo no nos perjudique, pero puede generar algunos efectos indirectos que sí. De manera que creo que aumenta la incertidumbre y, en ese sentido, el ser cuidadoso y precavido pasa a tener sentido porque es muy difícil saber lo que va a pasar y no hay que descartar que de todo esto el resultado final sea un contexto más adverso para la Argentina.
Alejandro Gomel (AG): Está debutando hoy esta nueva devaluación oficial, baja después de un año del 2 al 1 por ciento. ¿Cómo ve esta medida y qué puede significar?
Mira, era previsible en función de la baja de la inflación y del proceso de baja de inflación, de que en algún momento había que hacer ese nuevo escalón cuando la convergencia, digamos, de la dinámica de los precios estaba presionando por debajo del 2.
Si mantenía la devaluación del 2%, es como que le ponía un techo a la posibilidad de seguir ese proceso. Desde el punto de vista de la competitividad, agrega un factor de preocupación. Aún manteniendo el 2%, todos estos problemas que señalé antes, de las dificultades que te generan los impuestos, la legislación laboral, la falta de infraestructura, la falta de acuerdos comerciales que te permitan exportar, no te cambia porque devalúes del 2 al 1, pero agrega un factor de preocupación adicional.
En síntesis,creo que era previsible, necesario, pero mete mayor presión a en un contexto político tan difícil, a que se mantenga el ritmo de reforma y se aborden temas que todavía no se han abordado. Porque, de lo contrario, las preocupaciones en ese sentido de falta de competitividad van a ir creciendo.
MC CP
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