ANÁLISIS ECONÓMICO DE GOBIERNO

Gabriel Rubinstein: "El despelote inflacionario de diciembre lo hizo Milei"

El exsecretario de Política Económica señaló que el Presidente generó expectativas equivocadas sobre la dolarización y desató un caos que empeoró la situación inflacionaria. "Milei no pudo hacer que todo caiga sobre la administración anterior", agregó.

Gabriel Rubinstein, economista Foto: Twitter

Gabriel Rubinstein sostuvo que como el presidente no pudo hacer que los desastres económicos cayeran por completo sobre la administración anterior, tuvo que hacer cambios sobre la marcha para decir que evitó la hiperinflación. Además, reconoció a Roberto Lavagna como uno de los mejores ministros de Economía de la Argentina, y destacó su capacidad para mantener un equilibrio macroeconómico. Por otro lado, se mostró optimista en aspectos como la recuperación económica, pero criticó la falta de claridad en políticas como la relación entre el ajuste fiscal y las expectativas sobre el tipo de cambio. “Caputo dijo que se eliminaron las posibilidades de crisis en Argentina, y eso no lo veo para nada”, expresó en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1).

Gabriel Rubinstein es economista, director de la Consultora de Negocios y Finanzas YIER. En su paso por la función pública, fue viceministro de Economía en los últimos dos años, 2022 y 2023, del Gobierno anterior, junto a Sergio Massa. Fue asesor de la Secretaría de Finanzas, del 2002 al 2005, con el célebre ministro Roberto Lavagna. Lo recibimos en el marco del Presupuesto 2025, un poco conflictivo, que presentó el Gobierno.

¿Habrá sido Lavagna el mejor ministro de Economía de toda la Argentina desde el regreso de la democracia?

Creo que con el correr del tiempo se puede valorar mejor, y creo que sí.

Es difícil a veces porque las circunstancias no son las mismas, pero creo que ha sido un gran ministro de Economía. Y el equilibrio macroeconómico alcanzado en ese momento, que me parece que no es solo mérito del ministro sino de ciertas circunstancias, fue el más importante que logró Argentina. Teníamos superávit fiscal primario de más del 3%, 3,5% del PBI. O sea, más del doble, casi el triple de lo que se proyecta el año que viene en la Argentina ahora, con Milei y todo el tema fiscal. Eso inclinó también y ayudó, junto con un dólar alto, a una situación de cuenta corriente muy importante. Superávit, mucha acumulación de reservas en el Banco Central, un dólar único, estabilidad de precios, 5% de inflación.

En fin, hubo una serie de logros macroeconómicos que creo que fue la principal oportunidad para mantenerlos y activarlos en Argentina, como diciendo que de allí en adelante teníamos siempre superávit fiscal y moderación macroeconómica. Y creo que fue el caso más notable de reversión porque fue hecha por el mismo signo político. Primero por Néstor y después por Cristina, fuertemente, y sin ninguna necesidad, ni siquiera necesidad política, porque políticamente estaban muy fuertes antes de empezar con la política superexpansiva del gasto, y no había necesidad. Creo que fue la oportunidad más importante que Argentina desperdició y que estamos pagando las consecuencias ahora todavía.

Escuchamos siempre a Melconian hablar en tono irónico del ministro de Economía anterior a Lavagna, y que es el que cargó con todos los platos rotos de haber hecho el ajuste que se produjo durante la primera parte de la presidencia de Duhalde. Ese Remes Lenicov, que cumplió un papel de llevarse todo el costo político para permitir luego que despegue la Argentina, ¿puede tener alguna comparación con lo que hoy están haciendo Milei y su ministro de Economía, Toto Caputo?

No lo veo tanto, porque en ese momento fue una crisis desatada, porque de alguna manera cargó con el costo de la salida de la convertibilidad y todos los costos asociados a ello, la pesificación asimétrica, la ruptura de contratos. Yo creo que no, y que ahora es diferente la situación. No veo que Milei vaya a cargar con ese costo, porque es diferente. No se desató la hiperinflación, no se desató ninguna ruptura de contratos, la devaluación de alguna manera quedó como una cosa medio mixta entre lo que hizo este Gobierno y la herencia.

El Gobierno logró forjar un relato para mí exagerado, pero no importa, sustentado en cosas verdaderas, de una herencia muy mala, que se viene repitiendo hace muchos años, y que siempre es muy mala. Cuando yo lo acompañé a Massa también era muy mala, con Macri y Cristina era muy mala. La única herencia buena fue justamente la que había dejado Néstor Kirchner, cuando estaba con Lavagna, a la propia Cristina. Esa fue la última herencia buena.

Pero de alguna forma creo que no, que hay toda una situación que permite a Milei no cargar con el costo de todo esto, a lo sumo irá cargando con lo que fue de sus propios errores, pero no por esto.

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¿Cómo ves la evolución de la economía conducida por Milei y Caputo? Además de que ya tenemos un primer presupuesto construido por ellos para el año próximo.

Creo que ellos han acertado en crear un emblema del equilibrio fiscal, que no es equilibrio realmente porque está muy mal computado el tema de intereses. Pero más allá de eso, ha habido una reversión importante, primero 5 puntos del PBI, si consideramos los presupuestos del año que viene van a ser 4, pero lo más importante es que desde el momento uno, o sea en enero, ya revirtieron la situación fiscal y lograron crear un cambio súbito de expectativas en cuanto a la performance macroeconómica en la Argentina y la sensación de que se viene un control fiscal en serio.

De hecho yo mencionaba el caso de Lavagna con Néstor, y el ajuste fiscal que parecía algo tan importante, en ese momento no fue en serio porque lo dilapidaron y nadie dijo nada. En cambio ahora creo que hay una renovada esperanza de que esta vez la sociedad argentina considere el ajuste fiscal como algo en serio. También, de hecho, en las propuestas electorales, tanto la de Massa, como la de Bullrich y, obviamente, la de Milei, apuntaban al superávit fiscal, pero lo concreto es que quien lo hizo es Milei, y se lleva todos los laureles por eso.

La parte esa va bien. La parte importante es el tema de las regulaciones, que hace un poco a la estructura económica argentina, en general en el tiempo, y la parte cambiaria que tiene logros ahora, por el blanqueo y demás que está ayudando a mantener los dólares tranquilos y la fuerte intervención del Banco Central, por ejemplo en el dólar blend la brecha está baja, relativamente baja, 25%. Hay logros en eso, pero veo frágil el tema cambiario en términos de la posible apertura de los controles, lo que se llama CEPO, y la normalización cambiaria que es una parte muy importante del orden macroeconómico, no se puede decir que estamos con la macro ordenada y seguir con todas las restricciones cambiarias. Se habrá ordenado la buena parte que es la parte fiscal, tal vez el 50%, pero la otra parte cambiaria, monetaria, yo la veo frágil. 

Así que eso tendremos que ir viendo con el tiempo en qué medida el Gobierno lo puede mejorar, porque hay partes que son de flujos y partes que son de stocks. Pero por ejemplo, si vos abrís el CEPO y tenés el equivalente a 100 mil millones de dólares en pesos, y careces de reservas, porque las reservas netas siguen siendo negativas, cualquier corrida, como la del Tequila, en un momento donde la economía estaba ordenada en la Argentina, acá te llevaría una suba del dólar muy violenta. Entonces, hoy no estamos preparados para enfrentar ese tipo de situaciones y no se vislumbra que vayamos a estar preparados en los próximos tiempos.

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Por momentos te escucho muy optimista con la política económica del Gobierno, y por otros, en esto último que acabas de decir, me suena a que ves esto como una transición hacia un plan económico que todavía no existe.

Y puede ser, porque tenés que solucionar todo de forma integral. Creo que, en ese sentido, hay cosas que uno puede valorar y cosas que son frágiles, y la hoja de ruta del Gobierno es confusa, porque te hablan de pesos que no existen, de que era sumamente importante trasladar los pasivos remunerados de bancos al Tesoro, cuando eso no cambia la realidad, es decir, es el mismo pasivo estatal que va de un lado al otro, pero hay una confusión de lo que se llama emisión de dinero endógena, que creo que es un término bastante lamentable, porque en realidad es, en los mejores de los casos, emisión de deuda. Pero si vos cambiaste un pasivo de un lado para el otro, después creés que fue superimportante terminar con los puts, que es un tema realmente de quinto orden, no es relevante, y después es superimportante bajar la inflación.

La verdad es que podés bajar la inflación y la brecha, y siempre es bueno eso, pero el día que levantes todas las restricciones cambiarias, no sabés a cuánto se va el dólar, y no hay manera de pensar que va a hacerse por la escasez de pesos, eso no existe. No va a haber nunca esa escasez de pesos, porque la escasez de pesos, cuando todo va bien parece que está todo fenómeno, yo te pongo el caso del Tequila, claramente había equilibrio en el mercado de base monetaria, había un solo dólar, estaba todo en orden macroeconómicamente, tuviste un shock externo que te pegó en Argentina, y tuviste que afrontar una corrida de pesos. En ese momento, lo que parecía un equilibrio en el mercado de pesos, el peso que parecía escaso, se convirtió en abundante, y lo que escaseaban eran dólares. El Banco Central vendió dólares, porque los tenía en el Tequila, los había acumulado, pero ahora no hay nada y encima tenés todo el esquema del dólar blend, que hace que no haya perspectivas para que el Banco Central compre dólares en forma importante o significativa.

Entonces, tenés una situación muy endeble en esa área, y no se ve la hoja de ruta. Salvo que venga un mega préstamo de afuera, pero vendrá con condiciones, y si no, vas a tener que seguir postergando la solución de ese problema, y eso es una macana.

La realidad es mixta, creo que no es ni toda buena, ni toda mala, pero no podemos saber que hay un orden macroeconómico ya establecido. Caputo dijo que se eliminaron las posibilidades de crisis en Argentina, y eso no lo veo para nada así.

Roberto Lavagna, ex ministro de Economía.

Volviendo a las comparaciones con el proceso previo a Lavagna y el posterior. Vos decías que no simplemente dependen de las bondades del ministro de Economía, sino de las circunstancias, aquel famoso superávit gemelo, ¿puede ser que el aumento del precio de lo que nosotros exportamos en aquel momento, fundamentalmente significaba alrededor de la soja, pero todo nuestro capital agroexportador tuvo un aumento de precio muy grande en esos años, y que ese viento de cola en la Argentina actual sea el gas y el petróleo de Vaca Muerta, y algunos minerales? ¿Puede haber un punto de comparación en eso, que la generación de dólares pueda venir por ahí? Y, al mismo tiempo, otra similitud es que el superávit comercial se había logrado porque había recesión, entonces importábamos menos, y al ahora también haber recesión, se importa menos. ¿Puede haber algún grado de comparación entre 2003 y 2025?

Por un lado, te diría que si bien en 2003 mejoraron los precios que tenía De la Rúa…

200 dólares la soja.

Pasó a 300 y pico, pero el boom de la soja vino más tarde, vino en 2006, 2007, 2008, no vino en el periodo que yo te estoy hablando, del orden macroeconómico. Hubo un año, en 2005, que subió y bajó, pero en realidad no hubo tal boom de la soja ni tan espectacular, hubo una mejora, pero nada espectacular, y la economía estaba en franco crecimiento. Después de la caída del 2002, de la parte inicial del 2002, la recuperación económica era muy fuerte, o sea, que había aumento de importaciones.

Lo que pasa es que yo creo que el gran mérito de Lavagna fue haber mantenido y dicho muchos “no”, porque hubo no por todos lados, para mantener una situación fiscal superavitaria, a tal punto que nosotros estábamos trabajando en la creación de un fondo anticíclico para invertir los dólares en el exterior porque acumulábamos y acumulábamos dólares, y eso fue mantenerse rígido, en el sentido de decir no a todas las demandas de gasto cada vez que las cosas van bien. Eso que Lavagna pudo mantener, ya no lo pudo mantener cuando lo obligaron a renunciar. Allí, toda esa disciplina fiscal se fue dilapidando. 

Podés tener un montón de importaciones, pero si tienes indisciplina fiscal u otra, así como entran los dólares se te van a ir. Entonces evidentemente ayuda cualquier descubrimiento, sea la mejora de precios de la soja, mayor producción de soja o petróleo, pero no te garantiza que los dólares van a quedarse en el Banco Central y que te van a ayudar a la estabilidad macroeconómica. Podría no ser así.

Entonces creo que acá dependemos que se mantenga el rumbo en lo fiscal, que mejore el contenido fiscal, que siempre es muy de baja calidad, que mejore la situación interna, pero que se mantenga el rumbo del superávit fiscal permanente, y que se vayan solucionando el resto de los problemas. Pero a lo mejor para solucionar estos problemas tenés que asumir que tiene que ser un dólar más alto que el actual. A la hora de levantar todas las restricciones cambiarias, creo que es muy probable que el dólar pegue un salto, y eso tenés que asimilarlo, y creo que el Gobierno no está dispuesto por un cálculo político que tiene que ver con tener una buena performance electoral el año que viene.

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Elizabeth Peger: En este contexto y estas advertencias que usted está haciendo, me interesa consultarle por el tema de la actividad. Mientras tanto tampoco la economía muestra signos de recuperación y se siguen acentuando los datos negativos. Ayer, el ministro destacó los datos del EMAE (Estimador Mensual de la Actividad Económica) comparando julio con junio, pero no estamos en un buen momento.

Obviamente hubo una recesión muy fuerte, creo que fue exageradamente fuerte y no era necesario que sea así, pero bueno, sucedió.

Ahora, en julio los indicados fueron muy buenos y positivos, pero en agosto ya no vienen tan positivos, así que podría haber una cierta calidad. Sin embargo, creo que la meseta se logró hacia mayo, y que ahora hay una recuperación, que puede ser moderada y percibida como insuficiente, porque hay mucha gente con problemas, pero si se mantiene en el tiempo una mejora salarial, en un sentido de por encima de la inflación, todo el tiempo, uno o dos puntitos todos los meses, creo que va a haber una recuperación.  El blanqueo ayuda en la recuperación, está resultando muy eficaz, y va a ayudar en esta reactivación económica.

Entonces creo que ese tema va a ir mejorando la actividad. Después, cuánto de eso lleve a cada uno y el humor social alrededor de eso, es un tema debatible. Creo que va a poder ver una mejora en ese sentido.

EP: Pero el tema de las paritarias no está funcionando en términos de recomposición, al menos es el planteo que el Gobierno le traslada a los actores en cada negociación. No se está viendo un escenario de recuperación, y de hecho el planteo oficial es que, de alguna manera, los salarios también funcionen como un ancla.

Sí, pero en la práctica no le están dando tanta bolilla al ministro, y generalmente en todos los gremios hay recomposiciones salariales, como todavía hay un poco de aumento del desempleo, pero como parte de los ingresos salariales se destinaron a tarifas aumentadas, en el resto de la economía todavía no se ve que eso impacte mucho. Yo diría que el ministro trata de apaciguar el tema salarial, pero lo más probable es que los salarios sigan ganando la inflación. Sería un error, pienso de mi parte, si el Gobierno extremara medidas intervencionistas para hacer que los salarios crezcan menos o que la inflación no crezca. Creo que ahí se metería en un berenjenal que no tiene mucho sentido.

Pero creo que hay una perspectiva de mejora de la actividad, porque se expande el crédito, porque el empleo ayuda y porque los salarios aumentan. Entonces hay otros factores que tiran para abajo. El desempleo, todavía la carga tarifaria del gasto de la gente está en aumento, pero en la mezcla de eso yo creo que hay una perspectiva de moderado crecimiento, o sea, de rebote.

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¿Puede haber aumento de desempleo y al mismo tiempo aumento real de salarios?

Sí, porque hay una cosa que viene por rezago, en el sentido de que empresas que están experimentando caída de actividad o que cuando cayó la actividad no echaban gente, cuando repuntan no es suficiente y entonces echan gente porque hay un rezago, especialmente en Argentina. Si estuviéramos en Estados Unidos todo el desempleo ya se hubiera dado, pero en Argentina que cuesta tanto echar a la gente y que es tan complicado el mercado laboral, hay un rezago que puede ser importante.

Pero mientras tanto los que están trabajando ganan más porque están recuperando. Igualmente, no hay un boom salarial, estamos diciendo un cierto grado de recuperación que va a tardar en tener los niveles que ya tuvo en el pasado, pero en el margen vino la recuperación salarial y económica. 

Te veo más optimista que pesimista. En retrospectiva, hoy, conociendo lo que sucedió en estos nueve meses, ¿crees que lo hizo mejor este Gobierno que lo que lo hubiera hecho Sergio Massa con vos como ministro de Economía?

Es un supuesto tras supuesto. Yo no sé si hubiera sido ministro de Economía y no puedo precisarte lo que hubiera hecho Massa. Puedo pensar que quizás la negociación y el superávit fiscal hubiera sido distinto. A lo mejor la credibilidad en materia fiscal hubiera sido distinta. Hubiera habido un manejo diferente de la situación salarial. Habría pros y contras. Creo que la recesión hubiera sido mucho más leve y por lo tanto estaríamos mejor en actividad económica, que el ajuste fiscal hubiera sido un poco más gradual. No todo súbitamente en enero, pero eso es contrafáctico. 

Creo que es difícil. Es todo muy contrafáctico. Entonces yo creo que tenemos que hacer mucha contrafáctica, que igual tiene como interesante que todos los candidatos proponían superávit fiscal. Nuevamente, esto es como cuando en la convertibilidad varios economistas, dos años antes de la convertibilidad, estábamos diciendo que era lo mejor para Argentina. Pero el mérito se lo lleva Cavallo y con toda justicia porque es el que lo hizo. El mérito se lo lleva el que lo hace. Y en este caso, el que hizo el ajuste fiscal fue Milei. Y también porque Massa tuvo un caso contradictorio porque si bien tuvo un periodo de ajuste fiscal el año pasado, quedó manchado por las últimas medidas fiscales expansivas que se habían tomado, después de la devaluación y el momento electoral, que crearon una situación medio complicada. Entonces quizás la credibilidad, en términos del ajuste fiscal, podía estar en duda.

Pero son todas cosas contrafácticas. Yo creo que hay que ser más realistas, ver lo que es concretamente. Milei hizo el ajuste fiscal, se embandera en eso. A mí me parece que simbólicamente está bien. Después hay que ver, dentro del tema fiscal, lo que se hace bien, lo que se hace mal, lo que podría modificarse, lo que no y la actitud. Hay miles de cosas para ver. Pero crear la idea de que el superávit fiscal primario es innegociable, creo que eso es muy meritorio y ojalá sea parte del activo argentino, que ya no se discuta más eso.

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¿Hubiera sido posible sin la recesión? ¿No son dos cosas contradictorias en un sentido de tener esa credibilidad que esta vez el ajuste fiscal es en serio y la recesión que se tuvo que producir? ¿Se podría haber hecho sin producir esa recesión? 

En teoría, si hacés el ajuste fiscal bien, en las condiciones de Argentina, significa un cambio de fondo de financiamiento.

Normalmente los ajustes fiscales se hacen cuando hay fuga de capitales. Por ejemplo, en 2018 o 2019. Entonces, la fuga de capitales es lo que provoca la recesión. Pero como la fuga de capitales te obliga a ajustar y el sector más problemático es el sector público, van de la mano el ajuste externo con el ajuste fiscal. Cuando eso no es necesario, porque acá no había ningún ajuste externo en camino, ya se había producido y no había un problema de esa naturaleza. Si vos lo hacés bien, el ajuste fiscal no es contractivo. 

Pensemos en la convertibilidad, donde hubo un ajuste fiscal importante al principio y hubo expansión. El Plan Austral también tuvo ajuste fiscal al principio y sin embargo fue expansivo. Alfonsín hablaba de economía de guerra porque creía que el ajuste fiscal iba a ser contractivo y después se dieron cuenta que no, que hacían las cosas bien, al principio, y le salió tan bien que fue expansivo. Entonces no tiene por qué ser contractivo todo ajuste fiscal. El que viene acompañado de un ajuste externo es recesivo. El que no, no tiene por qué serlo. Si es recesivo por un mal diseño de política económica, que tiene que ver con la manera improvisada en que el Gobierno actualiza las cosas.

Te conozco hace muchos años y me da la sensación de que hay un doble discurso en tu planteo. Porque, por un lado, me estás diciendo que el ajuste fiscal estuvo mal hecho.

No mal hecho el ajuste fiscal, lo que estuvo mal hecho es haber creado una expectativa de dólar muy alto con todo el discurso de dolarización. Fijate que Milei cuando ganó, las PASO o antes de ganar la segunda vuelta, había dicho que el único funcionario firmado era Emilio Ocampo que venía a dolarizar y cerrar el Banco Central. Cuando él hablaba permanentemente de dolarización sin dólares, como dice Melconian “fideos sin tuco”. Todos pensábamos, y todos los empresarios pensaban, que el dólar se iría al demonio. Cuando él decía que el peso era un excremento, pensaron que el dólar iba a ir a 2000 o más. Entonces eso creó una remarcación de precios mucho más elevada que la necesaria. No fue la parte fiscal la que salió mal, sino el resto.

Después se tuvo que ir desdiciendo y cambiando, y pasamos del peso como excremento al peso fuerte. Pero todo ese desmanejo de expectativas, creó una economía donde justamente en ese contexto los precios subieron mucho y los salarios bajaron. Eso no era necesario. Los diseños que yo hacía en el Excel de cómo era la Política Económica, el salario real caía dos meses, y a los dos meses ya era el mismo que antes. Entonces la recesión es muy corta y efímera, y no lo que pasó ahora.

Creo que esto es un problema, pero no por la parte fiscal, sino por la parte cambiaria, monetaria, de expectativas de brecha cambiaria. Después en la práctica el dólar bajó, por eso quedaron los precios desacomodados.

Vos después de eso podés decir, hay un montón de atenuantes, pero convengamos que fue una improvisación, porque pasar de dolarización a pesificación en la práctica, eso fue un cambio.

Carlos Menem y Javier Milei.

Ahora te entiendo mejor, y me voy a Menem. ¿Te acordás del dólar recontra alto?

Sí.

Lo que vos estás diciendo es que Milei candidato, con sus propuestas que asustaban a muchos y alegraban a otros, influyeron durante la campaña sobre el final del gobierno anterior, creando expectativas que luego cuando fueron presidentes no hicieron. Menem, en su caso, no hizo el salariazo, y Milei no hizo la dolarización, pero sí afectaron las expectativas del salariazo y de la dolarización a un derrumbe de la situación económica previa a asumir el nuevo gobierno.

Está bueno eso que decís. Y sí, con la diferencia de que Alfonsín pagó todo el costo del dólar recontra alto y se morfó una hiperinflación, no solo por eso, pero en parte por eso. En cambio, acá hubo menos tiempo, de alguna manera la piloteamos, y no se generó la hiperinflación previa que le hubiera gustado a Milei. Lo dijo públicamente, le hubiera gustado una hiperinflación para que le allane el camino. Después él tuvo que operarse a una realidad donde no había tal hiperinflación. Después, por supuesto, se encarga de decir que veníamos a una inflación del 17.000%, para decir que todo era pasado, pero concretamente la devaluación del 140% de impuesto PAÍS, la hizo él. Y el despelote inflacionario de diciembre lo hizo él. Pero se encargó bien de marketinear el tema.

Más allá de eso, es como que no pudo hacer que todo caiga sobre la administración anterior, entonces tuvo que hacer cambios sobre la marcha en función de que se evitó la hiperinflación. Entonces, creo que hay cambios, pero él tuvo que lidiar con su propia expectativa.

De alguna manera, podríamos decir que también Menem tomó su propia medicina con la hiperinflación que tuvo que vivir él a comienzos de los años 90. Aquello que decían las abuelitas de que el que siembra viento cosecha algún tipo de tormenta. 

MVB VFT