PRESUPUESTO 2025

Luis Secco: "No veo que el proyecto de presupuesto implique una nueva Argentina"

El economista declaró que el programa que presentó el Presidente tiene "proyecciones macroeconómicas inconsistentes" y considera poco probable que el Gobierno cumpla con los números que anunció: "La meta de la inflación es muy poco creíble".

Luis Secco Foto: Captura de video

Ayer, el presidente Javier Milei presentó el presupuesto 2025 en un discurso transmitido por cadena nacional desde el Congreso de la Nación. Luis Secco analizó las estimaciones del Ejecutivo y, aunque aclaró que sigue sujeto a la discrecionalidad del Gobierno, las consideró “poco consistentes”. Además, sostuvo que incluso con un ajuste del gasto, “hay una dosis de desconfianza muy grande” con respecto a que el Gobierno cumpla con sus metas. “Milei tiende a exagerar las condiciones heredadas para exagerar sus logros”, afirmó en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1).

 Luis Secco es director de la consultora Perspectiva. Anteriormente, formó parte del equipo económico de Juntos por el Cambio, especialmente de los sectores ligados a Horacio Rodriguez Larreta. Fue jefe de Gabinete de Asesores de la Presidencia del Banco Nación entre 2015 y 2017, director externo del departamento de Economía de Deloitte de 2004 a 2012 y director general de análisis estratégico de la secretaría de Inteligencia del Estado en el 2000. 

¿Le creés algo al presupuesto que presentó Javier Milei en respecto a los números?

Como la mayoría de los presupuestos que se presentan en Argentina, me parece que adolece de una cuota de optimismo y cierta inconsistencia. 

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El tema de la regla fiscal no es una estricta y fuerte, sino una débil, en términos de que no hay ninguna penalidad por incumplirla. Uno podría tomar la convicción del Presidente con el equilibrio fiscal y hacer cualquier cosa para alcanzarlo. Está en el artículo 1 y se repite en el 70, porque se introduce como modificación de la ley de Administración Financiera para que quede firme para futuros ejercicios fiscales, pero no es una regla fuerte. 

Como cualquier otro presupuesto, sigue sujeto a la discrecionalidad del Gobierno. En términos de esa discrecionalidad, como cuando dice que va a separar lo necesario para pagar la deuda y gasta el resto, ahí la clave es qué tan bien se estiman los recursos, y ahí es donde entran las dudas.

A mi juicio, hay una sobreestimación del potencial de crecimiento de la Argentina: en 5% el año que viene y 5.5% los años siguientes. La tasa de inflación prevista es muy baja, de 18,3%, y la devaluación igual, por lo que se mantiene el atraso cambiario. Eso pone a la economía bajo un corset en términos de peso fuerte.

El economista consideró que el presupuesto 2025 es “poco consistente en cuanto a sus proyecciones”.

Lo más raro es que, al mirar la proyección de los recursos tributarios, los derechos de exportación, estos crecen un 100%, y los de importación un 50%, pero las exportaciones crecen un 9% y las importaciones un 13%. Es un poco incompatible semejante aumento de la recaudación, que le permite al Gobierno la pérdida del impuesto PAIS, con esas proyecciones macro. Por el lado del gasto, le deja total discrecionalidad al Gobierno, y por el lado de los ingresos, el presupuesto luce poco consistente en cuanto a sus proyecciones.

Llegar a 104% de inflación este año implicaría que los próximos 4 meses haya 1,5% de inflación por mes. ¿Eso tiene alguna lógica o es “un dibujo"?

La meta de la inflación es muy poco creíble. La palabra “dibujo” es la primera que a uno se le viene a la mente y no está equivocada. También el 18,3% del año que viene luce bastante optimista.

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Uno podría comprobar que resulta un “dibujo” ese 18,3% respecto de lo que tenemos a la vista. Uno supone que la lógica de este año seguirá en 2025.

Es cierto. 

Uno supone que hay una lógica detrás de eso que es la de subestimar los ingresos…

Pero si se cumple la regla de gasto,  si tenés más ingresos, no los podés gastar. No es como antes, que uno presuponía que, con mayores ingresos, había discrecionalidad para que el jefe de Gabinete incrementara partidas y gastara todo. Si se va a cumplir la meta, el gasto no debería aumentar. 

Lo que dice es que los recursos deben ser iguales o superiores al gasto, de forma tal que el superávit es igual o superior a los intereses de la deuda.

Hasta ahí es lo que él dice, pero después tiene la discrecionalidad de poder cambiarlo…

Exactamente. Si hubiera total credibilidad, lo que dice y lo que va a pasar sería igual. El problema es que todavía hay una dosis de desconfianza muy grande respecto de que el Gobierno pueda mantener a rajatabla esa regla de que no gasta lo que no tiene y de que no hay plata.

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Hay una cosa rara flotando en el aire, porque ¿cómo puede ser que, con equilibrio fiscal, con la voluntad del Presidente de ajustar el gasto, ya sea previsional o universitario, y con un Banco Central un poco más normal que antes, sigamos teniendo las señales de desconfianza que tenemos? Es como que el Presidente no alcanza a construir confianza. 

Se ve por el riesgo país, por la incapacidad de conseguir divisas y porque la tasa de inflación no va a donde él quiere. El Presidente está tratando de meter en la coctelera un montón de cosas para generar confianza, y esa confianza le resulta esquiva. La puesta de escena de anoche y la poca consistencia de los números que presentó no ayudan. 

Elizabeth Peger: ¿Esa falta de confianza que mencionás la vinculás estrechamente a la cuestión política?

Creo que hay dos cuestiones, porque la consistencia del programa también aporta. No es sólo una cuestión de plataforma de gobernabilidad y de capacidad de llevar adelante iniciativas. Hay un problema de consistencia en términos macro, porque es muy difícil de justificar la actual política cambiaria que tiene el Gobierno. Además, los precios relativos no están del todo acomodados, lo que genera presión inflacionaria y expectativa de corrección del precio.

Desde el punto de vista fiscal, lo gran ausente ayer fue la reforma. Suponiendo que las proyecciones estén bien formuladas y que el Gobierno va a poder llevar adelante la discrecionalidad pase lo que pase, la gran pregunta es si todos los años va a ser igual o si van a hacer algo para que la cuestión fiscal esté estructuralmente equilibrada. Para eso necesitas reformas y ayer no hubo ningún anuncio.

“La gran ausencia de este proyecto es cómo hacer para darle a la Argentina el equilibrio fiscal de manera permanente”, remarcó Luis Secco. 

Por ejemplo, no se puede discutir una fórmula previsional todos los meses, tiene que haber una ley, y lo mismo con la cuestión laboral. En este proyecto solo se mencionan algunas cosas sobre la relación fiscal con las provincias, pero nada contundente que se negocie a nivel nacional. La gran ausencia de este proyecto es cómo hacer para darle a la Argentina el equilibrio fiscal de manera permanente, si es ese el deseo de los argentinos. 

La consistencia del programa económico tiene una pata macro que no se termina de cerrar y tiene que ver con la fragilidad de la política cambiaria, y tiene una pata estructural que para mi sigue ausente, que son estas leyes claves de la consistencia fiscal de mediano y largo plazo de Argentina.

EP: En ese marco, el Presidente apunta a las provincias por el planteo de recorte, en consonancia con el reclamo de baja de impuestos y de advertencia de transferencia de algunos servicios. ¿Qué opina de esto?

En el Pacto de Mayo, en julio, las provincias firmaron eso. La mayoría firmó el compromiso con la baja del gasto público en el orden del 25% y, obviamente, el Gobierno les deja un espacio reducido con el proyecto que presenta. 

Hay mucho de puesta en escena, y una necesidad del Presidente de demostrar todo el tiempo su convicción con el equilibrio fiscal, y que ese sea el ancla de las expectativas para tratar de ganar la pulseada para que la inflación converja por debajo de la tasa de devaluación. No lo veo muy consistente a los anuncios y no veo que el proyecto de presupuesto implique una nueva Argentina. Después de todo, no lo veo cumplir. Si es aprobado o no es otra cuestión.

El problema que tiene el parlamento es que, cuando uno manda un presupuesto con proyecciones macroeconómicas inconsistentes, no puede elaborar un presupuesto nuevo, o lo aprueba como está, o no lo aprueba. 

Va a ser muy difícil que Argentina pueda avanzar en las negociaciones con el FMI, y que eso le de un salvoconducto para ver si hay mercado para la deuda argentina sin presupuesto. 

El Presidente habla de 15% de déficit fiscal heredado, 5% de déficit fiscal y 10% de cuasifiscal. El economista Arriazu dice que nada más hace falta ser contador para darse cuenta de que no había 10% de déficit cuasifiscal porque, al mismo tiempo, la tasa de interés era negativa. Por lo tanto, el déficit cuasifiscal era 0 porque se licuaba. ¿Por qué creés que insiste en el 15% de déficit fiscal heredado?

Creo que Milei tiende a exagerar las condiciones heredadas para exagerar sus logros. De hecho, en la octava revisión del acuerdo con el FMI, el Fondo puso otros números de resultado del Banco Central, y el Fondo no usa estadísticas propias, usa las del Gobierno. 

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Tiene esa necesidad cuando, para mí, no es necesario. Ayer dijo que estaba orgulloso de ser economista, pero dice cualquier cosa cada vez que puede y no es respetuoso de los números. O una cosa, o la otra. No es lo más correcto que use los números dependiendo de lo que le convenga. Cuando sos Presidente y presentás un presupuesto, se supone que ahí ponés toda la carne al asador, no podés escribir cualquier cosa, pero la cultura presupuestaria argentina es bastante pobre. 

TV FM