INTERNA PERONISTA

Felipe Solá: "Es muy difícil para Kicillof, que gobierna, renunciar a quienes lo apoyan"

El exministro de Relaciones Exteriores señaló que quienes respaldan al gobernador bonaerense lo empujan de manera excesiva hacia el futuro, pero sin darle el apoyo político suficiente, y recomendó no adelantarse a los hechos. "No le aconsejaría a nadie instalarse como candidato a tres años de una elección", expresó.

Felipe Sola Foto: Télam

Con la interna del peronismo frente a las elecciones del PJ, el exgobernador Felipe Solá indicó que Axel Kicillof está siendo “torpedeado” fiscalmente todos los días, y reconoció la complejidad que tiene gobernar una provincia como Buenos Aires. También indicó que, si bien el gobernador no cuenta con el apoyo suficiente de su partido, tiene respaldo legislativo. Además, señaló que el país necesita un modelo económico que lo saque del estancamiento actual, y criticó la falta de control en áreas como minería, abogando por un Estado que promueva el desarrollo, la producción y la educación. “Hay muchas preguntas en el aire y Milei no le da respuesta a ninguna”, sostuvo en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1).

Felipe Solá es exgobernador de la Provincia de Buenos Aires, excanciller de Argentina, exdiputado y una persona con enorme experiencia. Actualmente, apoyó que Cristina Kirchner fuera candidata a presidente del Partido Justicialista.

Le preguntamos a Capitanich y te hago la misma pregunta a vos, que al igual que él fuiste mencionado como candidato a presidente antes de Alberto Fernández. Un candidato a presidente del peronismo, ¿necesita diferenciarse de Cristina Kirchner para no parecer, como se dijo en aquel momento de Néstor Kirchner, el chirolita de Duhalde?

No, no lo necesita, de la manera en que se ponen algunos.

Por otra parte, no le aconsejaría a nadie instalarse como candidato a tres años de una elección. Esa instalación, ese rol del candidato para dentro de tres años, no va con una Argentina y un mundo que cambia muy rápidamente. Los ambientes son tan tangibles como la silla en la que estoy sentado, se tocan. En la Argentina cambia muy fuertemente. Por lo tanto, estar instalado en ese rol permanentemente no es aconsejable para Axel. Es aconsejable una buena gobernación en circunstancias muy difíciles en las que es torpedeado fiscalmente todos los días, y eso es lo que yo creo que está haciendo dentro de sus limitaciones económicas muy grandes. He sido gobernador y por eso lo sé. 

No creo que sea para nada el momento de pensar en dentro de tres años y por eso entonces buscar ser independiente o rebelarse, aunque el tema tiene muchos atenuantes.

¿Y a qué atribuís la actitud de Axel?

Primero, que es muy difícil para alguien que está gobernando renunciar a quienes lo apoyan. Y los que lo apoyan lo tiran para ese lado, hacia el futuro de una manera excesiva.

Yo creo que en política las militancias son necesarias. Además que ser militante es parte de la condición humana, es aquel que se compromete con lo político. Lo que pasa es que no se puede hacer vanguardia y conducción a la vez. La militancia tiene un rol, pero la conducción tiene otro rol, es otra cosa. La bronca y los enfrentamientos por buscar poder territorial, o por cosas aún menores como peleas personales, no pueden ser parte de la construcción, porque la mayoría de la ciudadanía está tratando de sobrevivir en la Argentina. Hay que tener una grandeza de mira y hay que trabajar para que no nos dejen una Argentina condenada a ser un país de desempleo alto y sueldo miserable. 

Los principales contrincantes: Axel Kicillof y Javier Milei.

¿Puede ser que alguien esté pensando que a lo mejor no faltan tres años, sino que hay dos escenarios posibles? Uno es que a Milei le vaya muy bien en la economía y tenga un éxito arrollador, termine ganando las elecciones de medio turno, sea reelecto y tengamos un fenómeno disruptivo. Y otro es que, por el contrario, fracase su economía y se produzca una situación de mucha tensión social, vaya perdiendo el apoyo que tiene en la sociedad, no tenga legisladores ni gobernadores que lo apoyen y pueda haber un adelantamiento del proceso electoral, que no sea para dentro de tres años la discusión, sino que sea para dentro de un año. ¿Consideras que hay dos escenarios?

Sí, pero creo que el primero no es posible, por dos razones. En primer lugar, no es comparable con la historia del 2001, el poder de Menem era un poder que marcaba a los políticos, tenía el Congreso, tenía a todos los gobernadores peronistas absolutamente con él, era un poder muy fuerte, muy establecido y cuando llegó al 1 a 1 y hubo un arranque, hubo cuatro años de crecimiento muy fuerte, después un crecimiento menor a raíz del Efecto Tequila y en el 98 se paró el crecimiento de la economía y se debió salir del 1 a 1. Pero esto es historia. Ese poder fue muy fuerte y era una personalidad agregante que construía y que agregaba la de Menem.

Ahora, siendo una personalidad muy fuerte, este no es el caso. Esto parece mucho más pasajero y, además hay otro problema, no hay inversión. No hay inversión porque una cosa es que los CEOs, las empresas grandes, hagan IDEA de Mar del Plata con un título que es “Si no es ahora cuándo”, mientras que antes los títulos referían al respeto institucional, a la libertad de los argentinos, al desarrollo, palabras mucho más inclusivas, ahora es una palabra de facción la que usan como título. Esos gerentes que van a Mar del Plata, que no son los dueños, no están viendo la política de la misma manera que sus dueños desde lejos, porque sus dueños no invierten. Y no lo hacen porque ven la debilidad institucional de Milei, la debilidad en el Congreso y porque, además, lo ven como un desaforado, que es, donde todos los días dicen una barbaridad. Entonces no son sonsos, el escenario es distinto, me parece muy improbable el primer escenario.

El segundo es incierto, pero que esta Argentina requiere de un modelo distinto, es obvio. Esta Argentina requiere de decisiones, en el frente externo y frente a la deuda, distintas, porque si no, no podemos crecer nunca. ¿Cuántos años vamos a tener una Argentina devastada por qué está pagando permanentemente intereses y capital sin poder levantar cabeza? Creo que hay muchas cosas para rever, muchísimas más.

¿Cómo vamos a hacer para generar trabajo? ¿Cómo vamos a hacer para crear un ambiente de desarrollo, de producción, de empleo y de estudio? ¿Qué vamos a hacer para los jóvenes? ¿Por dónde va a crecer la Argentina? ¿Vamos a exportar litio así nomás? ¿Vamos a seguir sin controlar la exportación minera donde se va de todo dentro de un barro que se exporta? ¿Vamos a seguir sin controlar los puertos privados? No, los puertos que sigan siendo privados si son eficientes, pero controlémoslos. No hay control. ¿Vamos a seguir con un Estado que no controla y que con tal de tener déficit cero no haya ni oportunidad de educación en serio, ni oportunidad para los investigadores, ni oportunidad de crecimiento por el único lado realmente novedoso que es la industria del pensamiento en la Argentina? Esas son las preguntas que están en el aire y a las que Milei no les da respuesta, a ninguna. Y diría una mala palabra, pero no la voy a decir.

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Claudio Mardones: ¿Qué opina de esta apreciación que hizo Kicillof invitándolo a ponerse en sus zapatos? Sostuvo que su partido, en su provincia, lo critica mucho y lo acompaña poco, pero aun así no los trata de traidores. Se ve claramente que el gobernador le reclama a Máximo Kirchner un apoyo más explícito. ¿Usted coincide con Kicillof en que el Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires lo critica mucho y lo acompaña poco?

Kicillof se refiere a una última etapa en la que hubo una pelea que se hizo visible con un acto de Máximo Kirchner, pero lo que importa es ¿ha recibido apoyo del Congreso y de todos los diputados peronistas sean muy kirchneristas o poco kirchneristas? Yo creo que sí lo ha recibido.

Está en una situación compleja, su buen gobierno es un objetivo de todos, un objetivo nuestro, obviamente. Está en el centro de un ataque fiscal fenomenal, yo sé lo que es gobernar la provincia en esas condiciones.

CM: Usted tenía el apoyo del partido, ¿no?

No. Le recuerdo que el 28 de diciembre del 2004, por orden en ese momento de Duhalde, por una pelea que se había dado entre Duhalde y yo, me fue modificado de una manera feroz el presupuesto, de forma tal que yo tenía que hacer varias leyes por día para recuperar una delegación de poderes que tenía de la legislatura de Buenos Aires, y el 17 de enero del 2005, tuve que vetar mi propio presupuesto, me obligaron a eso.

CM: O sea que le ha tocado vivir en carne propia algo que parece que vive Kicillof en la actualidad.

No, Kicillof no lo vive internamente, los diputados y senadores peronistas le votan las cosas a Kicillof.

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CM: ¿Es decir que para usted el peso del partido en este momento no es determinante?

No, el peso del partido es determinante para apoyarlo en la legislatura, que es donde se ve. Después hay una división que se va a solucionar, que es algunos intendentes de un lado y otros de otro. Pero el tiempo y la descomposición social de la Argentina, la carrera de obstáculos para vivir y la depresión que tiene la Argentina, tiene una depresión económica y una depresión psicológica, inclusive en muchos argentinos, van a hacer que esas cosas sean nimiedades frente a la magnitud de los problemas que hay que enfrentar y planificar para solucionarlos en el futuro.

Creo que te estabas refiriendo a cuando Néstor Kirchner te hacía votar todo en contra.

Néstor Kirchner a mí no me hacía votar en contra. En diciembre del 2014 yo tuve un encontronazo con Duhalde, que no fue personal, sino que fue una decisión por cómo iban dándose las cosas entre el bloque duhaldista y yo. Eso ha sido totalmente superado, en este momento no reímos con Duhalde, nos vemos y hablamos de eso ahora. Tuve un encontronazo, hice un encuentro que se llamaba Despegar, y desde diciembre del 2014 hasta las elecciones del 2015, cuando Cristina Fernández de Kirchner le ganó a Chiche Duhalde 47 a 15, hubo una guerra.

Nos estamos riendo acá porque sentimos el gallo detrás, para contarle a la audiencia, ¿seguís teniendo un cerdo en tu casa?

No, se me murió hace mucho, en diciembre del 20. Era inmensa, murió en mis brazos, pobrecita, porque comió bolitas de paraíso. Desde chiquita que llegó acá, nos decían que era de una raza que no crecía, y cuando iba por 190 kilos empezamos a sospechar. Tuvo todo, ternura, cariño y un lugar lindo, pero no tuvo madre. ¿Y quién le enseña al animal pequeño, sea un potrillo, un ternero, un cordero, una jirafita, un leoncito o un chanchito, qué no se puede comer? La madre. Ella no lo sabía y comió el fruto del paraíso en gran cantidad y se murió de eso.

MVB VFT