ANÁLISIS POLÍTICO

Maximiliano Aguiar: "El beso a Yuyito tiene un componente político"

El consultor político explicó que el Gobierno utiliza eventos que pueden parecer grotescos para mantener el centro de la agenda pública. "El modo de comunicación del Gobierno, institucionalmente más débil, es el de la ametralladora de temas", explicó.

Maximiliano Aguiar Foto: X Maximiliano Aguiar

Maximiliano Aguiar señaló que los temas mediáticos de los políticos tienen un impacto significativo en la sociedad y contribuyen a la desconfianza ciudadana hacia la política. Además, manifestó que, sin embargo, eventos como el escándalo de Alberto Fernández no benefician necesariamente al oficialismo debido a la situación crítica que enfrenta la economía. “La propuesta de un futuro mejor y de que hay un esfuerzo que vale la pena, todavía a Milei le está funcionando, pero esto tiene un límite”, expresó en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1).

Maximiliano Aguiar es analista político, analista de opinión pública y presidente de la Asociación Argentina de Consultores Políticos.

En una entrevista con Canal E, se refirió al caso de Alberto Fernández y dijo que “hay una especie de telenovela donde va apareciendo una cosa más trágica y grotesca que la otra”. 

Alejandro Gomel: ¿Hay una especie de novela, por capítulos, donde nos vamos enterando de algo distinto todos los días?

Sí. En principio están sucediendo una cantidad de hechos relacionados con esta temática que son cada vez más grotescos, más llamativos y más impresionantes, que están monopolizando la agenda pública de la última semana. Hablando, por lo menos, sobre cuestiones que, si bien tienen un componente de vida privada de las figuras políticas implicadas, básicamente Alberto Fernández, por sus características tiene un impacto político súper importante, relevante y una presencia mediática que aparece en el centro de todas las discusiones, de lo que se dice en los medios de comunicación, pero sobre todo de lo que se habla en las casas de familia, en las calles y en los cafés, lo que marca un hecho político de proporción.

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Muchísimo, sí, sin duda. Y es parte de esta mirada de lo que está detrás de lo que nosotros vemos normalmente del poder y alienta, en alguna medida, también el descreimiento ciudadano respecto de la figura de la investidura presidencial y del espacio de la política.

Los efectos que puede llegar a tener en términos de la mirada ciudadana es incrementar algún nivel de rechazo que existe desde hace bastante tiempo de los argentinos respecto de la política, los políticos y los partidos políticos.

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Alberto Fernández y Cristina Fernández.

AG: ¿Cómo impacta esto en el PJ? ¿Puede recuperarse el mayor partido de la oposición de este golpe? 

En principio, el primer afectado por esta cuestión es Alberto Fernández, que ya estaba en un estado de opinión pública de salida desde antes de este evento. Esto se derrama sobre el Partido Justicialista en general, no solo porque Alberto Fernández era el presidente de ese espacio político y la vicepresidenta era Cristina Fernández de Kirchner, sino porque aparecía como una de las banderas que plantaron en su Gobierno y que parecía uno de los pocos puntos en los cuales todavía tenía, de una mayoría ciudadana, una mirada positiva respecto de un Gobierno que salió con niveles de imagen realmente muy malos.

Ahora, uno no debería suponer, porque han sucedido muchas cosas alrededor del Partido Justicialista en muchos años y no han significado la salida permanente de ese espacio político o la destrucción del mismo. Un caso específico son los bolsos de López, en su momento, como un caso puntual, lo que sucedió con Boudou, hablamos de cuestiones de proporciones que no terminaron derramando de manera definitiva sobre ese partido político.

El problema que tiene hoy el partido es que se ha quedado sin banderas, o con muy pocas banderas de las que podía defender anteriormente, y con una ciudadanía, sobre todo los grupos independientes, que está cada vez más alejada de ese espacio político. 

Es, sin dudas, el segundo espacio que hoy tiene un núcleo duro más relevante de apoyos. Dicho esto, es por lejos el que tiene un grupo más importante de detractores de manera permanente.

El problema que tiene hoy el peronismo es que tiene un piso que no es tan bajo, y un techo que se ha ido bajando cada vez más, sin liderazgos que puedan ahora interpelar a nuevos espacios sociales. Creo que ese es un inconveniente grave, la inexistencia de nuevos liderazgos, la existencia de un liderazgo todavía fuerte de Cristina Fernández de Kirchner, que, por un lado, no puede crecer en términos de imagen positiva, al menos en el próximo plazo, no deja crecer a otras figuras, y esto genera la crisis actual de un partido que deberá reconstruirse si quiere volver a ser competitivo.

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EP: Ayer, algún funcionario de la Casa Rosada, muy cercano al presidente, hablaba de que Milei tenía previsto un acto en la Provincia de Buenos Aires y decidieron postergarlo, en parte para mantener el foco de la agenda pública en el caso de Alberto Fernández, entendiendo que le sumaría rédito político a La Libertad Avanza. Sin embargo, ayer hablamos con Lucas Romero, y él decía que esta denuncia golpeaba al peronismo, pero que no necesariamente beneficiaba al Gobierno en medio de una muy fuerte expectativa social respecto de medidas y complicaciones por la situación económica. ¿Vos cómo lo ves?

Coincido plenamente con Lucas en ese sentido, lo que perjudica a uno no necesariamente beneficia a otro.

Ahora, podemos ver dos cuestiones, ocupación plena de la agenda pública. Cuando se habla de unos temas, no se habla de otros, la agenda pública no es infinita, y en ese contexto escuchaba con atención el resumen de noticias que hacían un par de minutos antes de que yo entrara al aire, y lo cierto es que hay algunas buenas noticias para el Gobierno nacional, y hay muchas que no lo son.

Que no siga bajando de manera acuciante la inflación, sobre todo la inflación núcleo, recesión, pobreza y toda una serie de problemáticas que están asociadas también a una debilidad legislativa, de la cual también podríamos estar hablando, no ayudan demasiado al Gobierno en términos de espacios para sostener al pobre.

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EP: Claro, que no estén en el centro del debate público no implica que en tu vida cotidiana cada uno de nosotros estemos padeciendo esa situación y preocupándonos por esa situación.

Sin ninguna duda. Y te doy un ejemplo específico, la caída de los subsidios de servicios públicos. Quien vaya a tomar el transporte, sobre todo en AMBA, y tenga un valor de boleto mayor al anterior, también puede estar hablando de Fabiola Yáñez, pero lo está sufriendo de manera personal, de manera experiencial. Entonces, en ese contexto, esto no necesariamente ayuda al Gobierno nacional a incrementar su imagen positiva, porque están sucediendo cosas que son complejas, que atacan aquello que se vive. 

En ese contexto, ese es el principal peligro que tiene un Gobierno que, a pesar de que muchos argentinos han sufrido un impacto muy importante en sus bolsillos de manera cotidiana, mantiene niveles de aprobación superiores a los que uno podría suponer de manera previa. La narrativa todavía está teniendo sentido.

La propuesta de un futuro mejor y de que hay un esfuerzo que vale la pena, todavía a Milei le está funcionando. Pero, como todas las cuestiones asociadas a las narrativas de gobierno, esto siempre tiene un límite y habrá que ver en qué momento la ciudadanía comienza a exigir resultados que no serán únicamente de la baja de la inflación, sino de baja de indicadores de pobreza, de crecimiento económico o recuperación económica de un PBI que parece que va a bajar un 3,5% en un año. Todo eso más tarde o más temprano va a suceder.

Lo que pasa con esto es que da un tiempo adicional a un Gobierno que necesita tiempo para poder empezar a mostrar algunos resultados.

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Javier Milei y el beso con Yuyito González.

EP: Volviendo a la idea de lo grotesco, que aparece como una novela, toda esta cuestión del caso Fabiola Yáñez y Alberto Fernández, ¿no hay una apelación de parte del Gobierno también en su estilo de comunicación y en su narrativa, a lo grotesco, al morbo y a cierta espectacularización de cosas? Especialmente a través de las redes sociales como vehículo de esa comunicación.

Sin duda. Milei surge de los platós televisivos transformados con declaraciones siempre muy fuertes, muy potentes, border en muchos casos, y lo llevó a instalarse en términos de agenda ciudadana y como una figura política que termina siendo nada menos que presidente.

Este estilo comunicacional de la campaña electoral se ha mantenido y se ha profundizado en la presidencia, pero ahí podemos ir a los modos y los canales. El modo de comunicación del Gobierno, institucionalmente más débil, es el de la ametralladora de temas, de todo orden. Doy un ejemplo de esta semana, las declaraciones de Adorni respecto del Día del Zurdo y Maradona. Son pseudo-eventos, en sí mismos no son eventos políticos, que se tiran a la parrilla para que la gente hable de eso, y al otro día aparece otro y al día siguiente aparece uno más.

Esto genera una especie de ametralladora de temáticas que nos tienen discutiendo sobre estos temas durante mucho tiempo y le resulta eficiente al Gobierno para ganar el centro de la agenda pública con cuestiones que son llamativas, y en algunos casos grotescas, que apelan a la espectacularización sin ninguna duda, el beso a Yuyito, pero tienen un componente político.

Primero, Yuyito González tuvo algún affaire aparentemente con Carlos Menem, lleva una narrativa que va de Menem a Milei. Por otro lado, donde hay amor no hay violencia, parece que no hay nada para ocultar, hay un beso que es público. Todas estas cuestiones que pueden parecer espectaculares en sus modos tienen una dimensión política. Esa dimensión política es trabajar de manera bastante cuidadosa por el Gobierno, y es quizás el elemento que les permite mantener este centro de la agenda pública sin tener demasiados aliados ni en los medios de comunicación, ni en la justicia y, por supuesto, mucho menos en el Poder Legislativo, tanto en el Senado como en Diputados.

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AG: En medio de este escenario que planteas, ¿dónde queda parado el PRO? ¿Dónde queda parado Mauricio Macri? 

Quizás, de todas las fuerzas políticas, es la que tiene más problemas.

La política es un juego de representación, donde algunos quieren representar a otros. El problema que tiene el peronismo, pero sobre todo el problema que tiene el PRO, es que aparentemente le están hablando a una sociedad que ya no existe, con líderes que ya no son. 

En este contexto, esta dificultad que se presenta, es muy importante, sobre todo para el PRO, porque el problema es que el peronismo mantiene su bolsón electoral, lo decíamos hace unos segundos, de gente que no tendría otro lugar a donde irse. Muchos de los apoyos del PRO fueron después apoyos de Milei y hoy están situados en ese lugar. 

El problema que tiene el PRO es que está perdiendo identidad política en términos de representación. Eso es bien difícil de solucionar. Casi dos de cada tres votantes de Patricia Bullrich verían con buenos ojos una fusión con La Libertad Avanza. Claro, La Libertad Avanza hoy es gobierno, y una fusión entre La Libertad Avanza y el PRO, se parecería más a una absorción que a otra cosa. 

Entonces, tienen un dilema muy importante, que es que si se acercan demasiado, ya no son ellos mismos, pierden identidad y son La Libertad Avanza, y si se alejan, su electorado se va. Ese es el dilema que hoy enfrenta el PRO, enfrenta a Mauricio Macri, y del cual no le va a ser sencillo salir.

MVB FM